Entre
los muros de referencia dentro de mi existencia, siempre guardé en mi cabeza
dos de ellos, bien distintos, pero al fin “muros” que no dejaban ver al del
otro lado. Uno de ellos “The Wall”, el “Muro” en español, un doble álbum musical
de Pink Floyd, publicado 1979, el otro, “El Muro de Berlín”, un muro de
seguridad, que desde 1961 gasta 1989, separaba la ciudad de Berlín, dividiendo
las dos Alemanias.
Con
la eliminación de las fronteras en los países de la Unión Europea, pensé que
esa decisión sería un ejemplo a seguir por el resto del mundo y que permitiría
unir más a los pueblos. Después me fui dando cuenta que los verdaderos muros
seguían separando a los países ricos de los más pobres, que el Mediterráneo era
otro gran muro, lo mismo que las alambradas de Ceuta y Melilla.
Los
muros están por todas partes, con personas de un lado y del otro, con historias
que contar y vivir. Por eso me pongo delante del televisor a ver el documental
“Detrás del muro”, un trabajo desarrollado por el equipo del Intermedio de la
SextaTV y de la ONGs “Save the Children”, sobre la huida de miles de niños,
niñas, mujers y familias que se juegan la vida para llegar a los Estados Unidos, pasando
la frontera de México. Me colocó en el sofá, libreta en mano, pongo las gafas
de un Educador Social y trato de empatizar con el contenido.
Desde
el primer instante el documental nos hacer sentir las muchas realidades que
tienen que pasar la población de Centroamérica, en concreto la de Nicaragua,
Guatemala, el Salvador y Honduras, que con su huida de la pobreza y de la
violencia, intentan pasar el “muro” para encontrar una vida mejor.
Durante
el camino de miles de kilómetros, los niños y niñas se ven expuestos a la redes
de tráfico, a la trata de personas, a la violencia, a los abusos sexuales,…, a
todas aquellas atrocidades que deseamos que no le pasen a nadie.
Aparece
en la pantalla Wendy, una niña que fue violada a los 14 años en Honduras, un año
después, siendo madre, fue atacada en plena calle y un disparo la dejó sin ojo.
Empezó un camino desesperado para salir de Honduras, escapar de la violencia
y llegar a un lugar con un futuro mejor.
Después
vendría José, Jooselin, Luis,…, son vidas que buscan otras vidas, que lo han
perdido todo, por eso empiezan a seguir un camino partiendo de la nada, pero la
mayoría de las veces, ese camino se vuelve intransitable y peligrosos, tanto
que a final te puede más la desesperanza que la esperanza, y llegas a desistir.
En
el camino aparecen “los Coyotes”, esas mafias que por dinero te llevan a la
frontera, si todo va bien te pueden pasar. También el viaje a los lomos de la
“Bestia”, ese tren de mercancías que atraviesa todo México y que se llena de
migrantes en todo los techos de la vagones sin ningún tipo de seguridad, el mismo
que le seccionó una pierna a Luís.
Estas
personas huyen de sus países de nacimiento, dejan a sus familias, amistades, sus
casas y pueblos, lo hacen por buscar una oportunidad en sus vidas,
oportunidades que en sus lugares no se les da o se les ha robado. Pero se
encontrarán con un fuerte “muro”, el del Presidente Trump, al grito de “ni uno,
ni una más”, y el resto del mundo qué es lo que hace, ¿y tú qué piensas hacer?.
Samuel N.P.
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