Hola a todos y a todas, este es mi aportación como reflexión sobre el Congreso Estatal de Educación Social de Sevilla para el Boletín del Colegio de Educadores y Educadoras Sociales de Castilla y León en el apartado "ECOS del Congreso"
Así
comienza la mañana del día veintiuno de abril en Sevilla, toda la noche viajando
desde la comarca leonesa del Bierzo, un viaje largo, de diez horas, pero seguro
que merecía la pena sentir ese cansancio que sería restablecido cuando sonase
la sirena de la inauguración del VII Congreso Estatal de Educación Social.
Han
pasado cuatro años de espera desde el último Congreso en Valencia, cuatro años
puede ser poco tiempo para un profesión que se está desarrollando, construyendo
y asentando sus pilares. En Valencia comencé a sentir que la Educación Social
sería una profesión con mucho futuro y necesario en el ámbito social, en Sevilla,
desde luego que no me ha quedado ninguna duda.
El
Congreso de Sevilla sentó las bases de su propio mensaje “la profesión como
impulsora de la transformación social”, plateando estrategias para poder
construir una ciudadanía en democracia. Visibilizar la Educación Social y al
conjunto de profesionales que la desarrollan desde un espacio técnico y
vocacional.
Los
formatos de diálogos han permitido desarrollar otra forma de presentación y
debate de los diferentes temas, le ha dado otro aire del que uno no se
encuentra acostumbrado, pero según pasaba el tiempo se consiguió llegar a un
discurso más cercano a los y las asistentes.
El
Congreso tiene su gran positividad en los encuentro de hall, pasillos y
habitaciones. También en el intercambio de experiencias, conocer otros puntos
de vista, relacionarnos, analizar, desarrollar nuestro pensamiento crítico, ser
capaces de mantener lugares de reflexión con profesionales de otras
disciplinas, con los que mantenemos una gran diversidad de ideas y proyectos.
Después,
de vuelta a casa, he pensado mucho, escribí varios post en mi blog, he leído
varias veces mi cuaderno de anotaciones, me he dado cuenta que los Educadores y
Educadoras Sociales estamos más cerca de las personas que de sus problemas, así
que asumimos una gran responsabilidad en nuestra intervenciones, sin ponernos
delante de nadie, mejor al lado, aplicando proceso de ejecución desde lo
socioeducativo.
Me
quedo con esta reflexión de Antonio Manuel Seixas, ponente de uno de los
Diálogos en el Congreso y que dice: “el mundo cambia, pero lo que diferencia es
la dirección del cambio”.
Samuel N.P.
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