Fue la psicóloga infantil norteamericana Emmy Werner y su equipo de la
Universidad de California, especialmente Ruth Smith, que realizaron un gran
estudio como origen del concepto de resiliencia, se hizo en una
isla de Kaua (Hawai) en 1955.
Se partió del seguimiento durante 40 años de 700 niños y niñas nacidos en
ese año y desarrollaron un programa para evaluar las circunstancias de su
nacimiento y las condiciones físicas, familiares, sociales y psicológicas en
las que iban creciendo.
La mayoría de los niños y niñas que habían crecido en un entorno
desestructurado, en la adolescencia tenían problemas de comportamiento y/o
emocionales, que continuaban en la edad adulta, pero también había un grupo de
menores, en concreto 72, a pesar de tener también una difícil infancia,
viviendo en la pobreza, algunos abandonados por sus familias, esos mismos
fueron capaces de salir adelante y desarrollar todas sus capacidades. Ese
pequeño número de niños y niñas, de pasar de desarrollarse en situaciones
adversas, habían establecido un vínculo afectivo seguro con alguna persona,
familiar o no.
Emmy y Smith llegaron a la conclusión de que podemos desarrollar nuestra propia resiliencia siempre que tengamos alguien que pueda confiar en nosotros, que nos aprecie, nos muestra afecto y nos quiera.
En la actualidad quien más ha contribuido a explicar la resiliencia
es Boris Cyrulnik, psiquiatra, neurólogo, profesor de la Universidad de Tolón
(Francia) y autor de libros como ‘Los patitos feos’, ‘Resiliencia y adaptación’
o ‘El amor que nos cura’. Cyrulnik sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial y el
nazismo con seis años de edad, cuando perdió a gran parte de su familia en
Auschwitz. A pesar de vivir malas experiencias durante su vida, Cyrulnik es un
ejemplo de superación. Ha recibido el encargo del gobierno francés para
fomentar la empatía desde las guarderías. "La clave para crear sociedades
altruistas, empáticas y resilientes es la “segurización”, es decir, la creación
de un entorno seguro y afectuoso para el niño y la niña, tanto en su hogar como
en la escuela, desde los primeros años de vida. Para ello propone ralentizar
los ritmos de vida y enseñar a los niños y niñas a confiar en sí mismos y en
los demás.
Pero puede estar la resiliencia dentro de
nuestra mochila de viaje, en esa especie de bolsa imaginaria que transporta
nuestras emociones, también los valores y actitudes hacia la vida. En dicha
mochila existen bolsillos para ocuparlos con alegrías, empatías, solidaridad,
…, en realidad, llenarlos de todas esas cosas que son indispensable y te hacen
ir más ligero en el viaje.
El Educador y la Educadora Social sabe navegar en aguas
turbulentas, se mantienen continuamente en un estado de resiliencia,
el significado de esta palabra, según la definición de la Real Academia
Españolo de la Lengua (RAE) es la capacidad humana de asumir con
flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas, pero en psicología
se añade algo más al concepto de resiliencia: no sólo gracias a
ella somos capaces de afrontar las crisis o situaciones
potencialmente traumáticas, sino que también podemos salir fortalecidos de
ellas.
Sabemos
que la resiliencia no es una capacidad innata de los y las
profesionales de la Educación Social, ni de otras disciplinas, es algo para lo
cual nos vamos formando, pues la vida es siempre una batalla que hay que ganar
en el día a día.
La
resiliencia que muestran los Educadores y las Educadoras Sociales
en sus mochilas no solamente es para aprender a ayudarse a sí mismos, sino
también a los demás, y desarrollan los 12 hábitos de las personas
resilientes: Son conscientes de sus potencialidades y
limitaciones. Manifiestan creatividad.
Confían en sus capacidades. Asumen las dificultades como oportunidad
para aprender. Viven el aquí el ahora. Son muy objetivas. Se rodena de personas
que tienen una actitud positiva. Controlan sus emociones. Son flexibles ante
los cambios. Tenaces en sus propósitos. Afrontar la adversidad con humor.
Buscan la ayuda de los demás y el apoyo social.
Samuel N.P.
Me han
ayuda en este post las lecturas de:
a)
“Vulnerables pero invencibles. El estudio de Emmy Werner,
por Mónica
González Parra-Crecimiento
personal
b)
Sobre las personas resilientes y sus 12 hábitos, por
Rosario Linares, psicóloga y psicoterapeuta. Desarrollo personal
c)
La historia de Boris Cyrulnik en internet.
d) ¡Salir adelante!, artículo de Francesc
Miralles, en el número 504 de la revista Integral.
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