Hijo:
-Mamá,
papá, ¿por qué tengo que ir a un comedor social escolar?
Madre:
- Es
que tienes que comer.
Hijo:
-
Pero mi amigo Miguel no va y tiene que comer también.
Mamá:
-
Es que tu amigo Miguel no es pobre.
Hijo:
-
Mamá, pero ¿qué es ser pobre?
Madre:
-
No sé, pero es como nos llaman.
…..
Comedores
sociales escolares, vuelve el drama de todos los veranos. Finaliza el curso
escolar y las escuelas cierran sus instalaciones, ya están en el punto de mira
muchas familias, esas que tienen dificultades para poder dar de comer a sus
hijos e hijas. Otra pelea con las instituciones públicas, otro verano el tema
en los medios de comunicación, y otra vez el problema sin solucionar.
Una
alimentación adecuada origina una buena salud en la infancia, proporcionará un
desarrollo adecuado hacia la adolescencia y la juventud. Las instituciones
públicas que tienen que velar por la buena alimentación de los menores,
prefieren que estos acudan los veranos a los comedores sociales escolares
gestionados por ONG, el abrir los comedores escolares según el sistema de
subcontratas que utilizan dichas instituciones saldría mucho más caro.
Se
define “comedor social” como un servicio de carácter benéfico administrado por
entidades sin fines lucrativos para dar de comer gratis a personas sin recursos,
mejor dicho a “pobres”.
Entendemos
que acudir a un comedor social escolar es porque la familia carece de recursos
económicos, necesidad que se tendría que tener en cuenta y poner los medios
para solucionarla. Puede que las necesidades no sólo sean económicas, también
sociales, como puede ser la falta de organización económica doméstica, carencia
de hábitos alimenticios, desorganización familiar, etc,
Los
comedores sociales escolares estigmatizan a los propios menores, no desarrollan
la inclusión ni social ni escolar, algo de lo que hablamos en tantas
jornadas, congresos y cursos.
Estaría
de acuerdo en que los comedores fueran simplemente “comedores escolares o
espacios para la convivencia”, que no se
cerrasen durante todo el año, que estuviesen gestionados por entidades
públicas, podría ser el propio centro escolar. Que el objetivo fuese la
conciliación de la vida familiar y laboral, así estarían destinados a todos los
menores que quisieran acudir y aquellos que estuviesen sus familias dentro de
algún programa de intervención socioeducativa, acompañados de Educadores y
Educadoras Sociales y de otros profesionales.
Samuel N.P.
No hay comentarios:
Publicar un comentario