domingo, 3 de mayo de 2020

Renta básica, ingresos mínimos, la utopía cada vez más cerca o el suicidio pausado de los colectivos más vulnerables.


Con la crisis de COVID-19 el Vicepresidente Segundo del Gobierno y Ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, anunció hace unos días que se va a poner en marcha un recursos que se llama “ingreso mínimo vital puente”, que tiene carácter de “urgencia” y que su finalidad es garantizar que las personas más vulnerables tengan unos ingresos mínimos para poder cubrir sus necesidades básicas. Será una ayuda coyuntural y excepcional, lejos de la idea de poner en marcha una Renta Básica Universal, y que en algún momento el partido político “Unidas Podemos”, el mismo al que pertenece el Vicepresidente, defendió en su programa electoral.
 
A la vez que se anuncia esta medida, vuelve al debate político y de la calle, la idea y la necesidad de una Renta Básica Universal, algo que en este país se ha pretendido obviar, como si fuera una idea disparatada, puesta en la mesa por personas que están con la mente en las antípodas.
En estos momentos me viene a la cabeza el libro “Utopía para realistas” de Rutger Bregman que he leído hace un tiempo, quería saber más sobre la Renta Básica Universal y comprenderla para poder fundamentar mejor su necesidad. Del propio libro saca unas notas que me ayudaron a reflexionar y poder entender mejor la realidad de una utopía, entre ellas me convencí que la Renta Básica Universal erradicaría la pobreza y las desigualdades existentes, que los demás recursos que se pongan no dejarán de ser pequeños “empujoncitos” que  sirven para hacer la pobreza ligeramente más soportable, así lo expresa en el libro Rutger Bregman.
Lo que está claro es que en estos momentos de crisis no hay tiempo para el debate sobre la Renta Básica Universal, hay una prioridad que es el poder ayudar a las personas con más necesidades, ya que ahora es lo que urge, y la Renta Básica Universal llevaría tiempo consensuarla, pero eso no quiere decir “aparcarla”.
Pero realmente qué es la Renta Básica Universal, pues muy sencillo, una aportación económica que sale de las arcas del Estado y que va dirigido a todas las personas, por eso, por ser personas, independientemente de su condición social. Esos no daría unos mínimos para tener cubiertas las necesidades básicas sin tener que estar continuamente justificando el no tener para comer, ni que te inunde la burocracia para fundamentar esa necesidad.
Decía el filósofo, médico y economista, Bernard de Mandeville,  “es manifiesto que en una nación  libre donde no se permiten los esclavos, la riqueza más valiosa es tener una multitud de pobres”. Es que España por la crisis del COVID-19 ha aumentado de seis a diez millones las personas que demandan ayudas en los Servicios Sociales, es verdad que es una situación excepcional, vale, pero se puede alargar en el tiempo si lo dejamos pasar y no le damos una solución a corto y medio plazo. Y en eso estamos, unos Ingresos Mínimos Vitales Puente ahora y mañana una Renta Básica Universal.
Es verdad que las diferentes Comunidades Autónomas ya cuentan con un recurso que cubre las necesidades básicas, en Castilla y León se llama la Renta Garantizada de Ciudadanía, y a pesar de contener enormes dificultades que la burocratizan y no la simplifican, es  un apoyo para poder salir de la situación en que se encuentran las  personas más vulnerables, pero la realidad es que le faltan otros recursos que la complementen, parte de las personas se dispersan en el tiempo con esta ayuda.
Creo que no es más humillante para una persona que hacer una cola para que le puedan dar una bolsa de comida, arroz con lentejas. Es necesario cubrir las necesidades con recursos para que cada persona, cada familias, pueda hacer su compra para alimentarse, no marcarle lo que tiene que comer. Tenemos un ejemplo claro y no es otro que lo que hizo la Comunidad de Madrid, comida precocinada para paliar la alimentación de los y las menores como compensación al cierre de los comedores, no es despreciable o indigno.
“No es una Utopía acabada lo que deberíamos desear, sino un mundo donde la imaginación y la esperanza estén vivas y activas”. Bertrand Russell (filósofo, matemático, lógico y escritor británico ganador en 1950 del Premio Nobel de Literatura).

Samuel N.P.
 
 

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