martes, 26 de mayo de 2020

Alguien voló sobre el nido del cuco y la crisis del covid-19



Me dicen que le doy muchas vueltas a las cosas, es que  algunas veces la realidad no está lejos de la ficción, lo mismo de hoy, no es el ayer y menos será el mañana, así que intento reflejar lo que pienso al escribir en mi blog.
“Alguien voló sobre el nido del cuco”, una película de 1975 que está en nuestra mente por ser un clásico del cine, con cinco Oscars, mejor actor (Jack Nicholson), director (Milos Forman), actriz (Louise Fletcher) y mejor guión adaptado. Un película basada en la novel de Ken Kesey que lleva el mismo título, es una denuncia a los llamados “manicomios”, y de cómo eran tratados tanto a “locos y locas” a largo de la historia. Es un despertar a la libertad.
 Randle McMurphy (Jack Nicholson), un hombre condenado por asalto, y un espíritu libre que vive contracorriente, es recluido en un hospital psiquiátrico. La inflexible disciplina del centro acentúa su contagiosa tendencia al desorden, que acabará desencadenando una guerra entre los pacientes y el personal de la clínica con la fría y severa enfermera Ratched (Louise Fletcher) a la cabeza. La suerte de cada paciente del pabellón está en juego. (FILMAFFINITY).
Qué ha pasado con esta crisis del covid-19 y cómo ha afectado a las personas que presentan una discapacidad que surge por una enfermedad mental. Ellos y ellas ha sido y siguen siendo población de riesgo, por lo cual el confinamiento llega a sus máximos extremos, encerrarse con sus multitud de patologías, es que no hay ninguna diagnóstico igual. Es verdad que es un colectivo invisible, que se pasa muchas horas en casa y el resto en centros educativo, talleres ocupacionales, etc. los más graves en hospitales psiquiátricos sin miradas al mar. Pero con esta pandemia, la casa y sus cuatro paredes han sido para la mayoría de este colectivo su lugar de meditación y peregrinación, alguna visita tomada con máximas precauciones o ciertas llamada telefónicas para saber qué tal se encontraban, han sido muchas veces el único contacto con el mundo exterior.
En esta situación de cuarentena se ha disparado la medicación de este colectivo, un aumento en los fármacos para tranquilizar y poder dormir, no existen las terapias, se sufre un doble aislamiento al limitarles los recursos que en el día a día recibían y necesarios para desarrollar una vida normal como el resto de las personas, ya que son eso, “personas”.
Han sido muchas las recomendaciones que se han dado para el colectivo con problemas de salud mental que hacen referencia a los aspectos cognitivos, emocionales y de socialización, no fáciles de desarrollar con estas personas,  cuando la mayor parte de las citas con profesionales de la salud mental se han suspendido.
Las cuidadoras y cuidadores no profesionales de personas afectadas por una enfermedad mental, no lo tienen fácil, la verdad es que nunca lo han tenido, pero más en esta situación, son veinticuatro horas al lado, no hay descanso, además de tener que afrontar muchas situaciones inesperadas.
Ahora toca señalar esa otra pandemia que hace referencia la OMS y no es otra que el aumento de los trastornos mentales en personas que no los sufrían anteriormente, afectando a esas cuidadoras y cuidadores en el propio hogar, como a todo el personal sanitario y otros servicios esenciales, como puede ser todo el ámbito de los servicios sociales. El estrés y la ansiedad se pasean por todas las esquinas y pueden llegar a ser el inicio de situaciones más extremas y llegar a tener que desarrollar un tratamiento con secuelas futuras.
No podemos olvidarnos en esta pandemia de todo este colectivo que presentan un alto grado de vulnerabilidad, ni tampoco a las mujeres y hombres que los cuidan, hay que evitar que se añadan más personas a la lista de esta discapacidad que afecta ya por si a un alto número de habitantes en esta aldea global tan frágil, que es la tierra.   
“El dolor mental es menos dramático que el dolor físico, pero es más común y también más difícil de soportar”.C. S. Lewis.
Samuel N.P.

