domingo, 26 de noviembre de 2017

¿Quién te robó el arcoíris?


Eva Pereira, es una mujer brasileña que reside en la Comarca del Bierzo y que se quedó ciega a consecuencia de los abusos continuados de su expareja. Ahora cuenta su historia en un libro, ¿Quién te robó el arcoíris. Biografía inacabada de Eva'. La obra escrita por Francisco Javier Prada y Xabier Prada y financiada por la propia Eva.

“Círculos blancos” contra la violencia machista


Utilizar el color blanco el 25N tiene su origen en la campaña del “lazo blanco” que  nace en Canadá. El 6 de diciembre de 1989, en una Escuela Politécnica de Ingeniería en Montreal fueron asesinadas 14 adolescentes por el hecho de cursar una carrera destinada a hombres. El asesino al grito de ¡feministas!, entró en la facultad y las mató. A partir de esa fecha un grupo de hombres canadienses pensó que tenían la responsabilidad de implicarse, e implicar a otros hombres, en hacer algo para que cosas así no sucediesen más, y había que dejar de permanecer en silencio. La campaña se lanzó en 1991 en Toronto. Y en 1999 varias asociaciones de hombres y mujeres se propusieron desarrollar la campaña del “lazo blanco” en varios países de la Unión Europea.
La dinámica de los “círculos blancos” se ha desarrollado con motivo del “Día Internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres”, el 25 de noviembre de 2017, en plazas y locales públicos de las poblaciones de de Arganza, Cacabelos, Camponaraya, Carracedelo y Toral de los Vados, todos enmarcados en la comarca del Bierzo. La actividad fue una iniciativa del grupo de profesionales del Equipo CEAS (Centro de Acción Social) de la Diputación de León en la que han colaborado los Ayuntamientos de las localidades señaladas anteriormente, colegios y asociaciones. 
“Círculos blancos” es una dinámica participativa, dirigida a toda la población, independientemente de su edad, desarrolla aspectos de comunicación, relación, cooperación y compromiso.
Se les pide a las personas presentes en el acto que se ocupen el lugar que más les gusta del espacio, procurando no estar juntos. Se les da una tiza blanca para que marquen un círculo alrededor de ellos o de ellas. El círculo blanco simboliza la violencia que nos envuelve, que está presente en diferentes momentos de nuestra vida. Se pone una canción, relacionada con el tema de la violencia machista, en este caso se decidió “la puerta violeta” de la cantautora Rozalén. Mientras suena la música la gente deja su círculo y busca otro vacío, unos segundos y se mueve hacia otro. Se dice que los movimientos se hagan sin hablar y con el menor ruido posible, así se puede escuchar la letra de la canción más detenidamente. Se finaliza la dinámica cuando la canción termina.
Nuestro “circulo blanco” se manifiesta como el compromiso personal en la lucha contra la violencia machista. El ocupar los otros “círculos” y no dejar ninguno vacío, lo interpretamos como que ninguna víctima estará sola. El salto de unos a otros “círculos”, será el apoyo de toda la comunidad para no silenciar y no permitir la violencia contra las mujeres.
Samuel N.P.

jueves, 23 de noviembre de 2017

Proyecto “QUÉDATE”


Se ha puesto en marcha en Arganza (El Bierzo), el proyecto “Quédate”, que lo desarrolla la Asociación AFA BIERZO (Asociación de Familiares de Alzheimer Bierzo), con la financiación de la Diputación de León y el Ayuntamiento de Arganza. En este proyecto está colaborando el CEAS (Centro de Acción Social) desarrollando la parte de captación y motivación de la población para que puedan utilizar este recursos social.

El proyecto pretende mejorar la calidad de vida de las personas residente en el municipio de Arganza, a través de una intervención en el colectivo de personas mayores y en sus cuidadores y cuidadoras. A la vez que este proyecto se convierte en una herramienta muy útil y una medida necesaria para poder fijar población en el medio rural.

