miércoles, 29 de abril de 2009

La educación social como educación no formal, una oportunidad para muchas personas

La escuela ya no es una referencia única de educación, existen multitud de espacios y recursos desde donde se pueden desarrollar diferentes tipos de aprendizaje.
La educación no formal como “actividad organizada, sistemática, educativa, realizada fuera del marco del sistema educativo oficial” está teniendo el protagonismo que no se le ha querido dar, y que con el paso de tiempo se manifiesta como una referencia en la adquisición de destrezas, habilidades, valores, etc, que desde la educación formal no es posible alcanzar.
Dice Coombs, que la educación no formal reúne una enorme variedad de actividades educativas que presentan cuatro características en común:
1.- Estar organizadas conscientemente al servicio de colectivos, grupos o individuos con necesidades o intereses concretos.
2.- Opera fuera de la estructura de la educación formal, liberándose de sus limitaciones espacio/tiempo y de sus estrictas regulaciones normativas.
3.- Responde a necesidades formativas puntuales, mucho más flexibles y adaptables a toda situación, por lo que atienden mejor y antes a las demandas formativas de cualquier población.
4.- Adecuarse mejor a las características del grupo o individuo al que se dirige.
La educación social es una educación no formal ya que consiste en procesos formativos que reúnen las características señaladas por Coombs. Pero la duda surge en ¿toda educación no formal es educación social?, yo creo que no. La educación social se desarrolla en muchos espacios y ámbitos, pero la intervención se debe desarrollar desde una prevención universal, selectiva e indicada. La educación social basa sus principios en el trabajo con personas y colectivos más vulnerables, aunque también queda la puerta abierta a la puesta en marcha de de programa y proyectos de desarrollo comunitario dirigidos a toda la población.
Samuel N.P.

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