miércoles, 26 de junio de 2013

La caja de los sentimientos


Los sentimientos es un estado del ánimo que se produce por causas que lo impresionan. Estas causas pueden ser alegres y felices, o dolorosas y tristes. El sentimiento surge como resultado de una emoción que permite que el sujeto sea consciente de su estado de ánimo. Los sentimientos están vinculados a la dinámica cerebral y determina cómo una persona reacciona ante distintos eventos. Se trata de impulsos de la sensibilidad hacia aquello imaginado como positivo o negativo. En otras palabras, los sentimientos son emociones conceptualizadas que determinan el estado de ánimo. Las expresiones de los sentimientos dan origen a las emociones. Los sentimientos son más personales. Los sentimientos pueden ser positivos cuando promueven las buenas obras, o negativos si fomentan las malas acciones.

El otro día estuve presente en una de las sesiones del programa de prevención de drogodependencias “Nexus”, en el que participaban un grupos de adolescentes de 12 y 13 años. Una de las actividades que desarrolló en la sesión la psicóloga, Vanessa Ramajo, ha sido “la caja de los sentimientos”. Presentaba la conductora del grupo lo que sería esta actividad, y decía, a la vez que enseñaba una pequeña caja, aquí dentro están escondidas nuestras emociones y sentimientos vividos. Son tus sentimientos, es tu sentir y sólo el tuyo.
El grupo se coloca en un círculo, muy relajado, en la caja diversas tarjetas, la persona nombrada se levanta y escoge una de ellas. A María le ha tocado el color naranja y pone familia. La conductora le va haciendo preguntas sobre su familia, se provocan recuerdos, algunos pertenecen al ayer, otros son muy cercanos, se despiertan los sentimientos y afloran las emociones. María se siente bien contando al grupo lo que significa para ella su familia, siente lo que dice y lo vive. Quiere compartir con sus compañeros y compañeras los gestos, las miradas, los deseos y cada sentimiento que manifiesta. La conductora termina diciendo, es preciso aprender a compartir con los demás los sentimientos que tenemos, pero es muy importante que lo hagamos cuando necesitamos ayuda. Hablar de cómo te sientes puede que sea lo que se aprende con esta “caja de los sentimientos”.
Que importante sería dedicar un pequeño tiempo dentro del horario escolar a desarrollar acciones como la “caja de los sentimientos” con los niños y las niñas, también en cualquier intervención social con diferentes colectivos y edades.  
Un aviso para los que navegamos en un mar de variantes situaciones sociales, con mareas bajas o altas, a la orilla o mar adentro, hablar de sentimientos puede que sea el recurso idóneo para aplicar.
Samuel N.P.  
 

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