Los Educadores y Educadoras
Sociales debemos tener en cuenta como profesionales del diagnóstico
socioeducativo una serie de principios a respetar:
a)
Profesionalidad:
La intervención siempre con respeto a la persona, protegiendo el principio de
los Derechos Humanos, con responsabilidad, competencia profesional y prudencia
en la utilización de técnicas y herramientas.
b)
Acción
socio-educativa: El Educador y Educadora Social ha de ser coherente con la
responsabilidad de acompañar a la personas, a los grupos y a la propia
comunidad para que resuelvan sus necesidades.
c)
Objetivos:
Se deberán buscar permanentemente lo verdadero y válido para la persona, su
perfeccionamiento profesional y la promoción de los principios de libertada de
prender, de enseñar e igualdad de oportunidades educativas para todos y todas.
d)
Derechos Humanos
y Leyes: Siempre actuar respetando la legalidad vigente y los Derechos
Humanos.
e)
Responsabilidad
de la información: Secreto profesional de las informaciones obtenidas,
cuidando la discrecionalidad cuando se pase la información a otros
profesionales.
f)
Formación
Permanente: Somos profesionales que tenemos el deber y el derecho de
recibir formación, de actualizar y mejora nuestras competencias de manera
continua.
g)
Solidaridad
profesional: Una actitud por parte del profesional que sea activa y
contractiva.
h)
Respeto al
sujeto: Respetar la dignidad de sujeto como persona, su autonomía y
libertad.
i)
Coherencia
institucional: La labor del Educador y Educadora Social debe ser coherente
y respetuosa con las estrategias y proyectos de las instituciones donde
trabaje.
j)
Participación
comunitaria: El Educador y Educadora
Social debe promover la participación de las personas y de la comunidad.
k)
Trabajo en
equipo: El Educador y la Educadora
Social deberán facilitar y aprovechar el trabajo en equipo
participando en actuaciones interdisciplinares.
Del libro “Diagnóstico de la Educación Social ”
Autoras: Piedad Granados García-Tenorio y María José Mudarra
Sánchez
UNED-Editorial Sanz y Torres