domingo, 20 de marzo de 2016

La caridad no saca de la pobreza


Bienestar social versus caridad es el dilema que plantea ‘Ouróboros: La espiral de la pobreza’ que ahonda en el ‘asistencialismo’ de la España en crisis.

ana gaitero | león
Ouróboros es una palabra griega que significa círculo eterno y también lucha eterna. En la España del siglo XXI sirve a los autores del documental estrenado ayer en León para señalar el «círculo vicioso» de la pobreza.
«La caridad se ha convertido en la herramienta de la sociedad para paliar la pobreza, sin ahondar en sus causas», subraya Julio Reyero, coautor del documental Ouróboros: La espiral de la pobreza, cuya dirección técnica y artística es de Rafael Fuentes.
El documental proyectado ayer en León en la sede de la CNT arranca con una intervención de Gonzalo Puente Ojea, quien fuera embajador de España ante la Santa Sede. «La cruz de los pobres y la cruz de la pobreza en España es precisamente la alusión a una especie de brutal e insoportable círculo vicioso en que los que se consideran ayudas de los pobres son los que fabrican las estructuras y los que hacen la pobreza mayoritaria de los españoles».
El documental está inspirado en el trabajo que Julio Reyero realizó sobre la religión y sus instituciones en España, en el que desvela que la Iglesia Católica recibe 11.000 millones al año del Estado de forma directa o indirecta y las otras religiones ‘minoritarias’ perciben dinero a través de la Fundación Pluralismo y Convivencia. En sus primeros 3 años y medio (hasta mayo del 2008) se repartieron 6.149.886 de euros entre los evangélicos, 5.887.825 entre los musulmanes y 2.130.873 entre los judíos.
El trabajo documental incide en que la caridad está en manos de instituciones religiosas de forma mayoritaria, pero «el trato que tienen con el Estado no se corresponde con los comportamientos de encubrimiento de abusos sexuales, especulación...» por parte de la iglesia católica de manera particular.
El documental recoge la lucha de diversos colectivos sociales por dignificar a las personas frente al sistema caritativo «que nos quieren vender como solidaridad mientras se desmantelan los servicios públicos», denuncia Reyero.
Cáritas y el Banco de Alimentos se han convertido en las dos grandes instituciones que palian la pobreza en la España de la crisis mientras se adelgazan los servicios sociales básicos «con el recorte del 40% del presupuesto a los ayuntamientos, que son los responsables de prestarlos a través del plan concertado», añade.
Incluso personas con trabajo se ven obligadas a acudir a las instituciones de caridad para comer. «Los mismos impulsores de esas medidas políticas que aumentan la brecha entre los ricos y los pobres son los que apoyan directamente esas formas de caridad y de beneficencia», apunta Reyero en el documental. Como ejemplo, el traspaso a Cáritas de viviendas del Ivima de Madrid para que gestiona su alquiler. En la otra cara de la moneda, la experiencia ciudadana del barrio de Manoteras frente a los desahucios.
La presidenta del Consejo General de Colegios de Trabajadores Sociales, Ana Lima, explica en la cinta que «tanto la caridad como el asistencialismo tienen en común que no cuestionan el orden establecido, plantean poner una solución puntual para que no se generen problemas». Ni caridad ni asistencialismo cuestionan las causas, de manera que ni se buscan éstas ni se intenta transformar el sistema social para acabar con el problema. «Si una persona está mal el problema es suyo, individual, si es pobre es porque no ha sido capaz de salir de esa situación, no es lo suficientemente hábil, el problema es de él» no es de la sociedad. Lima pronostica que el adelgazamiento del bienestar social acabará con la «atención primaria». «Va a quedar un sistema de copago para el que pueda pagar algo y toda la parte de la pobreza y la exclusión, que no tiene cuota de mercado, se va a ir hacia el tercer sector con carácter de beneficencia».
También denuncia las prácticas discriminatorias en el acceso a la caridad como exigir el DNI o excluir a personas inmigrantes. «En un tema básico como es la alimentación, no cumplen los requisitos de un proyecto de bienestar social que busca la calidad de vida de todo el mundo». Una práctica que se agrava en el caso de las organizaciones que reciben «subvenciones del Estado».
El trabajo recoge la denuncia que el órgano colegiado de los profesionales del trabajo social realizó contra el programa de Televisión Española ‘Entre todos’ por convertir en espectáculo el drama de la pobreza sin ahondar en sus causas. Formaba parte del guión que las personas afectadas por una situación dramática salieran en pantalla «incluso llorando», explica Reyero. La conclusión: «La caridad no saca de la pobreza».
Noticia: Diario de León, 19 de marzo de 2016

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