miércoles, 18 de septiembre de 2013

Santa Juana de los Mataderos y la caridad televisada



Berthol Becht escribe el texto de la obra “Santa Juana de los Mataderos” en 1930 para la radio. Es en 1959 cuando se estrena como obra de teatro. El argumento se basa en la especulación del gran capital con los mataderos y los ganaderos que va dejando sin trabajo a los obreros. Se manifiesta la realidad económica de Chicago en los años 30. En la obra aparece una muchacha que trata de ayudar a los pobres y para ello intenta negociar con los empresarios. La muchacha es victima de sus propias creencias y fantasías, al final ella también fracasa. Es una obra en contra de la explotación.
Ahora entramos en la era de “entre todos”, un programa de la televisión pública en la que la presentadora en forma de una Santa Juana de los Mataderos o Juana de Arco de la era tecnológica, trata de solucionar situaciones problemáticas en un tiempo record y en directo.
Se dice del programa “entre todos” que fomenta la solidaridad y aspira a ser una auténtica red social de cooperación, en donde se reflejan los valores positivos de la sociedad, potencia y canaliza la generosidad.
Yo lo que veo en el programa es que se establece una caridad cómplice de quienes originan la pobreza y que necesitan que la miseria se prolongue en el tiempo para que la beneficencia continúe y sea un motivo de tener que decir “gracias por darme de comer”.
Me pregunto si estamos destinados a olvidar lo que es un “derecho social”, y a no luchar por mantener los que tenemos. Nuestros impuestos deben de servir para dar unos servicios públicos de calidad y no tener que ir a un programa de televisión para conseguir un dinero que necesito para pagar  una silla de ruedas, y todo ello entre aplausos.
Que dirán todos los y las profesionales que trabajando en Servicios Sociales, muchas veces intentando sacar recursos donde no los hay, si ven este show televisivo, ya que no puede tener otro nombre, y analizan que un problema social se soluciona con una llamadita de teléfono.
Ya me gustaría que la televisión pública diese protagonismo a programas que hagan visible las injusticias, que fomentasen la participación y la igualdad, conocer la diversas iniciativa empresariales que parten de cero, o simplemente reconocer la labor que muchas personas, desde el silencio, desarrollan en las ONG.s.
Decía Muhammand Yunus: “la caridad no es una solución a la pobreza, sólo la perpetúa, despojando a las personas pobres de su iniciativa. Nos permite proseguir con nuestra propia vida sin tener que preocuparnos por la de las personas pobres. Sólo sirve para aplacar nuestras conciencias”.
Samuel N.P.



viernes, 13 de septiembre de 2013

Las vivencias de voluntarios internacionales protagonizan el Día del Cooperante en León


Espacio Vías acogió ayer una mesa redonda que tuvo como objetivo dar a conocer en León la oferta que existe de voluntariado internacional, bajo el nombre «Una visión de la cooperación leonesa».
La mesa redonda, organizada por la unidad territorial de la Coordinadora de ONGD, en colaboración con el Ayuntamiento de León, contó con la colaboración de Laura Juanes, representante de la ONG Entreculturas; Inés Carbajal, de Intered; y Yiboula Emmanuel Baziir, de la Asociación Humanitaria a Burkina Faso.
Yiboula Emmanuel procede de Burkina Faso, lleva ocho años en España y asegura que «con esta organización pretendo ayudar a mi pueblo y mejorar la realidad que conozco de primera mano». En la actualidad la Organización se encaraga de realizar ayuda socio-sanitaria y la construcción de pozos de agua potable en Burkina Faso. Yiboula afirma que «nuestra ayuda no llega a toda la población de Burkina Faso, pero trato de poner mi granito para que pueda prosperar y en un futuro poder llegar a países colindantes como Mali».
En la actualildad sólo Yiboula Emmanuel y su mujer, Olga Gancedo, se trasladan para colaborar sobre el terreno en este país, situación que esperan que cambie y en un futuro próximo sean bastantes las personas que quieran cooperar en Burkina Faso con el proyecto de esta organización.
La representante de Intered, Inés Carbajal, lleva trece años como cooperante en India y declara que «su mentalidad es totalmente diferente a nuestra mentalidad occidental». «Esta experiencia te cambia la perspectiva del mundo y de vivir» manifiesta, «desarrollas capacidades personales que no conoces, de aprender y de comunicación». Inés ha participado en dos de los 30 proyectos de esta organización. Uno de ellos consistía en fomentar la educación sociocultural y la lectura mediante una biblioteca móvil que recorría 16 localidades de este país. El segundo proyecto tenía como objetivo sacar a 29 mujeres de la pobreza garantizándoles un sueldo por hacer túnicas y pañuelos típicos indios.
Noticia: Diario de León, 13 de septiembre de 2013

