domingo, 26 de abril de 2020

Viento del norte: la solidaridad en momentos de crisis por el COVID-19


El viento que sopla del norte llamado la “tramontana”, suele ser frío y fuerte, así nos llegó esta pandemia que estamos pasando, fría y fuerte.
El COVID-19 ha llegado muy rápido a nuestro país, sin apenas posibilidades de tener una mínima previsión, ni siquiera de conocer cómo afrontar esta crisis, pero la realidad es que no es algo pasajero y que miles de personas se están muriendo. Pero ante tanto caos, surge la “solidaridad” que se extiende por todos los rincones.
En sociología, solidaridad se refiere al sentimiento y la actitud de unidad basada en metas o intereses comunes, se refiere a ayudar a los demás sin recibir nada a cambio.
Émile Durkeim, un gran sociólogo distingue entre solidaridad mecánica y orgánica. La solidaridad mecánica se desarrolla en sociedades en que las personas se diferencian poco entre sí, y la cohesión social se obtiene gracias a los valores, creencias y tradiciones. Este tipo de solidaridad es propia de comunidades pequeñas donde existe una conciencia colectiva que se origina en el sentimiento de apoyo mutuo y compartir para buscar el bien del grupo. La solidaridad orgánica es propia de las sociedades industrializadas, las grandes ciudades, sobre todo los países más capitalistas. Este tipo de solidaridad cada miembro posee una parte de los conocimientos generales y sus recursos, por lo que todos dependen de todos, cada individuo tiene una función, si uno falla se perjudica el resto.
Ahora surge otro tipo de solidaridad, la llamada “solidaridad social”, un concepto moral referido a la capacidad o actitud de los individuos de una sociedad para ayudarse y apoyarse unos a otros en aspectos puntuales de la vida cotidiana.
A los largo de la historia han surgido numerosas situaciones de solidaridad social en todo el mundo. Quiero hacer referencia a dos en España, la que fue originada a raíz de los brutales atentados terroristas del metro de Madrid, el 11 de marzo de 2004, donde todo el vecindario de las estaciones cercanas salió de sus casas y fueron los primeros que llegaron para socorrer a los heridos. Otra surgió a través del movimiento social de apoyo que se organizó cuando el petrolero Prestige se hundió en el 2002 frente a las Costas de Galicia, ocasionado un vertido de crudo que provocó uno de los mayores desastres ecológicos surgidos en nuestro país.
Las políticas sociales de las sociedades democráticas permiten establecer solidaridad a través de sustentar unos derechos sociales que permite redistribuir los bienes y luchas contra la exclusión social, construir una país en igualdad. Pero hay momentos, como el caso de esta crisis, donde es necesaria la implicación de toda la comunidad, dando muestras de solidaridad para poder seguir adelante.  
Lo que ha pasado en la crisis originada por el COVID-19, lo hemos dicho anteriormente, nos llegó como un cuarto plato en un banquete, sin esperarlo y que nos llevó a una indigestión durante toda la noche. La capacidad de reacción del Gobierno no permitía ningún paso en falso, por eso no fue lo suficientemente rápida para que al menos se pudiese prevenir lo que es una de las pandemias más sangrantes de nuestro tiempo, además mundial.
Pero a pesar de que la situación es grave, aún así,  la población ha sido capaz de organizarse en los que ya hemos señalado como “solidaridad social”. Surgen grupos que desde sus casa elaboran mascarillas, batas, hacen las compra a personas mayores o enfermas,…, empresas que se adaptar y cambian sus sistema de producción para elaborar elementos esenciales para los hospitales,  músicos, cineastas, todos tipo de artistas que montan sus espectáculos para conseguir aportaciones económicas para comprar material sanitario o simplemente para entretener a los que estamos en casa, las ONGs poner en marcha sus propios recursos multiplicados por 300%, al final son miles de iniciativas que ayudarán a salir de esta situación. Es de destacar como la propia la gente es capaz de desarrollar estructuras organizativas de trabajo en equipo, cooperación y una perfecta coordinación, pongo de ejemplo la plataforma berciana contra el COVID-10 de la Comarca del Bierzo.  
En esta pandemia también hay que nombrar a las Asociaciones de Voluntariado del medio rural, las que están desarrollando las solidaridad antes, ahora y después de esta crisis, las que cuando todo esto pase, van a seguir al pié del cañón, sin bajar la guardia, las mismas que muchas veces no valoramos, son invisibles, pues no cuentan con los recursos y las infraestructura suficiente para poder darse a conocer en los medios de comunicación, pero están, así que nombraré a cuatro de ellas con la que trabajo desde los Servicios Sociales y a las que agradezco su esfuerzo,  Flavium de Cacabelos, CAVILPO de Carracedelo, TRIVADO de Toral de los Vados y Hormigas de Camponaraya, están también en la Comarca del Bierzo, todas ellas realizando sus acciones en poblaciones entre cinco mil y dos mil habitantes.
Al final el coronavirus cuando pase no nos hará mejores, el ha sido el causante de llevar el dolor y la desesperación a muchas familias, que ni siquiera han podido despedirse de sus seres queridos, mostrando un gran sentimiento de rabia e impotencia. Tendremos que ser nosotros los que  cambiemos este tipo de sociedad, para ello hay que comenzar por cambiar nuestro propio interior, definir muy bien el valor de la solidaridad y desarrollarlo en cualquier momento. Lo mejor del día después vendrá de las actitudes que mostremos en nuestros comportamientos. Esta situación nos debe llevar a una gran reflexión para decidir en qué mundo queremos vivir y que planeta le queremos dejar a las generaciones futuras.
“Muchas gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo”. Eduardo Galeano
Samuel N.P.

