jueves, 27 de enero de 2022

La resiliencia en la mochila de la Educación Social

 


Fue la psicóloga infantil norteamericana Emmy Werner y su equipo de la Universidad de California, especialmente Ruth Smith, que realizaron un gran estudio como origen del concepto de resiliencia, se hizo en una isla de Kaua (Hawai) en 1955.

Se partió del seguimiento durante 40 años de 700 niños y niñas nacidos en ese año y desarrollaron un programa para evaluar las circunstancias de su nacimiento y las condiciones físicas, familiares, sociales y psicológicas en las que iban creciendo.

La mayoría de los niños y niñas que habían crecido en un entorno desestructurado, en la adolescencia tenían problemas de comportamiento y/o emocionales, que continuaban en la edad adulta, pero también había un grupo de menores, en concreto 72, a pesar de tener también una difícil infancia, viviendo en la pobreza, algunos abandonados por sus familias, esos mismos fueron capaces de salir adelante y desarrollar todas sus capacidades. Ese pequeño número de niños y niñas, de pasar de desarrollarse en situaciones adversas, habían establecido un vínculo afectivo seguro con alguna persona, familiar o no.

Emmy y Smith llegaron a la conclusión de que podemos desarrollar nuestra propia resiliencia siempre que tengamos alguien que pueda confiar en nosotros, que nos aprecie, nos muestra afecto y nos quiera.

 

En la actualidad quien más ha contribuido a explicar la resiliencia es Boris Cyrulnik, psiquiatra, neurólogo, profesor de la Universidad de Tolón (Francia) y autor de libros como ‘Los patitos feos’, ‘Resiliencia y adaptación’ o ‘El amor que nos cura’. Cyrulnik sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial y el nazismo con seis años de edad, cuando perdió a gran parte de su familia en Auschwitz. A pesar de vivir malas experiencias durante su vida, Cyrulnik es un ejemplo de superación. Ha recibido el encargo del gobierno francés para fomentar la empatía desde las guarderías. "La clave para crear sociedades altruistas, empáticas y resilientes es la “segurización”, es decir, la creación de un entorno seguro y afectuoso para el niño y la niña, tanto en su hogar como en la escuela, desde los primeros años de vida. Para ello propone ralentizar los ritmos de vida y enseñar a los niños y niñas a confiar en sí mismos y en los demás.

 

Pero puede estar la resiliencia dentro de nuestra mochila de viaje, en esa especie de bolsa imaginaria que transporta nuestras emociones, también los valores y actitudes hacia la vida. En dicha mochila existen bolsillos para ocuparlos con alegrías, empatías, solidaridad, …, en realidad, llenarlos de todas esas cosas que son indispensable y te hacen ir más ligero en el viaje.

El Educador y la Educadora Social sabe navegar en aguas turbulentas, se mantienen continuamente en un estado de resiliencia, el significado de esta palabra, según la definición de la Real Academia Españolo de la Lengua (RAE) es la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas, pero en psicología se añade algo más al concepto de resiliencia: no sólo gracias a ella somos capaces de afrontar las crisis o situaciones potencialmente traumáticas, sino que también podemos salir fortalecidos de ellas.

Sabemos que la resiliencia no es una capacidad innata de los y las profesionales de la Educación Social, ni de otras disciplinas, es algo para lo cual nos vamos formando, pues la vida es siempre una batalla que hay que ganar en el día a día.

La resiliencia que muestran los Educadores y las Educadoras Sociales en sus mochilas no solamente es para aprender a ayudarse a sí mismos, sino también a los demás, y desarrollan los 12 hábitos de las personas resilientes: Son conscientes de sus potencialidades y limitaciones. Manifiestan creatividad.  Confían en sus capacidades. Asumen las dificultades como oportunidad para aprender. Viven el aquí el ahora. Son muy objetivas. Se rodena de personas que tienen una actitud positiva. Controlan sus emociones. Son flexibles ante los cambios. Tenaces en sus propósitos. Afrontar la adversidad con humor. Buscan la ayuda de los demás y el apoyo social.

Samuel N.P.


Me han ayuda en este post las lecturas de:

a)       “Vulnerables pero invencibles. El estudio de Emmy Werner, por Mónica González Parra-Crecimiento personal

b)      Sobre las personas resilientes y sus 12 hábitos, por Rosario Linares, psicóloga y psicoterapeuta. Desarrollo personal

c)       La historia de Boris Cyrulnik en internet.

d)      ¡Salir adelante!, artículo de Francesc Miralles, en el número 504 de la revista Integral.


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