“Vuelvo a Madrid” nos dice Ismael
Serrano en su video promocional de sus conciertos para la presentación de su
último disco “todo empieza y todo acaba en ti”. Nos comenta que Madrid no tiene
playa, que se mueve muy deprisa, que nadie se para a reparar los detalles en
los que la vida se resuelve. Pero también nos recuerda que Madrid tiene cosas
hermosas, gente solidaria, personas que sienten la vida ajena como propia. En esta
ciudad se sueña con un mundo mejor y se persiguen utopías.
Lo mismo diría Colón desde lo
alto de su pedestal cuando el sábado15 de septiembre sintió llegar tantas Mareas
de colores por todas las calles, pensó que al final
toda la gente de este país vuelve a Madrid para quitar los miedos que les encanta
robar sueños.
Después de un viaje de casi seis
horas, desde la comarca del Bierzo a la capital, en un autobús que pensándolo
bien llegaban antes los camiones de la tradicional “ruta” que salían de Coruña
con pescado de las lonjas y amanecían en Madrid con un material totalmente
fresco, pasando los puertos de Piedrafita, el Manzanal y Guadarrama, pero
llegaban a tiempo. Es que Madrid sigue estando lejos, pero ilusiona.
Pon fin pisamos tierra, mochila a
la espalda y puestos en marcha por la Castellana , con ilusión y alegría, pensamos que
estas dos cosas nadie nos las debe quitar. Las diversas Mareas se acercaban a la Plaza de Colón, aquello era
inmenso, miles de personas venidas de distintos puntos de España se estaban
juntando para protestar contra los recortes del Gobierno.
Una manifestación diferente,
convocada por la Cumbre Social ,
que agrupa a 217 colectivos, un movimiento ciudadano que ve como se derrumban
los Derechos Sociales que tanto ha costado llegar a ellos.
Por las calles surgían las
diferentes Mareas, la Verde
de Educación, la Amarilla
de Justicia, la Blanca
de Sanidad, la Violenta
de las Asociaciones de Mujeres, las Negras que identificaban a varios
colectivos, pero sobre todo llamaba la atención la Marea Naranja de Servicios
Sociales.
Y las Mareas llegaron a Colón, se
formó una gran muchedumbre multicolor, que llevaba la alegría a la calle a
ritmo de tambores, trompetas, y demás instrumentos musicales. Y la plaza llena
de pancartas que mostraban el sentido crítico de la ciudadanía como forma de
defender la dignidad.
Al final me encuentro con un
abuelete cercano a los 80 años, me entrega un panfleto escrito a mano y
fotocopiado, con diversos dibujos, el título era ¿Consejos de Ministros?, lo leo,
le pregunto por su nombre y me dice que se llama Valentín, pero me dijo,
llámame “rojillo cachondón”, y era así como firmaba el panfleto. Lo que decía
este abuelo en su panfleto tenía toda la razón, defendía un futuro mejor para
las generaciones jóvenes, que visión de persona con gran experiencia tenía este
rojillo.
Dejamos Madrid con nostalgia,
pero volveremos, aunque sólo sea para tomarnos unas cañitas y agradecer a tanta
gente que está luchando por conseguir una sociedad justa e igualitaria.
Foto de Marea Naranja Aragón
Samuel N.P.
4 comentarios:
q gusto da encender el ordenador para leer esto, me ha gustado mucho!
Gracias Estí, se lo dedico a todas esas personas que hacen pequeñas cosas para mejorar nuestro mundo. Un saludo.
ievestst9Muchas gracias Samuel por contar tan bien y tan claro lo que sucedio la mañana del sábado 15S. Abrazos
Hola Javi, cuento lo que veo y siento, necesitamos estar juntos y apoyarnos, todo esto también es motivador. Un abrazo.
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