Se buscan 34 familias. Cruz Roja de León necesita incorporar a su ‘bolsa’ de acogedores a personas que ofrezcan un hogar a 38 menores entre 10 y 16 años tutelados por la Junta. Las familias disponibles rechaza a los adolescentes y esperan a niños pequeños. Antes de meter en sus casas a un nuevo miembro, las personas acogedoras pasan una formación que dura entre 6 y 12 meses..
Artículo de Carmen Tapia, Diario de León, 1 de noviembre de 2017
Cruz Roja busca familias para acoger a 38 menores con edades comprendidas entre los 10 y los 16 años. Urgen hogares para 31 niños y niñas y para tres grupos de hermanos (7 menores) entre los 7 los 10 años. No es la mejor edad para salir de los centros de acogida de los servicios sociales de la Junta de Castilla y León. Ninguna de las 60 familias disponibles (entre las que ya tienen menores acogidos y las que están a la espera) quiere meter en sus casas a menores que pasan por una edad crítica. «La adolescencia de los hijos es una etapa difícil para todas las familias y no quieren arriesgarse con menores a los que no conocen», explica Camino Sanz, técnico de programas de familia de acogida de Cruz Roja. Las familias disponibles quieren niños y niñas más pequeños. Por eso urgen familias para engrosar la ‘bolsa’ de personas que quieran ayudar a menores que se han criado en entornos en los que no han recibido un buen trato. Un reto para las familias solidarias que necesitan una preparación previa de formación y valoración que puede durar entre seis meses y un año. «El proceso no es corto. Se necesita motivación y formación para garantizar el éxito del programa». Las dificultades de convivencia y educación causa una media de cuatro renuncias al año. «Es lo que llamamos acogimientos interrumpidos».
Los 38 menores candidatos para salir de los centros de acogida son niños y niñas que se encuentran con medidas de protección por la gravedad de las situaciones familiares de origen. «Los motivos de separación de su familia de origen suelen ser diversos, con múltiples factores de riesgo que comprometen el bienestar infantil y que son consecuencia de la falta de capacidad de cuidado, crianza y educación de las personas que los tienen a su cargo», explican desde Cruz Roja. Son familias desestructuradas, en exclusión social, dificultares graves con patologías y adicciones, ingresos en prisión, fallecimientos repentinos, falta de apoyos o maltratos. «Necesitan una familia estable», destaca Camino Sanz.
Cruz Roja necesita más familias. Los niños en acogimiento en León ha aumentado en los últimos ocho meses. En la presentación de la campaña de este año, en el mes de marzo, los servicios sociales necesitaban hogares para 21 menores entre 4 y 17 años. Otros 77 viven ya en familias de acogida., que reciben una atención individualizada que les permite crear vínculos positivos, construir otras formas de relación, incorporar rutinas, valores y habilidades para una mejor adaptación e la vida diaria, facilitando sus relaciones sociales y desarrollo de futuro.
Además de la voluntad, las personas que quieran participar en este programa necesitan una formación específica. En las casas acogedoras tiene que haber estabilidad social, laboral y económica «y se tiene especialmente en cuenta su capacidad educativa y relacional». Deben pasar por un proceso de formación y valoración «donde la familia pueda reflexionar sobre esta decisión hasta llegar a constituirse como familia a cogedora». Para ser familia acogedora no importa la edad, el sexo, el estado civil o la posición socioeconómica. El tiempo de acogimiento estará determinado por las necesidades, edad y situación del menor y de su familia. «Tienen que aprender que el acogimiento es temporal porque cuando la familia del menor solucione el problema por el que ha sido necesario separar al niño de su familia tiene que volver a su casa».
En León hay familias que tienen una trayectoria extensa en acogimientos de menores y otras se incorporan al programa. «En estos momentos hay familias que están en suspensión temporal, de respiro. Es doloroso cuando un niño se tiene que marchar y necesitan recuperarse de la experiencia vivida», explica la técnico de Cruz Roja.
De las 60 familias que participan en León en el programa de acogimiento, 20 tienen una larga experiencia, otras veinte se incorporaron hace tres años y otras diez están a la espera de niños menores de diez años. «La idea es que haya una bolsa de familias disponibles para que en el momento en que tengamos necesidad de recurrir a ellos puedan estar disponibles».
Ninguno de los 34 menores que están a la espera de encontrar una familia de acogida lleva en el centro institucional más de dos años.
El objetivo del programa es dar cumplimiento al derecho de todos los niños y niñas a vivir y crecer en una familia, teniendo como horizonte el retorno con su familia de origen cuando sea posible.
«Los niños tienen las mismas necesidades ahora que cuando comenzó el programa por la falta de atención y daño emocional, lo que les dificulta seguir un rendimiento adecuado en la escuela. Algunos no estaban ni escolarizados, sufrían abusos y estaban mal alimentados».
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