viernes, 30 de marzo de 2012

El ritual del vinilo

Estos días como no me funciona muy bien el reproductor de CDs del equipo de música de casa, he vuelto a desempolvar el tradicional tocadiscos, acompañado de mis discos de vinilo. Poner un vinilo, concretamente un LP, como así se le llama al disco de varias canciones en cada cara, la A y la B, si son dobles, tenemos la C y la D, es todo un ritual. Comenzamos por la limpieza del plato, el soporte en el que se colocan los vinilos, limpiamos la aguja con un cepillo especial, luego buscamos en la estantería ese disco entre los años 80 y los 90, y que te dejaron huella. Según la hora del día, podemos escuchar rock, pop, jazz, música celta, etc, no sólo es importante el momento, también como se encuentre uno, con bajón, subidón, con ganas de marcha, de vago, de activo, estar súper, o con una gran tristeza, no importa el ritual siempre es el mismo.
Ya tenemos lo que queremos escuchar, miramos la carpeta, los diseños son impresionantes, algunas veces el disco se conoce por el dibujo que muestra. Ese disco de Led Zeppelín, está muy bien, no me acuerdo de su título, pero tiene el retrato de una persona mayor que lleva un haz de leña a sus espaldas, de repente, todos sabemos a que LP se refiere, el que contiene unos de los temas más preciosos de esa banda, “escalera al cielo”.
Seguimos, abrimos la carpeta, sacamos el disco con mucho cuidado, miramos los temas, lo colocamos en el plato y con otro cepillo especial, limpiamos el polvo del propio disco, todo esto con delicadeza. Luego se coloca la aguja con mucho cuidado y comienza a sonar, que maravilla. Seguramente que en la carpeta vienen las letras de las canciones, las vamos leyendo, si están en inglés y no sabemos, no importa, las tarareamos al unísono con el sonido que sale de los altavoces.
Lo fastidioso de los vinilos, de los LP, es que cada veinte minutos hay que ir a darles la vuelta, pero no importa, forma parte del ritual. También que en los vinilos se rallan las canciones, pero tampoco importa, se salta ese tema y se aprovechan los demás. Y luego está el volver a meter el disco en su lugar, posiblemente se encuentren etiquetados, por estilos y por años.
El ritual del vinilo es aplicable a mi trabajo en Servicios Sociales de Base. Cuando preparo con mis compañeras las entrevistas, las visitas o la propia elaboración de un proyecto, recogemos información, analizamos documentos, escribimos, repasamos, mimamos cada tarea, sacamos y metemos papeles de los archivos, etc. Cuando todo está en marcha, hacemos un seguimiento de como está desarrollándose, si algo no sale como estaba previsto, no se desecha, se reutiliza y se aprovecha lo mejor.


Samuel N.P.

2 comentarios:

Asier Felix dijo...

La educación social siempre mirando al entorno y como bien apuntas, por qué no tarareando " Starway to heaven ".

Un saludo, Samuel.

Siempre Bierzo ¡¡ Siempre grande ¡¡

Samuel Núñez Pestaña dijo...

Bien Asier, por tu inglés, yo ni papa.
Un abrazo.
Samuel