El proyecto desarrolla dos tipo de acciones, una de charlas-coloquio dirigidas a toda la población, una vez al mes, con diferentes temas, desde movilizaciones, atención a personas encamadas, hábitos de vida saludable, etc, y otras de las acciones, una vez por semana, grupos estables y que se trabaja la estimulación cognitiva, física, psicomotriz, motora, ocupacional, socio-sanitaria y psicológica.
Samuel N.P.

lunes, 20 de noviembre de 2017

Día Internacional de la Infancia, 20 de noviembre de 2017


Adoctrinamiento vs. Librepensamiento


Artículo de la Educadora Social, Tania López,
Editado en Tierra Bierzo, 14/11/2017
Resulta que los maestros de Cataluña están adoctrinando a los niños y, claro, estamos todos/as preocupadisimos/as porque en la era de la democracia esto es intolerable, ¿no?
Bueno pues resulta que de repente aparece un hastag de esos que ya empiezo a aprender como funcionan, que se llama #yoadoctrino y que un montón de profesores empiezan a retwittear, hasta aparece un vídeo en la misma linea.
Lo primero que aparece en este vídeo es lo que la RAE dice que significa adoctrinar: “Inculcar a alguien determinadas ideas o creencias”, aquí ya empiezas a dudar, porque así leído de primeras, dices: “pues hombre no suena tan mal”, pero luego te vuelves a acordar de lo que han dicho en el telediario y piensas: “¡ese no es su trabajo, a ellos les pagan para enseñar!”
Bueno, pues sigues viendo el vídeo y empiezan a aparece maestros y profesores varios con el cartelito #yoadoctrino hablando de las ideas o creencias en las que cada uno de ellos adoctrina y te encuentras con cosas como: #yoadoctrino en la no violencia, yo adoctrino en el positivismo, yo adoctrino en la igualdad de oportunidades… En fin, que en ese momento tu cerebro ya se está cortocircuitando y estás empezando a tener un tic nervioso en el ojo derecho, ¿CÓMOOOORRRR? (D.E.P. Chiquito) ¡¡Pero si adoctrinar es la base de la educación para la convivencia!! ¿pero lo mejor no era eso del librepensamiento? Bueno, depende de lo que pienses por libre… Aunque yo, personalmente y partiendo de la base de que el librepensamiento es una doctrina, dudo de que se pueda ser un librepensador sin haber sido adoctrinado previamente en diferentes ideas o creencias de las cuales absorber aquello con lo que conformar nuestras ideas propias. Por lo tanto, en este sentido, ¿no sería mejor que nos adoctrinaran en la escuela en un poco de todo y después ya escogemos?
Total, que al final no sabes que es lo bueno y que es lo malo y ves a gente que se queja de que adoctrinen a los niños que luego llevan a los suyos a catequesis y a otros que exigen libertad y democracia fomentando el odio día tras día. Son esas maravillosas contradicciones del ser humano que a mí me encantan, porque son nuestro gran defecto y a la vez nuestra esencia como especie.
Yo, lo tengo claro, tomando prestadas las palabras de la activista Ayaan Hirsi Ali: Mi tolerancia es para todos, excepto para los intolerantes.

