Sobre
el concepto de evaluación, se puede decir que significa recoger y analizar sistemáticamente
una información que nos permita determinar el valor y/o mérito de los que se
hace.
Entonces
por qué debemos evaluar, sobre todos por dos razones:
-
Es una manera de
retroalimentarnos en el proceso de evaluar las intervenciones, un modo de
mejorar y progresar.
-
Es una
responsabilidad social y política, especialmente si las actividades realizadas
han necesitado de dinero público o de procedente de entidades sin dinero
lucrativos.
La
evaluación mide el grado de idoneidad, eficacia y eficiencia de
una actividad, proyecto o programa.
Aunque
hasta no hace poco se decía que el perfil de las personas que evalúan deberían
ser profesionales altamente cualificados, no es así en la realidad, pero es
verdad que todo profesional que dirija un proceso evaluativo debería tener unos
conocimientos básicos tanto teóricos como técnicos, así como un dominio de los
diversos instrumentos y herramientas para evaluar.
Desde
la Educación Social damos un paso más y hablamos de “evaluación participativa”, como
aquella que escucha a todas las partes, con especial protagonismo a la
comunidad, y que tiende a mejorar la objetividad. Este tipo de evaluación participativa también
garantiza que las conclusiones tengan un impacto más visible y transparente del
proceso.
Cómo
podemos desarrollar un tipo de evaluación
participativa:
Voy
a describir un proceso de evaluación
participativa desarrollado en una entidad de voluntariado del medio rural, con
17 personas que participaron en una actividad en concreto y cuya ejecución ha durado
un día.
Si
eres profesional de la Educación Social y vas a dirigir la evaluación participativa debes diseñar los objetivos que se
pretenden, el tiempo necesario, con que personas contamos, lugar, material que
necesitamos, las herramientas a utilizar, el día, funciones de las personas en
la evaluación, qué es lo que queremos evaluar, etc, es decir planificamos todo
el proceso.
Como
en este caso las personas que han participado en la evaluación no han estado en
el diseño, fase que se les debe incluir, es necesario explicarles en la sesión
evaluativa los métodos para recopilar y analizar la información. Para hacer
este paso más atractivo se elaboró una presentación en powertpoint, por lo que
consiguió una mayor atención.
Se
han evaluado de la actividad la planificación, la organización, los objetivos, la
sostenibilidad, la participación y el impacto en la comunidad. Para ello se
utilizaron preguntas cuestionarios en los que las preguntas recontestaban sobre
una escala de valoración de 0 a
5. Para el final se dejó lo que llamamos mejoras de la actividad para una
posterior organización, para ello utilizamos la técnica de “tormenta de ideas”.
Ahora
toca recoger toda la información y validar los resultados, para luego redactar
el informe final, éste último también se podría hacer contando con las personas
participantes, consideramos que produciría cansancio con tantas reuniones y no
se hizo, aunque sería lo ideal. Dicho informe se entregó a la dirección de la
asociación que lo comentará en la próxima reunión.
Con
este tipo de evaluación participativa
conseguimos establecer un proceso de aprendizaje entre las personas
participantes, todos y todas se enriquecen, se da seguridad e independencia al
grupo, permite la comunicación y el debate, nadie se siente discriminado de no
contar con él o con ella, es útil en cuanto se aportan conocimientos, no se
manipulan los resultados y se mejoran las actuaciones futuras.
Samuel N.P.
No hay comentarios:
Publicar un comentario