miércoles, 9 de noviembre de 2011

Traseras pintadas



Hace varios días que nos envuelve una noticia en todos los medios de comunicación, televisión, radio y prensa escrita, sobre los anuncios de prostíbulos en Valencia, realizados sobre los autobuses de la propia ciudad. Se trata de enormes dibujos que muestran a las mujeres como un objeto de consumo. Todo esto no tiene ni pizca de gracia, pero sobre todo si tenemos en cuenta que dichos autobuses son de una empresa de titularidad pública.

Todos y todas tenemos claro que no se puede publicitar negocios que se dedican a las explotación sexual de la mujer, ya que atentan contra la dignidad de la propia persona y hace cómplices tanto a los que lo autorizan como a la ciudadanía que lo puede ver y no lo denuncia.

Pero si hay algo más grave que lo autobuses públicos se desplacen por toda la ciudad llevando dichos anuncios, está el de las permisividad de las personas responsables que tienen que vigilar este tipo de publicidad y que tienen el deber de aplicar las leyes y normativas existentes.


Una vez conocida la noticia, me hago una reflexión, para qué tanto plan de igualdad de oportunidades, tantos profesionales del ámbito social trabajando por una educación en igualdad, asociaciones y ONG,s intentando sacar a la mujeres de la prostitución, si al final viene alguien y todo el trabajo bien hecho se lo pasa por el forro de los “… “.
Samuel N.P.

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