viernes, 13 de enero de 2017

El acoso escolar no es ningún juego



Podemos definir la palabra “juego” como una actividad que la desarrollamos en el tiempo libre, normalmente con más personas, y que permite proporcionarnos entretenimiento y diversión. Por otro lado el concepto de “acoso escolar” nos introduce en cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de una forma reiterada a lo largo del tiempo. Ente “juego” y “acoso escolar” hay un abismo, en uno se disfruta y en el otro se sufre.
La noticia vuelve a saltar a los medios de comunicación, en este caso, una niña de 13 años, en Murcia, se suicida por estar sometida a un acoso durante varios años. Era una víctima y había pedido ayuda. 
Es verdad que la Comunidad Educativa cuenta con recursos para auxiliar a las supuestas víctimas de acoso escolar y con un protocolo detallado en el que intervienen diversos profesionales especializados en el tema. Pero la realidad es que existen muy pocos programas o no existen, de intervención con el grupo de menores que acosan.
La protección a los niños y niñas que están sufriendo acoso escolar, es prioritario, pero el trabajo desarrollado con lo que acosan y con sus familias, lo mismo que la prevención en la escuela, es clave para poder llegar a resolver esta situación o al menos paliarla.
Establecemos lo importante que es la figura del Educador o Educadora Social en el medio escolar. Pero por qué reivindicamos la existencia de dicho profesional ante situaciones de acoso escolar, por su formación académica, sus saberes, capacidades y actitudes que le permiten desarrollar sus tareas con el alumnado, el profesorado y las familias. Un Educador o Educadora Social trabaja en un equipo multidisciplinar, no está solo, parte de lo individual, a lo grupal y llega a la comunidad, presenta alternativas ante los problemas, tiene conocimiento del entorno, optimiza y mueve recursos, es abierto y comunicativo, tiene gran capacidad de mediación y resolución de conflictos, éstas y otras competencias le valoran para estar ubicados en los espacios educativos como uno de los ámbitos de su trabajo.  
Lucía, la niña murciana, no puede ser una niña a añadir en la lista de los que han sufrido acoso escolar, ella tiene que ser un punto y final. Posiblemente se hablen de ella cosas como que tenía poco autoestima, no afrontó la situación, era tímida, le faltaban habilidades sociales, etc. Lucía lo que fue es ser una “niña valiente”, que decidió mejor no vivir que estar sufriendo un infierno, y cobardes han sido aquellos acosadores y acosadoras que posiblemente escondiéndose en el grupo y en la perdida de valores de una sociedad que nos empuja hacia la violencia, no han sido conscientes de enterrar una vida sin apenas iniciarla. 

Para aquellas personas, grupos y entidades que quieran tener mejor conocimiento de los que puede hacer la Educación Social en el ámbito escolar, le recomiendo leer el trabajo “Las funciones mediadoras del Educador y la Educadora Social en el contexto escolar”, cuyo autor en el Marcos Álvarez Zarzuelo, un Educador Social asturiano, fundador del Colegio de Educadores y Educadoras Sociales de Asturias, además de ser una personas muy implicada en la defensa de los derechos sociales de las personas.

Samuel N.P.

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