La Diputación de León concurre a cinco proyectos europeos de desarrollo rural


Está previsto que las convocatorias del programa Erasmus+ se resuelvan en el último trimestre de este año para la inmediata puesta en marcha de las propuestas seleccionadas y dotadas de financiación
La Diputación de León concurre con cinco proyectos al programa Erasmus+, estrategia europea dirigida a fomentar el crecimiento, el empleo, la justicia social y la inclusión, así como la cooperación europea en el ámbito de la educación y la formación. A través de la financiación de proyectos, tiene por objetivo promover la equidad y la inclusión facilitando el acceso de los participantes que proceden de entornos desfavorecidos y con menos oportunidades. La institución provincial leonesa ha presentado, como líder o en el marco de su participación en la AECT León-Bragança, un total de cinco proyectos cuyas convocatorias está previsto que se resuelvan en el último trimestre de este año para la inmediata puesta en marcha de los programas seleccionados y dotados de financiación.
Dos estos ellos están liderados por la Diputación Provincial de León. El primero se centra en la educación para adultos y cuenta con la colaboración de ocho socios (empresas, asociaciones e instituciones) de diversos países de la UE. Parte del constatado y progresivo envejecimiento de la población europea, especialmente en las zonas rurales. En este contexto, el proyecto que lidera la institución provincial leonesa pretende implementar medidas innovadoras para prevenir el deterioro cognitivo de los ancianos, especialmente la memoria y otras funciones cognitivas superiores como el lenguaje, la orientación, la atención, la concentración o el cálculo. Con ellos se pretende fomentar y facilitar su autonomía y participación activa en el entorno social en el que residen. Este proyecto está basado en la experiencia exitosa que la provincia de León ha venido desarrollando durante los últimos años a través de la implementación de los que se ha denominado ‚talleres de memoria’, que promueven la adquisición de hábitos que mejoran la actividad mental e intelectual de la gente mayor. El presupuesto de este proyecto, basado en la aplicación de las tecnologías digitales, asciende a 246.340 euros. 
El otro proyecto que encabeza la institución provincial leonesa, denominado ‚Leaders’, con cinco socios colaboradores de cuatro nacionalidades diferentes, entre ellos la Asociación de Mujeres Leonesas del Medio Rural (Amulemer), propone favorecer la incorporación de la mujer al tejido empresarial rural para luchar contra la despoblación en el ámbito europeo. Con un presupuesto de 232.780 euros, este proyecto plantea el aprendizaje por proyectos y retos, así como el desarrollo de una guía metodológica adaptada a las potencialidades del empleo en el medio rural.
Por otra parte, la Diputación de León, en el marco de la Agrupación Europea de Cooperación Territorial (AECT) León-Bragança, compuesta por la institución provincial leonesa y la Cámara Municipal de la localidad lusa, concurre a la convocatoria de Erasmus+ con otros tres proyectos. Uno de ellos está dirigido a promover la inclusión social y educativa de niños y jóvenes afectados por alguna situación de protección; otro aborda la capacitación y desarrollo de habilidades para lograr la participación ciudadana de determinados colectivos, y un tercero propone la elaboración de un plan de formación para apoyar las políticas europeas que buscan hacer del Patrimonio Cultural Europeo un factor económico y de desarrollo social. La AECT León-Bragança celebró su sesión constitutiva el 17 de mayo de 2016. Desde entonces, ha liderado y participado en diversos proyectos que han competido en diferentes programas europeos y ha desarrollado diversas actividades deportivas, culturales, formativas y económicas.
Información: web de la Diputación de León

