miércoles, 23 de julio de 2014

La lista de la compra


Hay una canción con el título “La lista de la compra” del grupo español “la cabra mecánica” que empieza así:
“En el mismo folio
la lista de la compra y una canción
como un cupón
de los ciegos
rima la soledad
con el atún en aceite vegetal
en oferta
¡vaya precios sin competencia!”
                                                    ……..                               
Entregar la lista de la compra y abrir un debate político desde principios de este verano sobre la conveniencia o no de abrir los comedores escolares para familias en situación de exclusión social, es la mejor forma de hacer visible la pobreza.
Es verdad que toda esta situación sale a la palestra cuando aparecen diversas encuestas en los medios de comunicación y cuyos resultados marcaban un alza en la desnutrición del colectivo infantil en nuestro país, algo intolerable y que remueve las conciencias de la clase política.
Podemos definir “pobre” como un estado de existencia en el cual una persona no tiene cubiertas las necesidades básicas para vivir.
Ante esta situación todos sabemos que si los niños y las niñas están en situación de desnutrición, también lo estarán sus familias, a la vez se verán privados de sus derechos fundamentales y de sus perspectivas de futuro. La pobreza le impide a los niños y niñas sobrevivir y le dificulta todos los aspectos de su desarrollo, ya sea físico, emocional, mental, cultural, social y familiar.
No estoy de acuerdo en que se abran los comedores escolares o que se entreguen cheques para comprar, si eso no está acompañado de otras intervenciones sociales, eso sería  aislarles de la realidad. Estos niños y niñas no necesitan ser distintos, todo lo contario, disfrutar como lo hacen los demás durante el verano. Soy partidario de algunas propuestas que han surgido, desarrollar actividades de verano para todos y todas, con programas de actividades entre las que se incluye la comida.
Como profesional de los servicios sociales considero que el enfoque debe ser integral y multidimensional, no sólo asistencial. Poder desarrollar una intervención familiar durante todo el año, con acciones que prevengan la exclusión social, de tipo socioeducativo, y con una garantía de ingresos mínimos que puedan cubrir las necesidades básicas de todos los miembros de la familia, lo demás serán buenas intenciones y parcheos.
Samuel N.P.

 

martes, 8 de julio de 2014

Las otras condecoraciones


Uno de los temas de Fito&Fitipaldis lleva el título “medalla de cartón”, una canción cuyo estribillo es una clara crítica a todo lo que representa la guerra y las condecoraciones:
“Todo lo que no se ve,
lo que nadie nos contó,
lo que se quedó en la piel,
la memoria del dolor.
Que le den al General,
la medalla de cartón,
se la tiene que clavar,
en mitad del corazón”

Una condecoración es una insignia que se concede como honor y distinción. Suele consistir en una pieza metálica con forma determinada, en la que se graban imágenes o inscripciones, y que suele ir prendida del pecho o colgada del cuello.

Las condecoraciones están al orden del día, se establecen sin unos criterios establecidos y quedan al margen del gobernante. La mayor parte de estas condecoraciones son entregadas a las fuerzas armadas, policías, y alguna de ellas, como no, a santas vírgenes. Aprovechan alguna festividad religiosa, hace unos días fue San Juan patrono de la Policía, en Madrid la Alcaldesa entregó las medallas al mérito policial a 10 miembros del Cuerpo Nacional de Pollicía y la Cruz al Mérito a tres subinspectores y siete agentes antidisturbios, todo ello por su actuación en el 22M en el que se dice que se desató una batalla campal tras las pacificas marchas por la dignidad.

Hay muchos profesionales que se juegan la vida en la tarea diaria que desarrollan, que podemos decir de las personas que trabajan en la construcción, o aquellas que se pasan su jornada en la carretera. Casi todos los trabajos tienen un riesgo y no por eso condecoran a las personas que los ejecutan.

Pero quiero hacer una mención especial a los profesionales que desarrollan su trabajo en el campo de lo social, que intervienen con colectivos desfavorecidos, adolescentes en riesgo, drogodependientes, reclusos/as, etc. Ellos y ellas no piensan en condecoraciones, ni nadie se las va a dar, a pesar de que su trabajo muchas veces se desarrolla en la soledad del que bien hace las tareas. Su misión termina cuando se han cumplido los objetivos planteados, algunas veces antes, ya que no es posible llegar al final de la acción. Un claro ejemplo de lo que estoy hablando es de lo ocurrido en el mes de mayo de este año, una psicóloga clínica, Violeta Garido Rivera, de 29 años, natural de Zamora, falleció tras ser agredida en su despacho del Centro Psiquiátrico San Juan de Dios de Palencia por una paciente.
Samuel N.P.