El aeronáutico Francisco Reyes
junto con dos de sus hermanas. La mayor es doctora en Química y la pequeña
estudia Odontología. Son gitanos. Olmo Calvo (SINC).
Hoy
hemos leído en el periódico LA
RAZON un magnífico reportaje firmado por EVA RODRIGUEZ cuya
lectura recomendamos. Lo titula “La ciencia también es de los gitanos”. La
periodista dice que “Los estereotipos más extendidos asocian a la comunidad
gitana con la delincuencia, con falta de interés por integrarse, y con una vida
sustentada por las ayudas sociales.” Y para desmontar falsos clichés,
popularizados incluso por programas de televisión, se ha entrevistado con varios
licenciados en ciencias e ingenieros gitanos que le han hablado de sus
estudios.
Este
es un breve resumen de lo que Eva Rodríguez ha captado de sus entrevistados:
Francisco Reyes Ortega y sus hermanos,
hijos de de padres vendedores ambulantes
Es el caso, por ejemplo, de Francisco Reyes Ortega,
ingeniero técnico aeronáutico por la Universidad Politécnica
de Madrid, que ha terminado una de las carreras más duras del panorama
universitario español y que, además, no es la excepción en su familia. Reyes es
el segundo de seis hermanos universitarios.
Su
hermana mayor es doctora en Química,
la siguiente está en el último año de
la carrera conjunta de Derecho y Administración y Dirección de Empresas;
el mediano estudia Farmacia, la
más pequeña de las chicas cursa primero de Odontología y el benjamín,
2º de la ESO.
"Mis padres siempre han inculcado
a todos sus hijos la necesidad de estudiar y, hasta ahora, se lo han podido
permitir. Hoy las cosas son mucho más complicadas por los recortes, la subida
de las matrículas universitarias y la crisis económica, pero tenemos la suerte
de que mi hermana y yo estamos trabajando y podemos ayudar al resto de nuestros
hermanos para que terminen sus estudios", explica el ingeniero.
Reyes cuenta que su familia vivió una
"muy buena época para los gitanos" en la que la venta ambulante les
daba suficiente para vivir e incluso, para ahorrar dinero e invertir. Pero
ahora, "la crisis ha afectado al comercio y los gitanos ven cómo vendiendo
en el mercadillo no pueden conseguir lo mismo que sus padres", argumenta.
"Tengo
que agradecer a mis padres que siempre me ayudaran y me obligaran a estudiar.
Si no fuera por ellos, no tendría los estudios que tengo", dice Reyes, que trabaja como jefe de
un proyecto aeronáutico internacional en una empresa cuyo principal cliente es
Airbus.
Antonio Heredia,
ingeniero de
telecomunicaciones
Antonio Heredia, ingeniero de
telecomunicaciones y gitano, cree que la mentalidad de algunos padres está
cambiando. "Aunque aún hay personas que no le ven la utilidad a los
estudios, se escuchan cada vez más opiniones dentro de los gitanos contrarias a
esto", asegura.
Uno de los prejuicios que aún quedan
por derribar, según su parecer, es la relación entre los estudios y el mundo
'payo'. "Yo me siento orgulloso
de poder decir que soy gitano universitario y que no soy el único. Espero que
en un futuro no sea raro tener un compañero de clase gitano en la
universidad", subraya Heredia.
En Andalucía es distinto
El propio Reyes asegura "no haber
tenido la suerte de conocer a ningún gitano con estudios universitarios en
Madrid" en los ocho años que lleva viviendo en la capital. Sin embargo, en
su Córdoba natal, la situación es distinta. "Allí la etnia gitana es una
parte más de la sociedad. En mi pueblo, Lucena,
no he sido el único que ha estudiado una carrera, incluso es muy común ver
gitanos emprendedores que han montado un negocio", enfatiza.
Beatriz Montáñez Gómez, está en el último año de Medicina
Beatriz Montáñez Gómez es gitana y está
en el último año de Medicina, por lo que se prepara ya para hacer el examen del
MIR en enero de 2014. "Creo que el número de gitanos que terminan el
graduado escolar ha aumentado, sobre todo entre las mujeres, que ahora son más
conscientes de la necesidad de estudiar. Se ha avanzado, aunque no todo lo que
debería".
Las tres hermanas de Beatriz
Montáñez tiene tres hermanas. Una es diplomada en Empresariales y
trabaja para Inditex; otra es licenciada
en Pedagogía y va a empezar su doctorado; y la tercera es licenciada en Psicología y diplomada en Trabajo Social,
y planea leer su tesis en noviembre. "Ahora trabaja en una investigación
sobre el sueño en la
Universidad de Granada", apunta la futura médica.
Benito Peña Vargas, licenciado en Antropología Social
La investigación también es el campo al
que quiere dedicarse Benito Peña Vargas, licenciado en Antropología Social y
Cultural, y estudiante de Filosofía, que ya ha iniciado un estudio sobre la
comunidad gitana en Utrera.
"Mi trabajo se centra en este
municipio, pero también he tenido en cuenta otras poblaciones afines, como Jerez
y Lebrija. El estudio parte de la buena situación de los gitanos en estas
poblaciones y de la convivencia entre estos y la población mayoritaria no
gitana, que se remonta a varios siglos atrás en el caso de Utrera. Investigar
sus raíces y dilucidar sobre las condiciones que la han hecho posible es
importante en un mundo donde muchos gitanos se encuentran en situación de
exclusión social y son víctimas de discriminación y el racismo", afirma.
Prejuicios generalizados
Esta problemática no se les escapa a
ninguno de ellos al hablar de sus experiencias, ya que la visión negativa de su
etnia se da en demasiadas ocasiones. "Se sigue empleando la palabra
'gitano' de forma despectiva", resalta Montáñez.
"Suele suceder, además, que los
gitanos que se encuentran en una mejor situación pasan desapercibidos, y a
menudo ni siquiera los que le rodean saben que lo son. Solamente quedan
expuestos a ojos de la sociedad aquellos que por un motivo u otro se encuentran
en mayores dificultades de integración", añade el antropólogo.
A este respecto, Antonio Heredia alude
al programa de Cuatro Palabra de gitano.
"Cuando la televisión busca audiencia creando morbo a costa de la
ignorancia de la gente, las cosas no se están haciendo bien. Hay diferentes
costumbres entre gitanos de distintos lugares, igual que entre los payos. De
cualquier colectivo, etnia o similar, se podría grabar un reportaje en el que
estos quedaran mal retratados o con una visión distorsionada de la
realidad", destaca.
Actualmente Heredia trabaja en el departamento
de medioambiente de una empresa, inspeccionando estaciones de
radiocomunicación. Aunque cree que, tal y como están las cosas, "es
difícil lanzarse a nuevos negocios, y más teniendo una hipoteca que
pagar", desde el año pasado se reúne cada semana con amigos para diseñar
sus propios proyectos.
Por la transcripción
Silvia
Rodríguez Gómez
Responsable de comunicación de Unión
Romani
Este documento ha sido enviado al correo electrónico de Mirado Social desde la Unión Romani
No hay comentarios:
Publicar un comentario