lunes, 10 de noviembre de 2014

La resiliencia y la Educación Social



Vas a comenzar este post con una fábula y moraleja sobre la resiliencia:

Un día, el burro de un campesino se cayó en un pozo. El animal lloró fuertemente por horas, mientras el campesino trataba de sacarlo sin éxito.
Finalmente el campesino decidió que el animal ya estaba viejo, el pozo estaba seco, y necesitaba ser tapado de todas formas y que realmente no valía la pena sacar el burro.
Invitó a todos sus vecinos para que vinieran a ayudarlo. Todos tomaron una pala y empezaron a tirar tierra al pozo. El burro se dio cuenta de lo que estaba pasando y lloró desconsoladamente.
Luego, para la sorpresa de todos, se tranquilizó. Después de unas cuantas paladas de tierra, el campesino finalmente miró al fondo del pozo y se sorprendió de lo que vio … Con cada palada de tierra, el burro estaba haciendo algo increíble… Se sacudía la tierra y daba un paso hacia arriba….. mientras los vecinos seguían echando tierra encima del animal, él se sacudía y daba un paso hacia arriba.
Pronto todo el mundo vio sorprendido como el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del borde y salió trotando…
Moraleja: La vida va a “tirarte tierra”, todo tipo de tierra… El truco para “salirse del pozo” es sacudírsela y dar un paso hacia arriba. Cada uno de nuestros problemas es un escalón hacia arriba.

La resiliencia es la capacidad de los seres vivos para poder sobreponerse a periodos de dolor emocional y situaciones adversas.
Actualmente, la resiliencia se aborda desde la psicología positiva, la cual se centra en las capacidades, valores y atributos positivos de los seres humanos, y no en sus debilidades y patologías, como lo hace la psicología tradicional.
Se sabe que un niño o una niña con buena autoestima se transforma en una persona adulta con buena capacidad de resiliencia, por lo que estarán preparados para superar los obstáculos que encuentre a lo largo de su vida.
Según Ungar, la resiliencia es un proceso y una capacidad de las personas, que les permite navegar hacia los recursos  que sustentan su bienestar y su capacidad individual y colectiva para así  poder negociar esos recursos.
Rodrigo y otros autores, consideran que compartir espacios de trabajo conjuntos entre agentes implicados, mediante el trabajo en red, es lo más adecuado, junto con una visión coordinada de los espacios próximos a la familia, la escuela, el barrio y el ocio, considerando todos ellos como lugares que favorecen la prevención y promoción de la resiliencia.
Educadores y Educadoras Sociales que acompañamos a las personas en los diferentes procesos educativos vemos como muchas de ellas son capaces de superar las adversidades de la vida y resurgen fortalecidas, son personas con resiliencia.
Es función de los Educadores y Educaras Sociales redescubrir aquello extraordinario que todas las personas poseen y facilitarles la salida hacia arriba, dar las respuestas más convenientes a sus necesidades y deseos.
El nuevo modelo de prevención y promoción, se fundamenta en la búsqueda de las potencialidades de las personas, sus capacidades y posibilidades, en poder encontrar oportunidades.
Para ser un Educador/ra Social que promueva la resiliencia, es necesario ser primeramente personas resilientes.

Samuel N.P.
Bibliografía utilizada:
“La intervención comunitaria con adolescentes y familias en riego”, varios autores.
“La Educación Social. Una mirada didáctica”, Artur Parcerisa Aran, Núria Giné Freixes, Anna Forés Miravaller.