martes, 21 de abril de 2020

Te doy mis ojos



“Te doy mis ojos” es el título de una película dirigida por Icíar Bollaín, interpretada por Laila Marull y Luis Tosar, fue premio Goya a la mejor película en el 2003. La historia ocurre en Toledo, narra la violencia machista y las desigualdades existentes entre mujeres y hombres.
Tenía que escribir un post sobre la violencia de género en momentos de esta crisis por el coronavirus que nos está llevando a estar confinados en un Estado de Alarma. El post lo empecé más pronto que después, en cuanto conocí la historia de Malak al Zubaidi. Malak era una chica de veinte años que ya no le fue suficiente con sufrir la devastación de la guerra y el hambre en Irak, también el machismo agravado por el confinamiento le llevó a morir quemada por su propio marido. Pero a diferencia del silencio en muchos países del mundo por estos asesinatos, su hermana denunció su muerte a través de las redes sociales y dijo que “al menos que se sepa la verdad de la muerte de mi hermana, espero que alguien haga algo, que lo haga ya, pues la próxima víctima está delante de vuestros ojos”.  
La realidad es que por culpa del coronavirus muchas mujeres se ven rodeadas de una doble pandemia, el propio virus y sus maltratadores con los que tienen que vivir y compartir el día a día, no hay distancia social, ésa misma ya no existe, despareció en el momento en que los dos deben estar en casa juntos las veinticuatro horas.
La realidad es que todo ha llegado muy deprisa, sin tiempo para prevenir, ni siquiera ser capaza de improvisar, las mujeres se han quedado sin posibilidad de respuesta, lo mismo que las instituciones que las deben proteger.
El miércoles 21 de abril de 2020, el BOE publica el  Real Decreto-ley 12/2020, de 31 de marzo, de medidas urgentes en materia de protección y asistencia a las víctimas de violencia de género. Son medidas as medidas adoptadas a raíz del impacto económico y social originado por el COVID-19 y que esta situación están provocando un especial impacto en determinados colectivos de personas especialmente vulnerables que deben ser objeto de protección por parte del Gobierno, entre ellas las mujeres víctimas de violencia de género y sus hijos e hijas. Se establece en el Decreto la necesidad de poner en marcha medidas imprescindibles para atender la necesidad de protección, asistencia y atención de las víctimas de la violencia de género en una situación de excepcionalidad y en la que la convivencia con el agresor supone un riesgo cierto a su integridad física y moral.
La realidad es que las llamadas el servicio de asistencia para mujeres víctimas de violencia de género, han aumentado un 30,7% durante el Estado de Alarma decretado por la pandemia del coronavirus, respecto al mismo periodo del año pasado. También las consultas online a este servicio se han incrementado en este tiempo, ya que se han registrado cinco veces más que en 2019.
 
Ante esta situación, muchas mujeres y sus hijos e hijas, no viven un confinamiento en su hogar, no existe el espacio de compartir en igualdad, viven un verdadero aislamiento social, llegando a la sumisión de ellas ante el agresor para poder protegerse al menos del daño físico.
El Gobierno establece en esta pandemia que el Servicio de Atención a las Víctimas de Violencia de Género y a sus hijos e hijas es “esencial”,  pues dotemos a estos servicios de los recursos necesarios para la atención urgente, la presencial, los pisos de acogida, etc. Con una especial atención a las víctimas de la violencia machista en el medio rural.  
Esta crisis ha conseguido un grado elevado de solidaridad, también es necesaria que dicha solidaridad logre empatizar con la prevención de la violencia machista como responsabilidad comunitaria, ahora más nunca.
Allí donde alguien lucha por su dignidad, por la igualdad, por ser libre… mírale a los ojos”. Bruce Springsteen
Samuel N.P.
 

jueves, 16 de abril de 2020

Rozalén - Aves Enjauladas (Lyric Video)

