martes, 21 de abril de 2020

Te doy mis ojos



“Te doy mis ojos” es el título de una película dirigida por Icíar Bollaín, interpretada por Laila Marull y Luis Tosar, fue premio Goya a la mejor película en el 2003. La historia ocurre en Toledo, narra la violencia machista y las desigualdades existentes entre mujeres y hombres.
Tenía que escribir un post sobre la violencia de género en momentos de esta crisis por el coronavirus que nos está llevando a estar confinados en un Estado de Alarma. El post lo empecé más pronto que después, en cuanto conocí la historia de Malak al Zubaidi. Malak era una chica de veinte años que ya no le fue suficiente con sufrir la devastación de la guerra y el hambre en Irak, también el machismo agravado por el confinamiento le llevó a morir quemada por su propio marido. Pero a diferencia del silencio en muchos países del mundo por estos asesinatos, su hermana denunció su muerte a través de las redes sociales y dijo que “al menos que se sepa la verdad de la muerte de mi hermana, espero que alguien haga algo, que lo haga ya, pues la próxima víctima está delante de vuestros ojos”.  
La realidad es que por culpa del coronavirus muchas mujeres se ven rodeadas de una doble pandemia, el propio virus y sus maltratadores con los que tienen que vivir y compartir el día a día, no hay distancia social, ésa misma ya no existe, despareció en el momento en que los dos deben estar en casa juntos las veinticuatro horas.
La realidad es que todo ha llegado muy deprisa, sin tiempo para prevenir, ni siquiera ser capaza de improvisar, las mujeres se han quedado sin posibilidad de respuesta, lo mismo que las instituciones que las deben proteger.
El miércoles 21 de abril de 2020, el BOE publica el  Real Decreto-ley 12/2020, de 31 de marzo, de medidas urgentes en materia de protección y asistencia a las víctimas de violencia de género. Son medidas as medidas adoptadas a raíz del impacto económico y social originado por el COVID-19 y que esta situación están provocando un especial impacto en determinados colectivos de personas especialmente vulnerables que deben ser objeto de protección por parte del Gobierno, entre ellas las mujeres víctimas de violencia de género y sus hijos e hijas. Se establece en el Decreto la necesidad de poner en marcha medidas imprescindibles para atender la necesidad de protección, asistencia y atención de las víctimas de la violencia de género en una situación de excepcionalidad y en la que la convivencia con el agresor supone un riesgo cierto a su integridad física y moral.
La realidad es que las llamadas el servicio de asistencia para mujeres víctimas de violencia de género, han aumentado un 30,7% durante el Estado de Alarma decretado por la pandemia del coronavirus, respecto al mismo periodo del año pasado. También las consultas online a este servicio se han incrementado en este tiempo, ya que se han registrado cinco veces más que en 2019.
 
Ante esta situación, muchas mujeres y sus hijos e hijas, no viven un confinamiento en su hogar, no existe el espacio de compartir en igualdad, viven un verdadero aislamiento social, llegando a la sumisión de ellas ante el agresor para poder protegerse al menos del daño físico.
El Gobierno establece en esta pandemia que el Servicio de Atención a las Víctimas de Violencia de Género y a sus hijos e hijas es “esencial”,  pues dotemos a estos servicios de los recursos necesarios para la atención urgente, la presencial, los pisos de acogida, etc. Con una especial atención a las víctimas de la violencia machista en el medio rural.  
Esta crisis ha conseguido un grado elevado de solidaridad, también es necesaria que dicha solidaridad logre empatizar con la prevención de la violencia machista como responsabilidad comunitaria, ahora más nunca.
Allí donde alguien lucha por su dignidad, por la igualdad, por ser libre… mírale a los ojos”. Bruce Springsteen
Samuel N.P.
 

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