viernes, 12 de octubre de 2012

Me fascina ser Educador Social



Dicen que las teorías son producto de alguna práctica; a su vez, toda actividad práctica recibe orientación de alguna teoría. En consecuencia puedo decir que el ser Educador Social me viene de mi experiencia en grupos y asociaciones, y de la asimilación de la teoría que algunos y algunas han podido plasmar en el papel. 

He esperado algún tiempo a que la Educación Social tuviese un respaldo académico, un lugar dentro de las diferentes profesiones que intervienen en el ámbito social. Ahora es una realidad emergente, con prestigio y con un gran respaldo social.

Me gusta ser Educador Social ya que puedo intervenir desde dos dimensiones, una la preventiva y otra el tratamiento. Las segunda es la que se dirige a personas, grupos y colectivos en situación de riesgo o exclusión social.

Me gusta ser Educador Social ya que me permite cada mañana innovar y crear.

Me gusta ser Educador Social ya que puedo compartir con otros profesionales los mismos objetivos y desarrollar un trabajo en equipo en las diferentes intervenciones.

Me gusta ser Educador Social ya que descubro mundos diferentes en las personas, no somos clones.

Me gusta ser Educador Social para no ocultar las desigualdades y las injusticias sociales.

Me gusta ser Educador Social para poder ayudar a desarrollar la autonomía de las personas y la sociabilidad.

Me gusta ser Educador Social ya que trabajo desde la educación no formal, lo que me permite tener una visión cercana de las personas, de las familias, de los colectivos y de la propia comunidad.

Me gusta ser Educador Social ya que puedo utilizar los recursos de una manera idónea, potenciándolos y fomentando su carácter público.

Me gusta ser Educador Social ya que sé que no me voy hacer rico económicamente, pero voy a llenarme de otras riquezas.

En realidad me fascina ser Educador Social, sobre todo por nadar contra la corriente.
 
Samuel N.P.

 

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