Rozalén estrena hoy "Aves enjauladas" sobre la situación de crisis que estamos viviendo. Todo lo recaudado irá destinado a una red de pisos de acogida en España para mujeres y familias en riesgo de exclusión social que apoya la ONG @entreculturas. Compartirla y cuando la escuchéis tener un pañuelo al lado, te emocionará.


miércoles, 15 de abril de 2020

Me llaman calle


“Me llaman calle”, una canción incluida en el disco La radiolina de Manu Chao, que el autor la define como “una rumbita honesta” y que fue la unión entre un director de cine, Fernando León de Aranoa, el propio Manu Chao, un grupo de mujeres que trabajan en la prostitución y las activistas del colectivo Hetaira. De dicha unión salió la película “Princesas” sobre la prostitución, ganadora de tres premios Goya en la gala del 2006, entre los premios el de mejor canción “me llaman calle”, a Candela Peña a la mejor interpretación femenina y a Micaela Nevárez como mejor actriz revelación.   
Otro colectivo vulnerable que ha quedado al margen de las medidas adoptadas por el Gobierno o de ellas dirán que son igual que para el resto de la población. Puede que la clase política tenga otras prioridades ya que este colectivo no representa un índice de población lo suficientemente alto para estar en lo alto de la lista, pero no debe ser olvidado.  
Desde que se produce el confinamiento, las mujeres que se dedican a la prostitución, la mayor parte de ellas en manos de proxenetas y mafias organizadas, ellas mismas han tenido que sobrevivir y adaptarse a las nuevas situaciones. Aunque es verdad que los prostíbulos y club se han cerrado, no así los pisos de alquiler y las fiestas privadas, ya que al final la clientela existe.
Mujeres prostitutas sin papeles, muchas inmigrantes, sin posibilidad de poder tener cubiertas las necesidades básicas para poder vivir, más bien el poder hacerlo de la caridad en estos momentos, muchas de ellas tienen hijos e hijas, un alquiler que pagar, también han generado deudas que hay que devolver. 
Un gran número de las mujeres prostitutas realizaban su trabajo en la calle, un espacio que ahora ya no está permitido, además perseguidas si lo hacen, muchas sin papeles para optar a poder tramitar alguna ayuda pública, sin formación ni información de lo que está pasando, con dificultades para entender nuestro idioma, incluso con poca percepción de que pueden ser un foco de infección y transmisión del virus, nos les queda otro remedio que subsistir y saltar la barrera del confinamiento para poder buscar clientes, es que la salud también es comer.
La adaptación de estas mujeres ha sido una emergencia para ellas, aquellas con más recursos han podido hacer teletrabajo desde sus casas a través de las redes sociales, pero son las mínimas, así están libre de cualquier contagio.
Las prostitutas no se han visto solamente como un colectivo vulnerable, se ven como víctimas de una situación, son ellas las que se tienen que esconder de la sociedad, ampliando cada vez más su grado de marginación.
En España la prostitución es ilegal, por lo que muchas de las mujeres que la ejercen están fuera del sistema público de protección, pero la realidad es que existen, nadie puede mirar para el otro lado ante este colectivo cada más frágil e indefenso con esta crisis.
“Me llaman calle, hoy tan cansada, hoy tan vacía, como maquinita por la gran ciudad”, Manu Chao
Samuel N.P.