sábado, 18 de noviembre de 2017

Por un contrato (social) indefinido


Artículo de Iñigo Errejón, El País, 18 de noviembre de 2017
En este artículo se analiza el libro "El final del desconcierto" de Antón Costa
Las políticas de austeridad han roto la conexión entre crecimiento económico y progreso social. El economista Antón Costas propone cinco modos de restaurarla.
Vivimos tiempos de incertidumbre. Algunos de los principales elementos que dieron seguridad y sentido de pertenencia a las generaciones anteriores hoy hacen aguas sin haber sido sustituidas por nuevas certezas. Esto ha fracturado nuestras sociedades y las ha sumido en la ansiedad y la agitación. En España, a esta crisis generalizada se le suma la incapacidad escandalosa de las élites tradicionales y la ausencia, digámoslo claramente, de una estrategia como país para las próximas décadas.
Esta estrategia sólo saldrá de una conversación que necesariamente tendrá que darse entre diferentes. Por eso, quizás incluso para su sorpresa, me ha resultado tan provechosa la lectura -casi me atrevería a decir estudio- del libro de Antón Costas. Costas, catedrático de Política Económica en la Universidad de Barcelona, ha escrito un libro para explicar las causas de la situación social actual en España y sobre todo para ofrecer ideas concretas sobre cuáles deberían ser los ejes de un modelo social y económico sólido y de futuro. En un momento de inflación del ruido, se agradecen ensayos ágiles y rigurosos como éste. Costas combina un estilo profesoral, muy didáctico, con consejos y recomendaciones de un gestor con amplia experiencia.
El libro sitúa bien el problema central de nuestra época: se ha roto el contrato social que otorgaba derechos y deberes, hacía previsible el futuro y proveía de un marco de seguridad a las mayorías sociales que no nacían en cuna privilegiada. El hecho más relevante y de más calado social y político de esa ruptura es el aumento lacerante de la desigualdad, que lastra nuestra economía y corroe las bases de la democracia. Como bien explica Costas, por primera vez en décadas se ha roto la conexión entre crecimiento económico y progreso social, y este vínculo sólo podrá ser recompuesto por una política económica decidida y de largo aliento que se fije, en términos del autor, dos prioridades: “evitar que se consolide un elevado grupo de ciudadanos que queden permanentemente en la cuneta del paro o del empleo ocasional y aumentar la renta disponible de los hogares”. Esa política económica, de momento, está completamente ausente del proyecto del Gobierno y sus socios parlamentarios, que parecen asumir un escenario de fragmentación social y de crecimiento macroeconómico sin recuperación social -y por tanto un crecimiento de patas cortas, que puede volver a meternos en el callejón sin salida de intentar paliar con el crédito fácil lo que los salarios no resisten. La crisis española es en primer lugar una crisis de distribución de renta y, en segundo lugar, de modelo productivo.
Para pensar otro modelo de crecimiento, Costas parte de la crítica a las improvisaciones y ocurrencias de corto plazo que caracterizaron la gestión de la crisis en España. Errores derivados de lo que el autor denomina “síndrome de Berlín”, por el cual la mayoría de las élites económicas, políticas e intelectuales de nuestro país compró una explicación fanática, moralizante y -por qué no decirlo- sutilmente racista, que contra toda evidencia empírica y económica, dibujó la mal llamada austeridad como una justa penitencia para los derrochadores y vividores países del sur. Si algo se le puede reprochar a nuestras viejas élites es la escasa confianza y estima en su propio país y su vergonzante prisa en correr a ponerse al servicio de políticas erróneas, fanáticas e interesadas, que han dejado una profunda herida política y social en España.
De entre los cinco grandes retos para una estrategia de desarrollo consistente que el autor señala en la segunda parte del libro, me interesa destacar en particular dos aspectos, que además discute específicamente con las ideas tradicionales de la izquierda, desde un enfoque que me parece muy enriquecedor. En primer lugar, Costas reivindica el valor de la competencia: “Una política progresista ha de plantear la lucha contra los monopolios y los cárteles como una de las políticas sociales prioritarias”. Por eficacia y por filosofía política, el pensamiento emancipador tiene que ser capaz de imaginar combinaciones virtuosas -e instituciones que las regulen- de competencia y cooperación social al servicio de la innovación para vivir mejor, cuidando más de nuestros semejantes y del planeta.
