Hoy
es 30 de enero, un día como hoy pero del año 1948, fue asesinado Gandhi, líder
mundial de la no violencia. Teniendo como referencia esta fecha, Llorenç Vidal,
poeta, educador y pacifista, en el año 1964 instauró el “Día Escolar de la
No-violencia y de la Paz”. Una jornada que se desarrolla en muchos centros
escolares y nos ofrece la visión de como una educación para la paz puede ser
punto de cambios en el mundo.
No
podía dejar de escribir un post para recordar este día, tratando de visibilizar
la relación que tiene la educación para
la paz dentro de la Educación Social.
Antes
de empezar a escribir el post analizó algunos libros y documentos que me puedan
motivar y ayudar en este tema. De lo que tengo por casa consulto aquellos que
en algún momento han sido referencia para comprender, analizar y moldear una
forma de pensar y actuar. De todo ese material, la mayor parte ediciones de los
años 80 y 90, me gustaría destacar: el propio libro de Llorenç Vidal “No-Violencia
y Escuela”. A Lanza de Vasto, filósofo, poeta, artista y activista de la no
violencia, su libro “la aventura de la no-violencia”. Los cuentos de “la carta
de Eloy”, de Amnistía Internacional o la “historia de Erika” de Ruth Vander y
Roberto Innocenti, sobre los campos de concentración nazis. También el gran
“libro de la paz” de Bernardo Benson” y el de Jonh Paul Lederach “Educar para
la paz”. Sin olvidarme de la Declaración Universal de los Derechos Humano o los
propios apuntes de la asignatura de Educación Social “Derechos Humanos y
Educación”. Para la ilustración del post, pude encontrar un dibujo de Ron Cobb,
de su libro “¿qué es eso de la ecología?”.
La
educación para la paz parte de las
idea de educar en Derechos Humanos y de su incorporación al proyecto educativo
de cada centro. Al no ser los Derechos Humanos una asignatura es necesario que
de una manera transversal pueda estar introducida este tipos de en todas las
áreas de las diferentes etapas educativas. También poder trabajar la educación para la paz a través de la educación no formal e informal.
Entendemos
por educar para crear una cultura de la paz, al conjunto de valores, actitudes,
tradiciones, comportamientos y estilos de vida basados en el respeto y promoción
de los Derechos Humanos. Según Molina Rueda y Muño, define la educación para
una cultura de la paz como “el proceso
global de la sociedad, a través del cual personas y los grupos sociales
aprenden a desarrollar conscientemente en el interior de su comunidad y de las más lejanas,
y en beneficio de ellas, la totalidad de sus capacidades, actitudes, aptitudes
y conocimientos para conseguir cada una de las metas que conforman la cultura
de paz”.
Para
lograr todos los objetivos y conseguir cambios en relación a una nueva cultura
de la paz, no nos podemos quedar en hacer actos y jornadas como el 30 de enero,
aunque no por ello se les tiene que quitar su importancia, ya que éstas
permiten sensibilizar y dar toque de
atención a la población escolar y toda la comunidad. Por ello es importante que
se marquen directrices desde una política social comprometida. Es necesario tener
en cuenta la figura del Educador y Educadora Social en los centros escolares, profesional
con una preparación específica para trabajar estos temas.
Quisiera
terminar haciendo una referencia al artículo de Enrique Javier Díez Gutiérrez, profesor de la Universidad de
León y coordinador del área federal de educación de IU, en el Diario de León
del 29 de enero de 2016, en relación a este día de la paz. En el artículo hace
referencia a que la propia Consejería de Educación de Castilla y León promueva
con más interés un concurso literario “envía una carta a un militar anónimo”,
del Ministerio de Defensa, y el introducir en los patios de los colegios exhibiciones
de material bélico del ejecito o de los cuerpos de seguridad, que el
proporcionar una educación para la paz
de calidad y con los recursos necesarios.
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