
- Sabía
que esto pasaría. Lo presagiaba y al final la triste realidad lo ha confirmado.
Leo con verdadera consternación noticias que te hielan la sangre. En algunos
casos, los gitanos y las gitanas son agredidos físicamente en los pasos
fronterizos y en los procesos para el refugio. Una mujer romaní que había
llegado a Moldavia dijo que ella y su familia habían pasado cuatro días
esperando en la frontera sin comida ni agua, y que después de encontrar un
refugio fueron expulsados por los propios guardias ucranianos.
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Al llegar a las fronteras de los estados vecinos se han encontrado con una
discriminación “brutal” a ambos lados de las fronteras del país. Tanto que los
más diversos grupos de defensa de los derechos humanos están poniendo el grito
en el cielo.
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- Nuestro más acreditado punto de referencia
- Zeljko Jovanovic se ha convertido en
el informador de referencia para conocer la situación por la que atraviesan los
gitanos ucranianos. Es un líder gitano que dirige la Oficina de Iniciativas
Rromá, cuyo objetivo es fortalecer las voces y el liderazgo de los gitanos,
así como mejorar las políticas públicas y los servicios que se les brindan. Su
experiencia es valiosa porque anteriormente había trabajado para la
Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). En su día
ayudó al gobierno serbio para la realización de proyectos municipales para
romaníes financiados por la Unión Europea. Su testimonio es dramático: “Grupos
que trabajan sobre el terreno en las fronteras de Eslovaquia, Rumanía y Hungría
nos han confirmado la dura discriminación que sufren las familias gitanas, y
también los informes de los medios de comunicación lo han respaldado. Los
gitanos son maltratados tanto por los guardias fronterizos como por la
población local una vez que salen de Ucrania”.
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Hay organizaciones que residen en los países colindantes con Ucrania que están
realizando un trabajo extraordinario acogiendo a las familias gitanas que
intentan salir del infierno de la guerra. No hay que olvidar que Ucrania es un
país muy grande y que tiene frontera con siete países. Al norte y al este tiene
la frontera más larga con Rusia. Con Bielorrusia por el norte.
Por el oeste linda con Polonia y Eslovaquia y por el suroeste
comparte frontera con Rumanía, Hungria y Moldavia. La población
gitana de estos países supera los cinco millones de personas.
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- Algunas muestras de discriminación
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El Centro Europeo de Derechos de los Gitanos (ERRC Estas son sus siglas
en inglés), ha denunciado que en todas las fronteras de los países donde se
acogen refugiados se les hace esperar en colas muy largas de muchos kilómetros
sufriendo las inclemencias de un tiempo de frio infernal. Colas interminables
que no hacen los refugiados “gachés”. “Los gitanos siempre son los últimos
en salir del país”, afirmó Jovanovic”.
- Béla Rácz es miembro de la Conferencia
Permanente Gitana, una organización húngara de debate e ideas que se ocupa
de la minoría gitana de su país. Béla Rácz que ayuda a
los refugiados romaníes que llegan a Hungría, dijo que durante los
tres días que su organización pasó en la ciudad fronteriza de Zahony, en
el este del país, los gitanos fueron victimas de la desconsideración de la
policía tanto ucraniana como húngara. Los refugiados llegaron a la frontera en
autocares distintos —en uno los gitanos y en otro los “gadchés”—. La policía
ucraniana había dispuesto esa forma de traslado. Pero lo más grave del caso es
que, según atestigua Béla Rácz, “las madres gitanas fueron controladas por
la policía húngara muchas veces, pero las madres no gitanas no”.
- Jaroslav Miko, al frente de una
ONG que ha transportado a más de 100 refugiados romaníes desde la frontera
entre Ucrania y Eslovaquia hasta la República Checa, aseguró que había visto “discriminación
de los romaníes entre los voluntarios que recogían a la gente en la frontera”.
Afirmó, como ejemplo, que los voluntarios recogían a algunos refugiados en
vehículos y los trasladaban a otros lugares, pero que a las familias romaníes
se rechazaba brindarles ayuda. Así lo confesó a Inter Press Service (IPS)
que es una agencia mundial de noticias, comprometida con el ejercicio de
periodismo independiente y especializada en reportajes analíticos sobre
procesos y acontecimientos económicos, políticos, sociales, artísticos y
culturales. Los reporteros de IPS han dado fe de la marginación que sufren los
refugiados gitanos.
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- Hay que tener el corazón de piedra para no emocionarse
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Estoy seguro de que la inmensa mayoría de los ciudadanos españoles nos
conmocionamos cuando vemos las imágenes dramáticas que nos ofrecen las
televisiones. Ciudades arrasadas por las bombas, hospitales, iglesias y
escuelas convertidas en escombros. Madres destrozadas con sus hijos en brazos buscando
refugio contra el fuego y la metralla de llueve desde los aviones. Y me digo
que el corazón de los ciudadanos rusos no puede ser tan duro como para no
conmoverse ante tanto dolor. (Pero esta es otra faceta de las guerras que se
ganan o se pierden primero en los medios de comunicación. Ya me ocuparé)
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A mí me ha emocionado hasta las lágrimas contemplar la imagen de una mujer
gitana mayor, cuya petición la expresa con este simple lamento:
"Todo lo que necesitamos es algo de beber y pan seco. Lo principal es que
toda la familia esté junta".
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- Pero la esperanza sigue abierta
- Los gitanos y las gitanas están reaccionando. Especialmente los de las familias
de los países vecinos que están proporcionando toda su ayuda. Así lo han
reconocido los medios de comunicación. Incluso Zeljko Jovanovic ha
manifestado que “hay una buena red de grupos de activistas romaníes que
coordinan el trabajo para ayudar a los refugiados, y también hay alcaldes
romaníes en muchas ciudades cercanas a las fronteras de Rumanía y Eslovaquia
que están dispuestos a acoger a los refugiados romaníes y a organizar su
alojamiento».
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Y en España igualmente hay varias organizaciones gitanas que han puesto en
marcha sus recursos para llegar hasta la frontera polaca con Ucrania para
entregar ropa y alimentos y traerse a nuestro país a las familias que quieran
acompañarlos.
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Que Devel les diñele buter latchó bají. (En kaló: “que Dios les dé muchísima buena
suerte)
- Juan de Dios
Ramírez-Heredia Montoya
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Abogado y periodista