lunes, 13 de abril de 2020

VADEMECUM SOCIAL EN PERIODO DE CONFINAMIENTO



           En medio de la normalidad que creímos que estábamos viviendo, aparece un anormal virus que se asienta en nuestras vidas. Se presenta sin aviso ni cita previa y todo lo que creíamos ya  organizado, ajustado y estructurado, sin más arma que su propio material genético, lo desorganiza, desajusta y desestructura. No ha necesitado ejércitos, tanques, bombas ni dinero. Solo diseminándose en  las células  humanas se ha hecho poderoso iniciando una guerra invisible pero despiadadamente evidente.  
         Paradójicamente se muestra de forma engañosa tras los principios universales reconocidos como derechos  básicos  inherentes a todos los seres humanos. Se erige demócrata en la elección de sus enemigos. No excluye a nadie. Todos los humanos le son útiles para su guerra. No discrimina. Acepta a todos, sin distinción de raza, nacionalidad, sexo, condición religiosa, lengua ó clase social. Es solidario, aplicando su justicia distributiva para todos por igual y para más inri se manifiesta coherente e integrador.
         Sin embargo delata su irrespetuosa crueldad sin pedir consentimiento para su intervención, coartando la libertad y autonomía, dejando a su paso dependencias y sometimientos a su ley de contagio. Ha roto la estructura social, obligando a rearmar los pilares del estado de bienestar  confinándonos a todos  en nuestras  casas.
         Ha sido preciso poner en primera línea de trabajo y atención  contra esta pandemia además de los imprescindibles servicios sanitarios a los servicios sociales, obligando a estos a transformar su praxis, pasando de lo presencial a la distancia, de la escucha activa de la entrevista  a la telefónica personalizada. La presencia pasa el testigo a la ausencia y a  la atención en la  distancia.
         Es evidente el cambio de paradigma en la intervención de los servicios sociales. Ahora la tecnología es imprescindible haciendo un giro hacia formas alternativas en la dinámica de  la acción social con nuevos instrumentos en nuestro vademécum social.
         Se hace necesario ahora más que nunca eliminar la burocracia, simplificar protocolos y procedimientos, valorar demandas desde la distancia y el confinamiento, asignar  recursos de manera equitativa sin  que nos  recuerden épocas de beneficencia obsoletas, priorizar prestaciones económicas ya vigentes ó implementando trasferencias económicas  urgentes que no supongan estigmatizaciones innecesarias.
         No se necesita hacer reconceptualizaciones porque este  virus no ha contagiado la esencia del trabajo social pero si ha cambiado su praxis. Ha sido necesario innovar su práctica y flexibilizar la rigidez de la burocracia.
         Sin las nuevas tecnologías y usos de redes sociales, el sistema de ayuda que desde los servicios sociales es esencial hacer, actualmente sería mucho más dificultoso. A través de ellas el trabajo social hace visible lo invisible, se aproxima a la lejanía, escucha, visibiliza emociones, permite a los silencios  hablar y a los confinamientos psicológicos no callar. 
         Es imprescindible por ello el uso de una tecnología humanizada, que se acerque al aislamiento de las personas vulnerables, proteja, evite exclusiones, mayores aislamientos que los obligados y fortalezca las redes de apoyo.  En definitiva que ponga  en marcha como servicio esencial que somos la fábrica de la responsabilidad ética a través de la maquinaria de la humanización activando acciones coordinadas con criterios éticos de urgente utilidad y eficacia.
PD: Quiero añadir a esta reflexión personal el documento de referencia de la Comisión deontológica del Consejo General de Trabajo Social, que considero básico en nuestro vademécum social actual. Etica y Deontologia del Trabajo Social ante el estado de alarma sanitaria COVID-19
http://vademecumsocial.blogspot.com/p/blog-page.html

