Los padres de niños con trastorno de espectro autista reclaman un mayor «respaldo» de administraciones e instituciones públicas y la apuesta por una educación que sea «realmente» integradora en los colegios, intentando normalizar el aprendizaje de sus hijos. Esta es una de las reivindicaciones de Autismo Bierzo, una organización que nació el año pasado para ayudar y dar apoyo a las familias con hijos diagnosticados de autismo o trastorno general de desarrollo.
«Debería haber más apoyo, específico e individual, porque ningún caso de autismo es igual, incluso parece que cada niño tuviera un trastorno diferente», explica a Ical el presidente de Autismo Bierzo, Iván Rivera, que aboga por que se haga un esfuerzo para que sus hijos tengan esa atención especial pero dentro de centros escolares ordinarios donde puedan relacionarse con otros pequeños de su edad.
Rivera se siente en cierta medida afortunado porque su hija, Anais, va al colegio en Toral de los Vados y juega, aprende y se divierte día a día con sus compañeros, al tiempo que recibe cuatro horas de apoyo a la semana y también tiene un profesor de audición y lenguaje, además de la atención que le prestan otros profesores en horas que tienen libres. Pero esta situación no se da en todos las escuelas y lo más habitual es optar por centros de educación especial, como es el caso del Bergidum.
«Lo ideal es que puedan acudir al colegio ordinario porque todos tienen capacidad de aprendizaje y mejorarían sus relaciones sociales, imitarían a otros niños, normalizarían conductas y hábitos», añadió Rivera, mientras observa cómo se desarrolla uno de los talleres que imparten este verano en su local de los bajos de El Toralín. Una idea que también comparte la psicóloga Cristina Guerra, que colabora como voluntaria a través de su consulta ‘Psicologym’, que considera que la inclusión del niño autista en el aula regular es «la mejor terapia».
«Se habla mucho de integración y al final es lo que falta», lamenta Guerra, que reconoce que se exige más la adaptación del niño al sistema escolar existente, que la adaptación de este a las necesidades educativas de los pequeños. Así, puntualiza que a veces, en el caso del autismo, su aislamiento en colegios especializados puede llevar a un estancamiento en la evolución del niño. «Son niños que imitan mucho y, al no estar con niños no autistas, se pierden muchas posibilidades de seguir evolucionando, pierde vocabulario», añade el presidente de la asociación Autismo Bierzo.
Noticia: Diario de León, 16 de agosto de 2013
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