En segundo lugar, Costas acude a la economista italoamericana Mariana Mazzucato y su concepto del Estado emprendedor. Sostiene, de forma convincente, que para financiar un Estado del Bienestar del siglo XXI el Estado no tiene por qué limitarse a ser un recaudador de impuestos sino que, sin descuidar la necesidad de una estructura fiscal justa y verdaderamente progresiva, el Estado puede buscar un retorno mayor de las inversiones y proyectos de riesgo en los que participa el sector privado. Esta es una idea fundamental para los países que, como el nuestro, necesitan un esfuerzo sostenido para una industrialización inteligente y aspiran a gobernar los cambios y no sólo a verse sacudidos por ellos o por los intereses de los fondos buitre: necesitamos un Estado que asuma sus responsabilidades y que sirva de locomotora para determinados sectores estratégicos en los que después se puede dar la colaboración público-privada.
Costas  sostiene que el Estado no tiene por qué limitarse a ser un recaudador de impuestos sino que, sin descuidar una estructura fiscal justa, puede buscar un retorno mayor de las inversiones y proyectos de riesgo en los que participa el sector privado
Sin embargo, cuando llega al momento de clasificar en apuestas políticas las posibles salidas a la situación de incertidumbre y quiera del acuerdo de convivencia, Costas realiza una simplificación que no se corresponde con su rigor en el campo de la economía. Dibuja básicamente, frente a las políticas de austeridad y ajuste fallidas, las alternativas de los “populismos” de izquierda y derecha por una parte, y la liberal-socialdemócrata por otra, que ve encarnada en Macron –cuya popularidad, por cierto, continúa en caída libre: casi un 60% de los franceses dan ya la espalda a sus reformas. Por supuesto, el autor es libre de manifestar cualquier preferencia partidista, e incluso es saludable que lo haga. Pero esta aparece debilitada si sólo puede ser afirmada por contraste con muñecos de paja. Costas entiende los populismos como meras reacciones a la incertidumbre, espasmos que aspiran a terminar con el mercado y la institucionalidad. Un momento meramente destituyente. Conviene recordar que algunas de las fuerzas progresistas que así cataloga se han hecho cargo de los principales ayuntamientos de España, saneando sus cuentas, reduciendo la desigualdad, poniendo fin al saqueo de lo público y oxigenando la vida institucional. Quienes creen en la necesidad de reformas para que España funcione deberían compartir hoy posición con los Ayuntamientos del cambio contra el inmovilismo que representa la intervención de Cristóbal Montoro –verdadero caso clínico del ‘síndrome de Berlín’.
Es posible que a Costas se le escape que la aspiración de “construir pueblo”, de formar parte de una comunidad que no deja a los suyos atrás, es exactamente la tarea de fundar nuevos acuerdos y equilibrios institucionales que está en el corazón de su propuesta de pactar un nuevo contrato social. Para que ese pacto sea posible y beneficioso para los de abajo hay que equilibrar la balanza recomponiendo un demos, heterogéneo e irreductiblemente plural, pero con horizontes compartidos. Entre esa tarea y la densidad intelectual no sólo no hay contradicción sino que hoy, aquí y ahora, amos fenómenos se necesitan mutuamente. Pero este, reconocerán algunos lectores, es un tema recurrente del debate de nuestro tiempo al que tendremos ocasión de regresar. En la Europa actual, y muy en particular en España, la tarea política fundamental no es aumentar unos puntos porcentuales el voto a la derecha o a la izquierda, no es girar unos grados las políticas públicas en uno u otro sentido. Es una tarea de mucha mayor magnitud y dificultad: hemos de recomponer el contrato social, roto por la desigualdad y por la concentración de poder en pocas manos fuera del alcance de la ciudadanía. Para ello necesitamos recomponer unas sociedades rotas por la ley del más fuerte, para sustituirla por la ley del más débil, acorazada por la soberanía popular y una correcta y diversificada malla de poderes separados y equilibrados. O, en otras palabras, un plan para una España viable y más justa.  De eso (también) deberíamos estar discutiendo cuando hablamos de reforma constitucional.
El final del desconcierto. Un nuevo contrato social para que España funcione. Antón Costas. Península, 2017. 352 páginas. 17,90 euros

