Los sentimientos es un estado del ánimo que se produce por causas
que lo impresionan. Estas causas pueden ser alegres y felices, o dolorosas y
tristes. El sentimiento surge como
resultado de una emoción que permite
que el sujeto sea consciente de su estado de ánimo. Los sentimientos están vinculados a la dinámica cerebral y
determina cómo una persona reacciona ante distintos eventos. Se trata de
impulsos de la sensibilidad hacia aquello imaginado como positivo o negativo. En otras palabras, los sentimientos son emociones conceptualizadas que
determinan el estado de ánimo. Las expresiones de los sentimientos dan origen a las emociones. Los sentimientos
son más personales. Los sentimientos pueden ser positivos cuando promueven las buenas
obras, o negativos si fomentan las malas acciones.
El otro día estuve presente en
una de las sesiones del programa de prevención de drogodependencias “Nexus”, en
el que participaban un grupos de adolescentes de 12 y 13 años. Una de las
actividades que desarrolló en la sesión la psicóloga, Vanessa Ramajo, ha sido “la caja de los sentimientos”. Presentaba
la conductora del grupo lo que sería esta actividad, y decía, a la vez que
enseñaba una pequeña caja, aquí dentro están escondidas nuestras emociones y
sentimientos vividos. Son tus sentimientos, es tu sentir y sólo el tuyo.
El grupo se coloca en un círculo,
muy relajado, en la caja diversas tarjetas, la persona nombrada se levanta y
escoge una de ellas. A María le ha tocado el color naranja y pone familia. La
conductora le va haciendo preguntas sobre su familia, se provocan recuerdos,
algunos pertenecen al ayer, otros son muy cercanos, se despiertan los
sentimientos y afloran las emociones. María se siente bien contando al grupo lo
que significa para ella su familia, siente lo que dice y lo vive. Quiere
compartir con sus compañeros y compañeras los gestos, las miradas, los deseos y
cada sentimiento que manifiesta. La conductora termina diciendo, es preciso
aprender a compartir con los demás los sentimientos que tenemos, pero es muy
importante que lo hagamos cuando necesitamos ayuda. Hablar de cómo te sientes
puede que sea lo que se aprende con esta “caja de los sentimientos”.
Que
importante sería dedicar un pequeño tiempo dentro del horario escolar a
desarrollar acciones como la “caja de los sentimientos” con los niños y las
niñas, también en cualquier intervención social con diferentes colectivos y
edades.
Un aviso para los que navegamos en un mar de variantes situaciones
sociales, con mareas bajas o altas, a la orilla o mar adentro, hablar de
sentimientos puede que sea el recurso idóneo para aplicar.
Samuel N.P.
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