domingo, 20 de enero de 2019

La fábula capitalista de la niña sin miedo y el toro


Artículo de Koldo Gutiérrez
Contacto: www.revistacactus.com

La niña sin miedo contra el toro embistiendo podría ser una fábula clásica de los hermanos Grimm o Charles Perrault, pero es algo mucho más interesante y complejo: una metáfora sobre los tiempos modernos. El pasado 7 de marzo, víspera del Día de la Mujer, apareció en Wall Street, justo enfrente del mítico toro, la estatua de una niña con pose desafiante. Sus escasos 130 centímetros y 110 kilos poco tienen que hacer frente a la bestia de 3,4 metros de altura y más de tres toneladas. Sin embargo, la cría de bronce se ha convertido en todo un símbolo feminista y de lucha contra el poder. Tanto es así que, tras una petición en Change.org, el alcalde de Nueva York ha declarado que la figura permanecerá allí durante al menos un año más.
La estatua, obra de la escultora uruguayo-estadounidense Kristen Visbal, se instaló sin previo aviso frente al enorme animal, lo cual ha enfurecido a su autorArturo Di Modica:
“Lo que hicieron está mal. Yo lo hice para todo el pueblo americano. No está diseñado para hombres, mujeres u homosexuales. Se están aprovechando de la situación. No está bien que insulten a todos los americanos, ni a mí ni mi trabajo. Lo puse ahí por el arte. Mi toro es símbolo de prosperidad y de fortaleza.”
 
El escultor italoamericano colocó su estatua a finales de 1989, también sin permiso, tras pagar de su propio bolsillo los 350.000 dólares que costó, lo cual encaja plenamente con ese mensaje de “prosperidad” que menciona, tras el gobierno de Reagan y con Bush padre en su primer año; un icono agresivo en la cuna del capitalismo en pleno auge neoliberal. La niña sin miedo, en cambio, no ha sido pagada por su autora, sino por State Street Global Advisors, un fondo de inversiones, y la iniciativa forma parte de una campaña publicitaria cuidadosamente diseñada por McCann Erickson, una de las agencias más importantes del mundo. A los pies de la escultura hay una placa con este mensaje:
“Know the power of women in leadership. SHE makes a difference”.
(“Conozca el poder de las mujeres en el liderato. ELLA marca una diferencia”.)
Una frase muy bonita que habla sobre el empoderamiento femenino en el mundo de las finanzas, pero que en realidad hace alusión al código bursátil de la empresa: SHE. Por eso, no han tardado en surgir voces en contra de la niña, o, más concretamente, de su supuesto valor como símbolo de la lucha feminista. Una de las reflexiones más interesantes viene por parte de la escritora Cara Marsh Sheffler:
“El feminismo corporativo siempre acaba traicionando la lucha de las mujeres por la justicia. Por eso esta escultura financiada por Wall Street nunca será un símbolo al que abrazar”.
Para dejar claras sus intenciones, la empresa financiera incluso ha publicado un manifiesto titulado La niña sin miedo manda un poderoso mensaje; vaya si lo hace: deja patente que revestir el marketing de activismo siempre da buenos resultados. La niña no debería estar frente al toro, sino montada sobre él, pues representan exactamente lo mismo. La moraleja está clara: la victoria del capitalismo, aunque ahora vaya disfrazada de causa social.

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