jueves, 28 de julio de 2016

¿La participación?

Artículo de Marco Marchioni, 27 de julio de 2016
InstitutoMM

Hace poco tiempo la palabra participación estaba en boca de todo el mundo. En los tiempos de ‘la nueva política’, las demandas del 15M, los nuevos partidos, los círculos, la llegada a los gobiernos municipales de tantos y tantas concejales y concejalas jóvenes que parecían aportar a la gestión del poder nuevos e innovadores contenidos acompañados por nuevas formas de gobernar ... de todo esto hoy parece quedar poco y mucha confusión. Como, por ejemplo, pensar que el tema se resuelve con inútiles o engañosas consultas.
Construir procesos participativos que hagan de un sistema social formalmente democrático y basado en una delegación pasiva de la ciudadanía a un restringido grupo de gestores -a su vez controlado por los aparatos de los partidos políticos- a un sistema más avanzado, con sustanciales elementos de democracia participativa, significa afrontar una realidad compleja que requiere por lo menos de dos cuestiones esenciales que no parecen darse actualmente:
- Contar con elementos de derecho consensuados y compartidos que garanticen una unidad básica de criterios y la igualdad de todos los ciudadanos, vivan donde vivan y, por lo tanto, no alimentar experiencias y experimentos que podrían llevar a situaciones de desigualdad entre una zona y otra del país.
- Ser conscientes de que se trata de poner en marcha procesos de largo periodo, basados en elementos  previos y claros que puedan ir construyendo de manera participativa ‘modelos’  que puedan ser utilizados y compartidos por todo el mundo, llegando a producir y promover leyes y normas de funcionamiento participado de ‘la cosa pública’.
Sin estos elementos generales y de contexto corremos el riesgo de entrar en una espiral de experiencias desconectadas y dispersas que dejarían en la ciudadanía la idea de que todo esto de la participación es un cuento.
De todas formas es necesario aclarar que el avance sustancial en el camino de la democracia participativa no consiste tanto en  ‘quién’ toma las decisiones, sino en el ‘cómo’ se toman estas decisiones. La participación está eminentemente en el ‘cómo’, es decir en la manera en que se llega a la toma de las decisiones que van a incidir en la vida de la población y que tienen que ver con la defensa de los intereses generales.
Todo esto no elimina el hecho de que ya es tiempo de modificar y mejorar muchas de las leyes electorales, pero dejando claro que siempre, en una sociedad democrática, habrá que elegir a alguien para que administre la cosa pública*. Pero, este alguien, podrá tomar las decisiones que le competen, contando o no con la participación de otros actores y de la ciudadanía. En esto está el quid de la cuestión.
* No podemos entrar ahora en otro tema relacionado directamente con todo lo anterior. Es el tema de la descentralización administrativa y de la transferencias de competencias a otros órganos en los que se puede dar la participación de otros actores en el desarrollo del proceso decisional, como, por ejemplo, en el caso de los Distritos. Es tiempo de pensar en elecciones directas de presidentes/as y concejales/as de distrito, dejando atrás la actual situación, aun basada en la delegación de los representantes por parte de los partidos en proporción a su representatividad en el pleno municipal. 
 

miércoles, 20 de julio de 2016

La cara oculta de la Educación Social



Según la Wikipedia, la cara oculta de la Luna es el hemisferio de la Luna no observable desde la Tierra. Eso ocurre debido a que la Luna tarda en rotar sobre sí misma lo mismo que su movimiento de traslación alrededor de la Tierra, lo que provoca que el satélite le presente siempre la misma cara. Se suele llamar a esta parte de la luna su “Lado Oscuro” pero esto es incorrecto ya que no hay ninguna sección de la Luna que no reciba luz solar.

En 1973 el grupo de música Pink Floyd saca un LP con el título “The Dark Side Of The Moon” que traducido al castellano es “El lado oscuro de la Luna”. Las canciones de este disco manifiestan diversos impulsos opuestos, luz y oscuridad, el éxito y el fracaso, la vida y la muerte, etc, La portada en negro, un prisma al que atraviese un rayo de luz blanca y se desdobla en multitud de colores.

En el año 2014 el director Guillermo Jiménez presentó el documental “La cara oculta de la luna”, cuyo contenido es reflejar la situación de las personas encarceladas.

Así podemos seguir hablando de “La cara oculta de la luna” desde diversos espacios, pero cuando lo relacionamos con la Educación Social, dónde está esa cara oculta. Si la Educación Social fuese un satélite como la luna y que girase alrededor de la tierra, veríamos, eso, sólo la palabra Educación Social. Pero si la Educación Social gira más deprisa, podemos hacer visible aquellas personas, profesionales que desarrollan su trabajo desde una perspectiva de intervención socioeducativa con diferentes colectivos, menores, jóvenes, minorías étnicas, mayores, inmigrantes, etc.

El Educador y la Educadora Social deben buscar la luz y olvidar la cara oculta, es necesario estar presentes en los momentos necesarios. Podemos decir que una de nuestras funciones profesionales y que está dentro de nuestro campo de responsabilidad es el de brillar en las instituciones o marco de acción en los que nos podemos mover.
Samuel N.P.

miércoles, 6 de julio de 2016

Ecos del Congreso Estatal de Educación Social de Sevilla 2016


Hola a todos y a todas, este es mi aportación como reflexión sobre el Congreso Estatal de Educación Social de Sevilla para el Boletín del Colegio de Educadores y Educadoras Sociales de Castilla y León en el apartado "ECOS del Congreso"
Así comienza la mañana del día veintiuno de abril en Sevilla, toda la noche viajando desde la comarca leonesa del Bierzo, un viaje largo, de diez horas, pero seguro que merecía la pena sentir ese cansancio que sería restablecido cuando sonase la sirena de la inauguración del VII Congreso Estatal de Educación Social.

