cristina fanjul | león-diario DE LEÓN 6/6/2016
La Fundación Secretariado Gitano acaba de presentar su informe anual de discriminación, que destapa más de 154 casos de discriminación y delitos de odio hacia los miembros de esta cultura. En este informe se analiza el concepto antigitanismo, término con el que la fundación se refiere a un tipo específico de racismo, que se manifiesta a través de la violencia, el discurso de odio y la discriminación hacia el pueblo gitano.
Si bien en la provincia de León tan sólo se ha detectado un caso de denuncia por discriminación, la coordinadora de la fundación en la provincia, Irene Velado, lamenta que, lejos de disminuir, el rechazo hacia el pueblo gitano sigue siendo una constante. «Nosotros recogemos los casos que nos llegan y los enviamos a Madrid, pero una cosa es comprobar que los casos de discriminación existen y otra muy distinta poder demostrarlo», destaca Velado. La responsable de la fundación subraya, por ejemplo, que uno de los sectores que con mayor fuerza revelan la discriminación es el de la vivienda. «Tenemos muchísimos problemas con los alquileres», denuncia. Según explica Velado, si bien nadie le dice a un gitano que su origen racial está detrás de la negativa a alquilarle un piso, esa es siempre la razón. «En el fondo, sabes que es así», subraya. Y es que Irene Velado precisa que los clichés racistas se repiten hasta la saciedad. «¿Alguna vez ha visto a un gitano meter un burro en un piso? Yo tampoco. Son leyendas, que se repiten sin sentido y causan mucho daño», manifiesta.
Otro de los caballos de batalla contra los que lucha la FSG es el de los medios de comunicación. «Una sola noticia identificando un caso de delito protagonizado por un gitano puede acabar con los logros obtenidos gracias a un año de informaciones positivas», lamenta.
Se avanza de manera lenta en el sector laboral. Destaca la coordinadora en León de la fundación que la labor desarrollada por la FSG ha dado sus frutos y el año pasado se firmaron 60 contratos de trabajo. «No son muchos, pero hay que tener en cuenta que la crisis económica ha producido una grave precariedad que, como no puede ser de otro modo, también afecta a los gitanos», destaca. Irene Velado constata que los discursos de odio antigitanos proliferan con absoluta impunidad en las redes sociales y en internet, incluso se permiten textos y comentarios que incitan al odio o al exterminio de los gitanos.
También el sector de los servicios y acceso a bienes registra numerosos casos, si bien durante 2015 tan sólo se denunció uno de ellos. Los establecimientos se escudan en su derecho a la admisión para no servir a los ciudadanos de etnia gitana. La FSG denunció uno de ellos, el caso de tres mujeres que fueron expulsadas de una cafetería.
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