viernes, 10 de abril de 2020

Una guerra de almohadas en momentos de crisis


Escribir cuando estamos en una situación de confinamiento se te puede hacer fácil si te mantienes centrado en lo que quieres expresar, yo necesito también hacerlo con música, aunque tenga que levantarme cada veinte minutos a darle la vuelta al vinilo o cambiarlo por otro.
La historia de la infancia en el tiempo no ha sido fácil de contar, son pocos los datos que tenemos. Durante muchos siglos los y las menores eran tratados como objetos, los hijos e hijas podían ser abandonados, sacrificados, vendidos,…, y estaba aceptado socialmente. En esos momentos de la historia los niños y niñas no tenían ninguna ley que de alguna manera les pudiese proteger, eran propiedad de los padres y madres.
Es a partir de la Edad Moderna cuando se comienza a tener en consideración a la infancia, aunque siempre la ventaja la llevaban los niños y niñas de las clases sociales altas.
Surge en muchos países a partir de la segunda mitad del siglo XIX la necesidad de establecer leyes de protección de la infancia, sobre todo en relación al trabajo de los niños y las niñas, que con la “Revolución Industrial” eran utilizados como mano de obra barata. Es en esta época cuando surgen muchas figuras de la pedagogía, experiencias innovadoras, que facilitan la entrada en la escuela de los niños y las niñas. También se manifiesta a través de la literatura la critica a los internados, orfanatos en aquella época, así lo manifestó Charles Dickens en su obra “Oliver Twist”, un niño huérfano que sufre maltrato y que su única salida fue escapar y dedicarse a la delincuencia desde la marginalidad.
A principios del Siglo XX las Primera Guerra Mundial vuelve a azotar a la infancia en Europa. En Ginebra, se crea la Unión de Socorro a los Niños y Niñas, estableciéndose la primera Declaración de los Derechos de los Niños y las Niñas, conocida como la “Declaración de Ginebra”.
La infancia vuelve a estar en el punto de mira con la Segunda Guerra Mundial, aquí si tenemos datos de muchas historias infantiles, me quedo con la más conocida, la de Ana Frank, oculta más de dos años, su vida de confinamiento le llevó a escribir un diario en que mostró al mundo el sufrimiento desde la mirada de una adolescente de 13 años. Al final ella y su hermana Margot murieron por una epidemia de tifus por falta de higiene en el campo de concentración de Bergen-Belsen.
Tengo en mis manos la “historia de Erika”, una niña judía que su madre la arrojó del tren cuando los llevaban a un campo de concentración nazi. Erika fue recogida por una familia y salvó su vida. La madre tomó esa decisión viendo la muerte de su hija muy cerca.
En nuestro país, la Guerra Civil afectó y cruelmente a la infancia, los llamados “niños y niñas de la guerra o de Rusia”, fueron miles de menores los que fueron enviados por las autoridades republicanas al exilio a la antigua Unión Soviética para evitar el dolor y el sufrimiento de la guerra. 
Los niños y las niñas de Alepo (Siria) se pasan la mayor parte de las horas del día metidos en un refugio, el frío, el hambre y las enfermedades rodean estos espacios.
En 1948 se aprueba la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 25.-2, dice que “la maternidad y la infancia tienen derecho y cuidados y asistencia especiales. Todos los niños y niñas, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social”. Hay que esperar al año 1959 para que la Asamblea de las Naciones Unidas proclame “La Declaración de los Derechos de los Niños y las Niñas.
“Ya estoy harta, gritaba la madre, no puedo más, ya no tengo una almohada en buenas condiciones”, dormiréis sin ellas. Eran dos hermanos, de 8 y 12 años, muchos días confinados, sin colegio, ni el juego al escondite con su padre los llega a calmar, se saben todos los rincones de la casa, una vivienda de no más de 70 metros cuadrados, Es que la crisis ha pegado de golpe otra vez sobre la infancia, y otra vez hacia las familias más vulnerables, ya les tocó en el 2008, antes también.
Los hijos y las hijas con un alto riego de pobreza, esos mismos que sus familias tienen dificultades para cubrir las necesidades básicas, algunas de ellas como comer, pagar el alquiler, la hipoteca, etc. Teniendo en cuenta que también pueden ser familias con un solo progenitor, con padres y madre que presenten alguna enfermedad o discapacidad, o que las tengan el niño o la niña. Están también los colectivos de inmigrantes, las minorías étnicas, los poblados y barrios marginales.  
Las condiciones de todos estos niños y niñas no son iguales que el resto, se rompe la igualdad de oportunidades y la brecha social se hace cada vez más grande. A todo esto se suma con esta crisis la enseñanza online, que casualidad, que sean estas familias las que no tengan equipos informáticos, ni internet, ni se puedan conectar a una red públicas de wiffi, y que utilicen el teléfono en el mejor de los casos para poder ver los ejercicios que les envía su profesor o profesora. Que por vivir en pequeñas viviendas no disponen ni siquiera de un lugar de estudio, ni juegos o una pequeña biblioteca. Luego está la condiciones de una alimentación sana, ya sabemos lo que pasa en muchas de estas familias, la posibilidad de ir al comedor escolar, aunque fuese una vez al día, mejoraba la calidad en la alimentación, además que suponía un ahorro económico.
También queremos hacer referencia a la situación de inseguridad con las que se presentan muchos menores en esta situación de crisis, violencia en la pareja, abusos sexuales, malos tratos, …
Que a estas familias como al resto, esta crisis nos vino de sopetón, sin posibilidad de reaccionar, de prepararnos, pues no digamos como le ha llegado a la infancia, que hasta nos cuesta explicar el porqué no pueden salir de casa para correr y jugar con sus amigos y amigas, ya que los menores son un derroche de energía y no nos gustaría que se quedarán en el “sedentarismo”. Pero al final quién gestiona las emociones de estos niños y niñas.
Si no nos ponemos a buscar soluciones pronto, las condiciones de vida de estos niños y niñas harán sumergirse en agua salada y profunda “los derechos de la infancia y los derechos humanos”.  
Posiblemente la infancia sea una de las últimas prioridades de esta crisis, se pondrán medidas, no lo dudo, pero llegarán a tiempo, serán parches, o podrán llegar a favorecer las necesidades presentes. Confiamos que sea así.
Hay un conjunto de profesionales del ámbito social, Educadores y Educadoras Sociales, Trabajadores y Trabajadoras Sociales, Psicólogos y Psicólogas, Pedagogos y Pedagogas, Maestros y Maestras, Cuidadores y Cuidadoras, Cocineros y Cocineras, etc, con una amplia experiencia en el trabajo con menores, casi todos ellos interviniendo en la educación no formal. Es necesario poner en marcha estos recursos humanos para poder hacer apoyos y seguimientos a esas familias, y otros recursos materiales, de equipamientos, como habilitar espacios para que puedan esos menores jugar, hacer sus tareas escolares, no perder la  ilusión de estar en una etapa de la vida que la “infancia”. Sin olvidar que la puesta en marcha de cualquier recurso en estos momentos tiene también la prioridad de mantener una protección y seguridad tanto del menor como de los y las profesionales.
“La palabra progreso no tiene ningún sentido mientras haya niños y niñas infelices”.
Albert Einstein
Samuel N.P.