Han pasado cuatro años de espera desde el último Congreso en Valencia, cuatro años puede ser poco tiempo para un profesión que se está desarrollando, construyendo y asentando sus pilares. En Valencia comencé a sentir que la Educación Social sería una profesión con mucho futuro y necesario en el ámbito social, en Sevilla, desde luego que no me ha quedado ninguna duda.

El Congreso de Sevilla sentó las bases de su propio mensaje “la profesión como impulsora de la transformación social”, plateando estrategias para poder construir una ciudadanía en democracia. Visibilizar la Educación Social y al conjunto de profesionales que la desarrollan desde un espacio técnico y vocacional.

Los formatos de diálogos han permitido desarrollar otra forma de presentación y debate de los diferentes temas, le ha dado otro aire del que uno no se encuentra acostumbrado, pero según pasaba el tiempo se consiguió llegar a un discurso más cercano a los y las asistentes.

El Congreso tiene su gran positividad en los encuentro de hall, pasillos y habitaciones. También en el intercambio de experiencias, conocer otros puntos de vista, relacionarnos, analizar, desarrollar nuestro pensamiento crítico, ser capaces de mantener lugares de reflexión con profesionales de otras disciplinas, con los que mantenemos una gran diversidad de ideas y proyectos.

Después, de vuelta a casa, he pensado mucho, escribí varios post en mi blog, he leído varias veces mi cuaderno de anotaciones, me he dado cuenta que los Educadores y Educadoras Sociales estamos más cerca de las personas que de sus problemas, así que asumimos una gran responsabilidad en nuestra intervenciones, sin ponernos delante de nadie, mejor al lado, aplicando proceso de ejecución desde lo socioeducativo.

Me quedo con esta reflexión de Antonio Manuel Seixas, ponente de uno de los Diálogos en el Congreso y que dice: “el mundo cambia, pero lo que diferencia es la dirección del cambio”.           
Samuel N.P.
Enlace con el Boletín: 
 http://www.ceescyl.com/servicios/boletines-formativos                                                



 

martes, 5 de julio de 2016

La evaluación participativa desde la Educación Social



Sobre el concepto de evaluación, se puede decir que significa recoger y analizar sistemáticamente una información que nos permita determinar el valor y/o mérito de los que se hace.

Entonces por qué debemos evaluar, sobre todos por  dos razones:

-         Es una manera de retroalimentarnos en el proceso de evaluar las intervenciones, un modo de mejorar y progresar.

-         Es una responsabilidad social y política, especialmente si las actividades realizadas han necesitado de dinero público o de procedente de entidades sin dinero lucrativos.

La evaluación mide el grado de idoneidad, eficacia y eficiencia de una actividad, proyecto o programa.

Aunque hasta no hace poco se decía que el perfil de las personas que evalúan deberían ser profesionales altamente cualificados, no es así en la realidad, pero es verdad que todo profesional que dirija un proceso evaluativo debería tener unos conocimientos básicos tanto teóricos como técnicos, así como un dominio de los diversos instrumentos y herramientas para evaluar.

Desde la Educación Social damos un paso más y hablamos de “evaluación participativa”, como aquella que escucha a todas las partes, con especial protagonismo a la comunidad, y que tiende a mejorar la objetividad. Este tipo de evaluación participativa también garantiza que las conclusiones tengan un impacto más visible y transparente del proceso.

Cómo podemos desarrollar un tipo de evaluación participativa:

Voy a describir un proceso de evaluación participativa desarrollado en una entidad de voluntariado del medio rural, con 17 personas que participaron en una actividad en concreto y cuya ejecución ha durado un día. 

Si eres profesional de la Educación Social y vas a dirigir la evaluación participativa debes diseñar los objetivos que se pretenden, el tiempo necesario, con que personas contamos, lugar, material que necesitamos, las herramientas a utilizar, el día, funciones de las personas en la evaluación, qué es lo que queremos evaluar, etc, es decir planificamos todo el proceso.

Como en este caso las personas que han participado en la evaluación no han estado en el diseño, fase que se les debe incluir, es necesario explicarles en la sesión evaluativa los métodos para recopilar y analizar la información. Para hacer este paso más atractivo se elaboró una presentación en powertpoint, por lo que consiguió una mayor atención.

Se han evaluado de la actividad la planificación, la organización, los objetivos, la sostenibilidad, la participación y el impacto en la comunidad. Para ello se utilizaron preguntas cuestionarios en los que las preguntas recontestaban sobre una escala de valoración de 0 a 5. Para el final se dejó lo que llamamos mejoras de la actividad para una posterior organización, para ello utilizamos la técnica de “tormenta de ideas”.

Ahora toca recoger toda la información y validar los resultados, para luego redactar el informe final, éste último también se podría hacer contando con las personas participantes, consideramos que produciría cansancio con tantas reuniones y no se hizo, aunque sería lo ideal. Dicho informe se entregó a la dirección de la asociación que lo comentará en la próxima reunión.

Con este tipo de evaluación participativa conseguimos establecer un proceso de aprendizaje entre las personas participantes, todos y todas se enriquecen, se da seguridad e independencia al grupo, permite la comunicación y el debate, nadie se siente discriminado de no contar con él o con ella, es útil en cuanto se aportan conocimientos, no se manipulan los resultados y se mejoran las actuaciones futuras.
Samuel N.P.