lunes, 13 de noviembre de 2017

La Diputación de León firma cinco nuevos convenios con entidades sociales de la provincia a las que destina un total de 75.000 euros


El presidente de la Diputación de León ha firmado cinco nuevos convenios con otras tantas asociaciones de carácter social que llevan a cabo su trabajo en la provincia. Para ellas, AMIDOWN León, la Asociación de Amigos de Pueblo Saharaui del Bierzo, Cruz Roja León ASPED y ASPACE, la institución provincial destina, a través de estos acuerdos, un total de 75.000 euros.
Durante este acto, Juan Martínez Majo ha querido destacar “el interés de la Diputación por los leoneses más vulnerables o con mayores necesidades”, recordando que, durante las últimas semanas, la Diputación ha firmado treinta convenios por un valor que alcanza los 285.000 euros.
Así, el presidente de la institución provincial explicó que se cierra de esta forma la firma de los convenios o subvenciones nominativas, y se continúa trabajando para cerrar este mes la convocatoria de subvenciones a proyectos de acción social, a la que se han presentado otras 23 entidades, y la convocatoria para cooperación internacional, a la que han acudido ocho Organizaciones No Gubernamentales (ONG) con proyectos solidarios de carácter internacional. “En total un millón de euros, entre convenios, subvenciones y cooperación internacional, que se distribuyen entre sesenta entidades de carácter social y solidario de la Provincia de León” señaló el presidente de la Diputación, quien reiteró la gran apuesta de la institución por los que más lo necesitan, “dedicando 35.598.137 euros, casi el26,5% del total del presupuesto, a gasto social”.
Los proyectos que apoya la Diputación en esta ocasión son:  
  1. Asociación de Síndrome de Down- Down León Amidown
Las actividades previstas para ellos pasan por proporcionarles acompañamiento profesional diario, de su domicilio a la entidad y viceversa, mantener un contacto periódico con las familias, la coordinación con los profesionales de atención e intervención directa de la entidad y del departamento de recursos humanos, registrar las actuaciones y evaluar los resultados del proyecto.
  1. Asociación Saharaui para el Desarrollo- ASPED-
El programa `Vacaciones en paz´, al que la Diputación destina este año 8.730 euros, se inició en 1990 y supone un proyecto social, sanitario y educativo, contribuyendo así a paliar las principales dificultades y carencias que debe afrontar la infancia saharaui. El principal objetivo del proyecto es paliar en lo posible las necesidades sanitarias más comunes debido a las carencias alimenticias que se han agravado en los últimos años, ampliando los conocimientos del idioma y la cultura castellana, dando a conocer a los niños una realidad distinta a la que se vive en los campamentos de refugiados donde han nacido, y mostrando la problemática en que vive el pueblo saharaui por medio del contacto con los pequeños.
El proyecto tiene una duración de 12 meses, si bien el programa se enmarca entre los meses de junio y agosto. El número de niños previstos oscila entre los 15 y 20. Entre las actividades previstas se encuentran la realización de gestiones para la difusión y organización del programa, proceso de captación de las familias interesadas en la acogida, reuniones de coordinación con la delegación Saharaui en Castilla y León, elaboración de listados definitivos de los niños saharauis y de los documentos de acogida, además de la documentación informativa a las familias, realización de gestiones con las instituciones implicadas en el programa, así como el traslado de los pequeños.
  1. Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui del Bierzo
Para la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui del Bierzo, también para colaborar con el desarrollo de `Vacaciones en Paz´, la Diputación destina 5.674 euros.
