Foto ONU: En 1950, en el segundo aniversario de la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los estudiantes de la Escuela Infantil Internacional de la ONU en Nueva York vieron un cartel del documento histórico.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos,
adoptada por la Asamblea General de la ONU el 10 de diciembre de 1948, fue el
resultado de la experiencia de la Segunda Guerra Mundial. Después de la Segunda
Guerra Mundial y la creación de las Naciones Unidas, la comunidad internacional
se comprometió a no permitir nunca más atrocidades como las sucedidas en ese
conflicto. Los líderes del mundo decidieron complementar la Carta de las
Naciones Unidas con una hoja de ruta para garantizar los derechos de todas las
personas en cualquier lugar y en todo momento. El documento que consideraban, y
que más tarde se convertirá en la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, fue examinado en la primera sesión de la Asamblea General en 1946.
El documento que más tarde pasaría a ser la Declaración
Universal de Derechos Humanos (DUDH), se examinó en el primer
período de sesiones de la Asamblea General, en 1946. La Asamblea revisó ese
proyecto de declaración sobre los derechos humanos y las libertades
fundamentales y lo transmitió al Consejo Económico y Social para que lo "sometiera
al análisis de la Comisión de Derechos Humanos y que ésta pudiera preparar una
carta internacional de derechos humanos". La Comisión, en su primer
período de sesiones, celebrado a principios de 1947, autorizó a sus miembros a
formular lo que denominó "un anteproyecto de Carta Internacional de
Derechos Humanos". Posteriormente, esta labor fue asumida oficialmente por
un Comité de Redacción integrado por miembros de la Comisión procedentes de
ocho Estados, que fueron elegidos teniendo debidamente en cuenta la
distribución geográfica.
La Comisión de Derechos Humanos estaba
integrada por 18 miembros de diversas formaciones políticas, culturales y
religiosas. Eleanor Roosevelt, la viuda del Presidente estadounidense Franklin
D. Roosevelt, presidió el Comité de Redacción de la DUDH. Junto a ella se
encontraban René Bassin, de Francia, quien redactó el primer proyecto de la
Declaración, el Relator de la Comisión, Charles Malik, del Líbano, el
Vicepresidente, Peng Chung Chang, de China, y el Director de la División de
Derechos Humanos de Naciones Unidas, John Humphrey, de Canadá, quien preparó la
copia de la Declaración. Pero de todos ellos, Eleanor Roosevelt fue sin duda la
gran impulsora de la aprobación de la Declaración.
La Comisión se reunió por primera vez en 1947.
En sus memorias, Eleanor Roosevelt recuerda:
«El Dr. Chang era un pluralista y mantenía de
una manera encantadora que existía más de un tipo de realidad concluyente. La
Declaración, decía, debería reflejar ideas que no se identificaran únicamente con
el pensamiento occidental y el Dr. Humphrey tendría que saber aplicar un
criterio ecléctico. Su comentario, aunque dirigido al Dr. Humprhey, en realidad
estaba dirigido al Dr. Malik, quien no tardó en replicar explicando
detenidamente la filosofía de Tomás de Aquino.El Dr. Humphrey se sumó con
entusiasmo al debate, y recuerdo que en un momento dado el Dr. Chang sugirió
que tal vez convendría que la Secretaría dedicara algunos meses a estudiar ¡los
fundamentos del confucianismo!.»
La versión definitiva redactada por René
Cassin fue entregada a la Comisión de Derechos Humanos, que estaba
sesionando en Ginebra. El proyecto de declaración enviado a todos los Estados
Miembros de las Naciones Unidas para que formularan observaciones se conoció
bajo el nombre de borrador de Ginebra.
El primer proyecto de la Declaración se
propuso en septiembre de 1948 y más de 50 Estados Miembros participaron en la
redacción final. En su resolución 217 A
(III) del 10 de diciembre de 1948, la Asamblea
General, reunida en París, aprobó la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Ocho naciones se abstuvieron de votar, pero ninguna votó en contra. Hernán
Santa Cruz, de Chile, miembro de la Subcomisión de redacción, escribió:
«Percibí con claridad que estaba participando
en un evento histórico verdaderamente significativo, donde se había alcanzado
un consenso con respecto al valor supremo de la persona humana, un valor que no
se originó en la decisión de un poder temporal, sino en el hecho mismo de
existir – lo que dio origen al derecho inalienable de vivir sin privaciones ni
opresión, y a desarrollar completamente la propia personalidad. En el Gran
Salón... había una atmósfera de solidaridad y hermandad genuinas entre hombres
y mujeres de todas las latitudes, la cual no he vuelto a ver en ningún
escenario internacional.»
El texto completo de la DUDH fue elaborado en
menos de dos años. En un momento en que el mundo estaba dividido en un bloque
oriental y otro occidental, encontrar un terreno común en cuanto a lo que sería
la esencia del documento resultó ser una tarea colosal.
Información: web de las Naciones Unidas.
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