 

martes, 7 de abril de 2020

'Idol', la historia del cantante Mohammad Assaf


Sinopsis completa

Mohammed Assaf, un aspirante a músico que vive en Gaza, tiene entre ceja y ceja un objetivo aparentemente imposible: llegar a las audiciones que se celebran en El Cairo para "Arab Idol", el popular concurso de talentos de televisión.
El aclamado director palestino Hany Abu-Assad (nominado al Oscar por "Paradise Now" y "Omar") es el encargado de llevar a la gran pantalla la increíble pero verídica historia de Mohammad Assaf, ganador de la edición de 2013 del popular espacio televisivo "Arab Idol". De bien pequeño, este joven tenía el sueño de cantar en el teatro de la ópera de El Cairo y que el mundo entero descubriera su voz. La oportunidad se le presenta con la llegada a la capital egipcia de este formato adaptado a nivel internacional.
Pero primero de todo deberá lograr escapar del conflicto de Gaza. A medida que avanza rondas, la cinta muestra cómo Mohammad -interpretado por Tawfeek Barhom ("Mis hijos. Dancing arabs")- se ve obligado a afrontar sus propios miedos y a asumir su destino de llevar esperanza y felicidad a toda su región.
 
Quién es Mohammed Assaf en la vida real?
Mohammad Assaf es un cantante palestino nacido el 1 de septiembre de 1989 en Misurata (Libia).[1]​ Es un cantante popular de música pop que, además, fue el ganador de la segunda temporada de Arab Idol,[1]​ retransmitido por la cadena saudí MBC.[2][3]​ Recibió el apodo de Al Saroukh (que significa "El Cohete")[1]​. En 2013, fue nombrado Embajador Regional de la Juventud por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA).[4][5]​ También fue nombrado embajador de cultura y arte por el gobierno palestino y el presidente palestino Mahmud Abás le ofreció un puesto con "estatus diplomático".[5]​ Assaf es famoso por su interpretación de música pop árabe.
Información Wikipedia

La Educación Social CONTIGO. Carmen Carrión. CEESCYL


Campaña “La Educación Social CONTIGO – COVID-19” Carmen Carrión, Presidenta del CEESCYL

 

Carmen Carrión, Presidenta del Colegio Profesional de Educadores y Educadoras Sociales de Castilla y León (CEESCYL) quiere dar a conocer el trabajo que realizan los profesionales de la Educación Social en estos momentos tan complicados de crisis sanitaria y social, cuyas dificultades son aún mayores, que implica que la labor sea más necesaria que nunca, y nos comenta el apoyo y reconocimiento a todas las Educadoras y Educadores Sociales que desarrollan su función en los diferentes ámbitos de actuación.