Como en el caso de la Asociación de León, el programa tiene como objetivo traer a España menores saharauis y sacarles de las terribles condiciones que viven durante el verano, ofreciéndoles unas vacaciones en las que puedan disfrutar, en las que puedan aprender del intercambio cultural que realizan con las familias que los acogen y sobre todo, detectarles las posibles dolencias que puedan tener y tratarlas. Esta Asociación ha recibido subvención para estas mismas actuaciones en años anteriores por lo que proponen la continuidad del proyecto.
Los resultados que se pretenden conseguir con la ejecución del proyecto son garantizar el bienestar de los niños y niñas y el respeto a sus derechos en las familias de acogida, desarrollando una labor de sensibilización ciudadana, danto difusión al proyecto en los medios de comunicación y organizando actividades de amplia participación popular, realizando revisiones médicas para detectar problemas de salud y actividades culturales y recreativas con participación de todas las familias de acogida.
Para el presente ejercicio se prevé el acogimiento de 18 niños saharauis, desde finales de junio hasta mediados/finales de agosto. Para la realización de dicha actuación principal del proyecto, se realiza durante un período de diez meses la selección de al menos 20 familias idóneas, generalmente con experiencia en acogimiento, y seguimiento periódico del mismo, comunicación a los medios de información, actividades de divulgación de la realidad saharaui (conciertos solidarios, convivencias…) consiguiendo la participación tanto de las familias acogedoras como del entorno social de los menores, y evaluación de la salud del 100% de los menores.
  1. Cruz Roja León
La Diputación de León continúa colaborando con las actuaciones que se llevan a cabo desde Cruz Roja en la provincia, encaminadas a fomentar el voluntariado en el medio rural. Para ello, la institución provincial destina este año 12.000 euros.
Esta iniciativa que tiene como objetivo mejorar la capacidad de respuesta de la red local a través de la formación y la coordinación de los referentes de voluntariado y actividad, además de apoyar y dar soporte a la red territorial de voluntarios encargados de la promoción, participación y fidelización del voluntariado en el ámbito provincial de León.  
Las actividades previstas para ello son la creación y consolidación de una red provincial de voluntarios, desarrollo de módulos formativos orientados a las temáticas de promoción, gestión, participación y fidelización el establecimiento de modelos de trabajo y coordinación eficaz con la Diputación de León; la articulación de acciones provinciales y promoción del trabajo interámbito, la realización de un seguimiento continuo de todos los procesos y acciones y el asesoramiento continuo a la red provincial de voluntarios fomentando su participación y propiciando la toma de decisiones.
Se prevé la ejecución de las actuaciones previstas en cada una de las Asambleas Comarcales que desarrollan su actividad en la provincia, en Astorga, La Bañeza, Bembibre, Boñar, Cistierna, Fabero, Hospital de Órbigo, León, Ponferrada, La Robla, Sahagún, Valencia de Don Juan, Villablino, Villafranca del Bierzo y La Magdalena.
  1. Asociación Leonesa de Atención a Personas Afectadas de Parálisi Cerebral y Discapacidades Afines- ASPACE León-
Las actividades previstas para ello son sesiones en la piscina y sesiones de snoezelen, desarrolladas desde marzo a diciembre de 2017 que están dirigidas, tanto a usuarios de la entidad de los distintos centros, como a los que pertenecen a otras entidades o personas discapacitadas que precisen terapias y se encuentren en zonas rurales. Para ello, la Diputación aporta 43.257,15 euros.
Información: Página web de la Diputación Provincial de León
 

