Definir
la intervención grupal con una perspectiva comunitaria es abarcar los tres
niveles propios de la intervención, el individual, grupal y comunitario, en el
que los y las profesionales son agentes activos en la detección de necesidades
y en el planteamiento de las propias intervenciones.
La
intervención grupal con una perspectiva comunitaria evidencia un desarrollo
profesional integral, actúa desde el conocimiento del grupo, se visualiza al
profesional como promotor y generador de cambios a nivel cognoscitivo, afectivo
y conductual.
Este
tipo de intervención requiere de un esfuerzo en la planificación y preparación
de contenidos, a la vez una distribución del trabajo entre el equipo de
profesionales que van a desarrollar las diferentes fases de un proyecto.
Con
este tipo de planteamiento metodológico se manifiesta la oportunidad para que
las personas y los profesionales puedan desarrollar una intervención que no se
queda en la atención individualizada, pero que la complementa.
El
grupo se manifiesta como lugar de reflexión, de aportación de propuestas y toma
de decisiones conjuntas a sus necesidades. También mejora la calida de la
información que se transmite, ya que se dedica
más tiempo a la preparación. Se origina un espacio en el que se recogen las
expectativas del grupo, se crea afinidad, se aprende a colaborar y cooperar. A
la vez facilitamos la participación de las personas y mejora las relaciones
sociales. El grupo se puede convertir en “grupo de autoayuda”.
Podemos
resumir este tipo de intervención grupal con perspectiva comunitaria como el
poder de adaptar los recursos y servicios normalizados a las necesidades de las
personas participantes en los grupos
Samuel N.P.
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