“Oliver Twist”, es una de las obras más
brillantes de Charles Dickens. Una infancia difícil, acosada por la pobreza y
la prisión de su padre, marcó siempre la vida de Charles Dickens.
“Oliver Twist” es la historia del pequeño
Oliver, criado en un hospicio, empleado y maltratado en una funeraria, que al
escapar rumbo a Londres es reclutado por una banda de ladrones que él no
reconoce como tales, no sólo es un soberbio escaparate de celebérrimas
creaciones dickensianas (Fagin, el jefe de la banda de delincuentes juveniles,
el ladronzuelo Jack Dawkins, el asesino Sikes, la prostituta Nancy, el
misterioso Monks, implacable perseguidor de Oliver), sino un magnífico y
trepidante relato sobre la inocencia de la infancia.
Charles Dickens, denunció
continuamente la situación de las personas marginadas de su época, reflejando
en esta obra la problemática social y saca a la luz lo pero y mejor de los
seres humanos.
Es
posible que en los momentos actuales no encontremos un “Oliver Twist” por
nuestras calles, al menos que sea visible a nuestros ojos, pero la pobreza
emocional de la infancia no sólo incluye carencias materiales como la falta de
alimentos.
El
desarrollo cognitivo y emocional de la infancia está muy influenciado por los
diferentes factores socio-ambientales que le rodean. La calidad de este
desarrollo dependerá de los cuidados que los niños y niñas reciban. Cuidados
relacionados no sólo con la parte de una alimentación adecuada, también con
tener un entorno favorable, unas buenas relaciones con su grupo de iguales, una
seguridad, el acceso a los recursos socio-culturales, etc.
Los
diferentes estudios sobre la infancia, manifiestan, que los niños y las niñas
que crecen en hogares desfavorecidos son más propensos a presentar déficits en
el desarrollo mental y emocional. Los cuidados deficitarios anteriores a la
entrada en el colegio, es ya una desventaja en la etapa escolar.
Las
causas desencadenantes de esta pobreza emocional en la infancia son los cambios
en las pautas sociales que se han producido en estos últimos años, tales como
la actual crisis económica que ha originado un aumento de la exclusión social y
de la pobreza.
El estudio realizado por Anandi
Mani (Universidad de Warwick, Reino Unido), venía a decir que la pobreza hacía
que la gente pobre fuera menos inteligente. No es que la gente pobre fuera
tonta, sino que la gente pobre se volvía tonta.
La pobreza en sí misma, e
independientemente de alimentación y otros factores, consume recursos mentales
del individuo y reduce sus capacidades cognitivas. Es decir, el pobre está tan
inmerso en las preocupaciones económicas que padece que sus capacidades
mentales sufren porque el cerebro siempre está ocupado o preocupado de sus
problemas económicos.
En el contexto actual es necesario poner en marcha programas
preventivos desde los servicios sociales de atención primaria y centros
escolares que desarrollen una actuación centrada en la Educación Social, y que prioricen la intervención temprana, el
apoyo a familias y el desarrollo de habilidades de la inteligencia emocional,
actuaciones que de alguna manera puedan romper la transmisión intergeneracional
de la pobreza.
Samuel N.P.
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1 comentario:
Sigue la obra de Dickens vigente. Hace dos años celebrados el 200 aniversario con una entrada en el Blog
https://gradoeduso.wordpress.com/2012/02/05/dickens-y-la-educacion-social
Felicidades por el Blog.
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