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Casi un año para ser familia de acogida

Foto: Diario de León, 1 de noviembre de 2017
Se buscan 34 familias. Cruz Roja de León necesita incorporar a su ‘bolsa’ de acogedores a personas que ofrezcan un hogar a 38 menores entre 10 y 16 años tutelados por la Junta. Las familias disponibles rechaza a los adolescentes y esperan a niños pequeños. Antes de meter en sus casas a un nuevo miembro, las personas acogedoras pasan una formación que dura entre 6 y 12 meses..
 
Artículo de Carmen Tapia, Diario de León, 1 de noviembre de 2017
 
Cruz Roja busca familias para acoger a 38 menores con edades comprendidas entre los 10 y los 16 años. Urgen hogares para 31 niños y niñas y para tres grupos de hermanos (7 menores) entre los 7 los 10 años. No es la mejor edad para salir de los centros de acogida de los servicios sociales de la Junta de Castilla y León. Ninguna de las 60 familias disponibles (entre las que ya tienen menores acogidos y las que están a la espera) quiere meter en sus casas a menores que pasan por una edad crítica. «La adolescencia de los hijos es una etapa difícil para todas las familias y no quieren arriesgarse con menores a los que no conocen», explica Camino Sanz, técnico de programas de familia de acogida de Cruz Roja. Las familias disponibles quieren niños y niñas más pequeños. Por eso urgen familias para engrosar la ‘bolsa’ de personas que quieran ayudar a menores que se han criado en entornos en los que no han recibido un buen trato. Un reto para las familias solidarias que necesitan una preparación previa de formación y valoración que puede durar entre seis meses y un año. «El proceso no es corto. Se necesita motivación y formación para garantizar el éxito del programa». Las dificultades de convivencia y educación causa una media de cuatro renuncias al año. «Es lo que llamamos acogimientos interrumpidos».
Los 38 menores candidatos para salir de los centros de acogida son niños y niñas que se encuentran con medidas de protección por la gravedad de las situaciones familiares de origen. «Los motivos de separación de su familia de origen suelen ser diversos, con múltiples factores de riesgo que comprometen el bienestar infantil y que son consecuencia de la falta de capacidad de cuidado, crianza y educación de las personas que los tienen a su cargo», explican desde Cruz Roja. Son familias desestructuradas, en exclusión social, dificultares graves con patologías y adicciones, ingresos en prisión, fallecimientos repentinos, falta de apoyos o maltratos. «Necesitan una familia estable», destaca Camino Sanz.
Cruz Roja necesita más familias. Los niños en acogimiento en León ha aumentado en los últimos ocho meses. En la presentación de la campaña de este año, en el mes de marzo, los servicios sociales necesitaban hogares para 21 menores entre 4 y 17 años. Otros 77 viven ya en familias de acogida., que reciben una atención individualizada que les permite crear vínculos positivos, construir otras formas de relación, incorporar rutinas, valores y habilidades para una mejor adaptación e la vida diaria, facilitando sus relaciones sociales y desarrollo de futuro.
Además de la voluntad, las personas que quieran participar en este programa necesitan una formación específica. En las casas acogedoras tiene que haber estabilidad social, laboral y económica «y se tiene especialmente en cuenta su capacidad educativa y relacional». Deben pasar por un proceso de formación y valoración «donde la familia pueda reflexionar sobre esta decisión hasta llegar a constituirse como familia a cogedora». Para ser familia acogedora no importa la edad, el sexo, el estado civil o la posición socioeconómica. El tiempo de acogimiento estará determinado por las necesidades, edad y situación del menor y de su familia. «Tienen que aprender que el acogimiento es temporal porque cuando la familia del menor solucione el problema por el que ha sido necesario separar al niño de su familia tiene que volver a su casa».
En León hay familias que tienen una trayectoria extensa en acogimientos de menores y otras se incorporan al programa. «En estos momentos hay familias que están en suspensión temporal, de respiro. Es doloroso cuando un niño se tiene que marchar y necesitan recuperarse de la experiencia vivida», explica la técnico de Cruz Roja.
De las 60 familias que participan en León en el programa de acogimiento, 20 tienen una larga experiencia, otras veinte se incorporaron hace tres años y otras diez están a la espera de niños menores de diez años. «La idea es que haya una bolsa de familias disponibles para que en el momento en que tengamos necesidad de recurrir a ellos puedan estar disponibles».
Ninguno de los 34 menores que están a la espera de encontrar una familia de acogida lleva en el centro institucional más de dos años.
El objetivo del programa es dar cumplimiento al derecho de todos los niños y niñas a vivir y crecer en una familia, teniendo como horizonte el retorno con su familia de origen cuando sea posible.
«Los niños tienen las mismas necesidades ahora que cuando comenzó el programa por la falta de atención y daño emocional, lo que les dificulta seguir un rendimiento adecuado en la escuela. Algunos no estaban ni escolarizados, sufrían abusos y estaban mal alimentados».