Aún recuerdo aquellas fotocopias
que me pasaron por el año 1991, en estos momentos las tengo al lado del
ordenador. Os puedo decir que son unas catorce hojas por las dos caras de la
colección Educación Social de CCS Editorial, el autor José Luís Segovia
Bernabé, un Educador especializado en marginación juvenil. Esas fotocopias
fueron el inicio para poder profundizar en la figura del Educador Social.
Trabajar desde hace veinticinco
años en Servicios Sociales y proceder
del campo de la educación, me ha ayudado definir lo que siento como una
verdadera vocación, ser Educador Social.
En el año 2010 me acerqué al
mundo de los blogs, de una manera autodidacta, necesitaba escribir sobre mi
trabajo, informar sobre iniciativas y experiencias de otras personas y
entidades, y además ser reivindicativo. Por casualidad encontré tres blogs que me marcaron, uno de ellos es “Educablog”,
otro “Educador Social en Alaska” y el último “Educación Xocial”. Después vendría
el primer encuentro en Gijón de blogs de Educadores y Educadoras Social, en que
el que se valoró la importancia de esta herramienta para hacer visible esta
profesión.
Para poder escribir este post y
colaborar en el Día Internacional de la Educación Social ,
me he puesto a redactar una especia de popurrí social, de corta y pega de otros posts de mi
blog, que con un pequeño arreglo puede quedar bien para este tema.
No
dejaría ser nunca Educador Social, porque…,
..., me identifico con una forma de pensar,
de poder resolver diferentes situaciones, de sentir, de ser diferente, de tener
capacidad de influir, de compartir valores, de analizar las expectativas, de ser
tolerante y solidario, etc.
..., puedo ayudar a visibilizar a las personas
y colectivos que están en el análisis del olvido.
…, me capacita para diseñar, planificar y
coordinar iniciativas, trabajar en equipo, utilizar los recursos más próximos a
la comunidad, implicar y responsabilizar a las personas.
…, tengo el deber moral y la propia necesidad de defender el Estado de
Bienestar, sin olvidarme de los derechos que tienen las personas, que por ser
más vulnerables, más frágiles, no pueden expresar como yo, su propia
indignación.
.., me siento una persona comprometida, con una cercanía afectiva y
efectiva, que no educo en la distancia.
…, soy capaz de adaptarme a las diferentes situaciones con el fin de
desarrollar las facultades y potencialidades de las personas y los grupos.
…, no me gusta ocultar las desigualdades y las injusticias sociales.
…, mis conocimientos y competencias adquiridas me permiten diseñar y
ejecutar proyectos de intervención socioeducativa.
…, soy capaz de integrar y reconocer las diferencias.
…,mi trabajo se desarrolla con el fin de intervenir con la intención de
promover mejoras y optimizar recursos.
…, me permite cada mañana innovar y crear.
…, me gusta soñar y crear utopías.
…, quiero ayudar a desarrollar la autonomía de las personas.
En
realidad me fascina ser Educador Social, sobre todo por nadar contra la corriente.
Samuel N.P.
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