domingo, 1 de septiembre de 2013

Yo también hoy quiero tener un sueño


Difícilmente se pueden decir las cosas mejor de cómo las dijo Martín Luther King aquel 28 de agosto de 1963, hace hoy exactamente cincuenta años. Por eso nosotros, los gitanos que nos sentimos vinculados por el ideario de la Unión Romaní, queremos manifestar públicamente que la doctrina marcada por el gran lider en aquel luminoso discurso, es y sigue siendo nuestra principal referencia a la hora de señalar los objetivos y los límites de nuestra lucha. No insistiremos, pues, en reiterar lo que desde hace tantos años también nosotros venimos diciendo y denunciando.
Martin Luther King, que fue Premio de la Paz en 1964, ante la estatua de Abraham Lincoln, y frente a más de 200.000 personas que le escuchaban enfebrecidas, denunció el trato inhumano que los negros recibían por parte de la policía así como la gran injusticia que suponía enfrentarse en los más diversos lugares con el infame letrero “solo para blancos”. Nosotros, como el lider mártir, llevamos diciéndolo también desde hace casi 50 años aunque en escenarios diferentes. Y hoy, como ayer, alargando nuestra mirada a todo el territorio europeo, seguimos afirmamos con él que “Ahora es tiempo de subir desde el oscuro y desolado valle de la marginación al soleado sendero de la justicia racial. Ahora es tiempo de alzar a nuestra comunidad desde las arenas movedizas de la injusticia racial a la sólida roca de la fraternidad. Ahora es tiempo de hacer que la justicia sea una realidad para todos los hijos de Dios”.
Los gitanos españoles y gran parte de los gitanos europeos hemos dado pasos importantísimos en la lucha por ser dueños de nuestro destino y administradores de nuestra libertad. Pero aún está casi todo por hacer. Desde la Constitución de 1978 los gitanos gozamos de las garantías que la Carta Magna otorga a todos los españoles y desde que la Unión Europea incorporó en su seno a la inmensa mayoría de los gitanos del continente todos gozamos de la protección que nos brinda el Tratado de Lisboa para la defensa de nuestros derechos ciudadanos.
Sin embargo el reconocimiento de esas garantías no supone su cumplimiento. Bien lo sabemos cuando nos enteramos de las gravísimas agresiones que sufren nuestros hermanos por parte de quienes se consideran guardianes de todas las esencias patrias. Agresiones que por múltiples razones quedan tantas veces sin castigo ni reparación. Hoy, como hace 50 años, nosotros decimos con Luther King que “no estaremos satisfechos hasta que la justicia corra como las aguas y la rectitud como un impetuoso torrente”.
Pero el discurso cuyo aniversario conmemoramos tiene también una parte importantísima de autoimplicación en el proceso de lucha por la conquista y consolidación de nuestros derechos. Debemos, mejor dicho tenemos la obligación de desarmar a quines con razón o sin ella se declaran antigitanos en las tertulias, en las conversaciones familiares o en los espacios de libre acceso que ofrecen los medios de comunicación online. Ignorar lo que se dice de nosotros cada vez que se produce un hecho delictivo en el que aparecen los gitanos es de una supina insensatez. Lo decía el gran lider: “Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda”.
Y llegados a este punto del análisis de la realidad, se impone tener claro cual debe ser el camino a seguir y con que estrategia pensamos librar la última y más decisiva de todas las batallas: responder a los racistas con las mismas armas que ellos utilizan contra nosotros o plantarles cara desde la resistencia inteligente sabiendo que “Nadie se nos montará encima si no doblamos la espalda”.
El 28 de agosto de 1963 Martín Luther King, en la culminación de “La marcha sobre Washintong” dijo que “En el proceso de conseguir nuestro legítimo lugar, no debemos ser culpables de acciones equivocadas. No busquemos saciar nuestra sed de libertad bebiendo de la copa del encarnizamiento y del odio.  Debemos conducir siempre nuestra lucha en el elevado nivel de la dignidad y la disciplina”. Y en este punto precisamente hoy me quiero detener para manifestar desde lo más íntimo de mis sentimientos que yo también tengo un sueño:
Que llegue un día en que los gitanos seamos juzgados por nuestros actos y no por el nombre de nuestra étnia.
Yo también tengo un sueño: que los periodistas cumplan con sus códigos y olviden para siempre la cursilería de escribir “de étnia gitana” para evitar decir, sencilla y llanamente “gitanos”.
Yo también tengo un sueño: Que los periodistas dejen de hacer referencia a la raza, al color o al origen de las personas en contextos peyorativos. Lo dijo Luther King: "Todo lo que afecta a uno directamente, nos afecta a todos indirectamente".
Yo también tengo un sueño: Que llegue cuanto antes el día en que olvidemos esa parte de la vieja Ley Gitana que nos empuja a tomarnos la justicia por nuestra mano. “Guardarnos de la violencia, ya se exprese mediante la lengua, el puño o el corazón”.
Yo también tengo un sueño: que desaparezcan las pistolas y las navajas de allí donde las haya. Hace 50 años lo dijo el lider de la Paz: “La violencia crea más problemas sociales que los que resuelve”.
Yo también tengo un sueño: Que el analfabetismo y la desescolarización sean fulminadas de nuestro entorno. Solo la cultura y la formación hacen libres a los pueblos.
Yo también tengo un sueño: Que desaparezca la mendicidad de las calles de nuestros pueblos y ciudades. Porque somos una minoría visible a nosotros se nos ve más que a los demás.
Yo también tengo un sueño: Que las mujeres gitanas encuentren en el seno de nuestras comunidades el papel que les corresponde como guardianas y mantenedoras de nuestra cultura. Negar a las gitanas el espacio de libertad al que tienen derecho es condenar a nuestro pueblo a la más humillante capitulación.
Yo también tengo un sueño: Que los eternos racistas de siempre sean juzgados con la severidad que proclaman las leyes. Que sepan que sus crímenes no pueden quedar impunes. Y que los jueces no olviden que "La injusticia en cualquier lugar es una amenaza para la justicia en todas partes".
Yo también tengo un sueño como el de Martin Luther  King: Que mis hijos vivan en un país en el que no sean socialmente juzgados por el color de su piel o por el origen étnico de sus padres sino por su reputación.
Juan de Dios Ramirez Heredia
Presidente de la Unión Romani Española
Vicepresidente de la Unión Romani Internacional