domingo, 5 de abril de 2020

No dejar solas a las personas mayores


Ayer, cuatro de abril, se cumplieron cinco meses del fallecimiento de mi padre, a los cinco días moría mi madre. Mi padre era un hombre con mucha vitalidad y el “bicho”, el otro “bicho” se lo cargó en tres meses, mi madre con una enfermedad congénita puede que fuese más esperada su muerte. Los dos tuvieron la suerte de poder estar con la familia y personas que los conocían, acompañándolos en los peores momentos en que la muerte llama a la puerta, luego celebrar el entierro y dar sepultura. Esta situación ha cambiado, por causa de esta pandemia, las familias, amistades, …, ya no pueden acompañar a sus muertos y son enterrados o incinerados en la más profunda soledad.
Ahora está el sentir de las personas mayores, que este virus se los está llevando poco a poco, son los niños y las niñas de la guerra, los mismos que tuvieron que sufrir el hambre y las enfermedades, muchos de ellos y de ellas tuvieron que salir de nuestro país, algunos volvieron, pero la mayor parte acabo en lugares tan lejanos como Rusia, Argentina, Cuba, …Pero aún las desgracias siguieron también con los que se quedaron aquí, esos niños y niñas crecieron, pero ante la falta de trabajo en España, muchos de ellos y ellas emigraron a Francia, Alemania o Suiza, entre ellos mi padre y mi madre. Las “divisas”, que así se llamaba el dinero que enviaban, también sirvió para que nuestro país diezmado por una guerra y una dictadura cruel pudiese salir adelante.
Así llegamos a que nuestros mayores han estado durante 80 años en una espiral muchas veces sin salida, ahora les llegaba el momento de disfrutar de sus pensiones, que no son un regalo, son un derecho por su esfuerzo y trabajo. Pero a pesar de que algunos y algunas predican que son una carga para la sociedad, ellos y ellas ayudaron a la crisis del 2008, apoyando a sus hijos e hijas que se quedaron sin trabajo, sus salidas en los viajes del IMSERSO o del Club de los 60 en Castilla y León, consiguen que se mantengan muchos hoteles en las zonas turísticas durante el invierno, y así seguiríamos contando muchas aportaciones a la economía y al bien común de esta sociedad.
Hemos perdido el respeto a nuestros mayores, les hemos dejado tirados en espacios que ahora se detecta que muchos de ellos no cumplían los requisitos mínimos de seguridad ni higiene. Se confiaba en las residencias,  cuando éstas deberían ser espacios para vivir y no para morir. Lugares en los que se considera al mayor como algo material, un producto o el mejor de los casos como un cliente. Y los datos son muy claros, más de 4000 personas fallecidas por el coronavirus lo hicieron en las residencias. Mucho tendrá que cambiar cuando esto mejore, se planteará hacer un seguimiento más profundo de estos recursos, tanto los públicos como los privados.
Es el momento, ahora más que nunca vamos a echar en falta en las residencias a Psicólogos/as, Trabajadores/as Sociales, Educadores/as Sociales, … un conjunto de profesionales que tendrían que estar gestionando las emociones de los hombres y mujeres que confiaron cuando por la puerta se les dejaba con un beso y un hasta luego.
Se puede admirar como cuidan las comunidades indígenas a sus mayores, como lo hace el colectivo gitano más cercano a nuestro entorno, así podríamos seguir enumerando otras maneras de sentir que es esa edad por la que todos y todas vamos a pasar.
Las películas que nos hacen ver a los mayores de una manera positiva y que os las recuerdo, “cinema paradiso”, “las chicas del calendario” o “el estanque dorado”, son algunas de ellas.
Hay varios libros escritos por Ángel de Castro, responsable en su momento del programa de animación comunitaria de la Diputación de Valladolid, con títulos como “la tercera edad, tiempo de ocio y cultura” o “aprender a envejecer”.
No dejamos de leer o escuchar a grandes mayores como Pepe Mujica, José de Saramago, José Luis San Pedro, Margarita Salas, Doris Lessings, multitud de hombres y mujeres que su mayor plenitud la encontraron cuando ya pasaban de los 60.
Para terminar decir que entre mis materiales sobre mayores encontré una pequeña carpeta de color verde que lleva en la portada este título “saber envejecer, prevenir la dependencia”, y que en su interior hay unos pequeños libritos que hablan de “participar es vivir”, “dormir es salud”, “cuidar nuestro cuerpo”, “cuando falta tu pareja”, “la depresión, no, gracias”, “relaciones sexuales, “mantén la mente en forma”, y el último, el que más me ha llamado la atención “POR VAFOR, TRÁTEME BIEN”. 
“Vamos a ser conocidos siempre por las huellas que dejamos”, proverbio Dakota.
Samuel N.P.