lunes, 25 de mayo de 2020

Señor presidente de Portugal, usted es un hombre valiente


 
Señor presidente de Portugal,
usted es un hombre valiente
“Hace siglos que los gitanos son tan portugueses como nosotros”
Señor presidente del Gobierno de Portugal
     Me complace enormemente darle las gracias, en nombre la Unión Romaní Española, así como en el de la UNION ROMANI INTERNACIONAL cuya vicepresidencia ostento, por sus clarificadoras palabras pronunciadas en la Asamblea Nacional de Portugal en defensa de los ciudadanos y ciudadanas gitanos de su país.
      En estos momentos, señor presidente, en que los 14 millones de gitanos que vivimos en el planeta estamos siendo atacados por racistas de todo pelaje que aprovechan los momentos de especial dramatismo que vivimos, a causa del virud-19, para descargar su odio contra nosotros, su testimonio nos reconforta y nos da ánimos para seguir luchando por mantener nuestra dignidad. “Hace siglos ―dijo usted días pasados― que los gitanos son tan portugueses como nosotros”.
     Bien sabemos que en su país hay núcleos de población gitana que lo están pasando especialmente mal, no solo porque la enfermedad les ha atacado con mayor intensidad sino, como reconoció su Secretaria de Estado de Integración y Migración, Claudia Pereira, porque “algunas de estas comunidades viven en lugares sin condiciones, en tiendas de campaña y campamentos donde algunos no tienen acceso a agua potable”.
     Nos gustaría que su ejemplo cundiera por el resto de los Estados que integran la Unión Europea. Sus palabras y su testimonio los vamos a difundir por todas partes porque no se nos ha olvidado lo que hace no mucho tiempo dijo en Lisboa Dezideriu Gergely, un ilustre gitano que ha ocupado importantes cargos en instituciones públicas europeas, así como el de Secretario de Estado del Gobierno de Rumanía: en muchos países, la situación de las comunidades gitanas, en lugar de mejorar, va de mal en peor porque se ha intentado convertir al pueblo romaní en chivo expiatorio de una serie de problemas sociales, mediante un mecanismo en que los gitanos son generalmente culpados de estos problemas y, lo que es más peligroso, es que esta idea ha ido tomando cuerpo en la opinión pública."
Usted, señor presidente, es un hombre valiente
     Lo sabemos porque lo ha demostrado a lo largo de su vida política, tanto cuantas veces ha sido ministro del Gobierno portugués, como durante su etapa de alcalde de Lisboa. Los españoles le agradecemos que, hace tan solo unos días, usted saltara en defensa de nuestro país contra lo expresado por el ministro de finanzas holandés, Wopke Hoekstra, que nos recriminaba no tener margen presupuestario para enfrentar la crisis del coronavirus. Usted dijo que sus palabras eran “repugnantes” y que pedir que Bruselas sometiera a España a una investigación era producto de su “absoluta inconsciencia”. ¡Bien!
     Por eso nos ha gustado mucho lo que el otro día le dijo usted en la Asamblea de la República al diputado Andre Ventura que quería encerrarnos: “Usted, señor diputado, lo que ha obtenido ha sido una gran respuesta de un campeón nacional y un gran jugador de nuestra selección”. Sabemos que usted se refería al futbolista internacional portugués, Ricardo Quaresma, que es gitano y juega en el Kasimpasa de Turquía.
     El futbolista calificó las palabras del diputado como “populismo racista que pretende enfrentar a unos hombres contra otros”. Sepa, señor presidente, que, en este mes de mayo, celebra el mundo libre la derrota definitiva del nazismo. Medio millón de gitanos y gitanas entregaron sus vidas bajo las botas asesinas de quienes nos consideraban inferiores. Por eso nos aterra pensar que todavía hoy haya quien piense igual que los genocidas nazis y que incluso, algunos presidentes de gobiernos europeos, guarden silencio, o alienten a los más violentos que pretenden eliminarnos.
     Sus palabras, señor presidente del gobierno portugués, así como su comportamiento, nos consuelan y nos animan en la lucha. Ojalá sirvan de ejemplo. Le damos las gracias en nombre de toda la gente de buena voluntad, en nuestro idioma universal:
     Sastipen thaj Mestipen (Salud y libertad)
    Te aves baxtaló (Que sea feliz) Tradicional saludo de los gitanos europeos
 
Juan de Dios Ramírez-Heredia
Abogado y periodista

Vicepresidente de la Unión Romaní Internacional

 

domingo, 17 de mayo de 2020

La crisis del COVID-19 y las personas con discapacidad


Volvemos a la ida y vuelta del vinilo, cara A y cara B, desde escuchar la voz de Sarah Vaughan, 1955, pasando por Elvis Costello o  The River de Bruce Springsteen, así paso el tiempo necesario para poder escribir este post.
Me viene a la mente el recuerdo de Erik Weihenmayer que se convirtió en la primera persona ciega de la historia en coronar la cima del Monte Everest, también de Mª Teresa Perales, nadadora paraolímpica, ganó 26 medallas, a los 19 años perdió la movilidad desde la cintura hasta los pies a causa de una neuropatía, o el mismo Stevie Wonder, ciego de nacimiento y unos de los mejores músicos y compositores a nivel internacional. Esto son algunos ejemplos de que no hay personas “discapacitadas” ni “minusválidas”, hay personas con discapacidad, bueno que les puede faltar un brazo, una pierna, no oyen, un poquitito más bajo de lo “normal”, yo mismo tengo que usar gafas para poder realizar las actividades diarias, realmente son personas muy válidas y capaces como cualquiera.
En España hay actualmente más de cuatro millones de personas con discapacidad, el 9% de la población total. Lo importante es que este colectivo presenta distintas situaciones de desigualdad y que deben afrontar en el día a día, mucho más que las personas sin discapacidad. Así que muchas de esas desigualdades se ven incrementadas en una situación de crisis como es la del COVID-19, en palabras de .António Guterres, Secretario General de la ONU, ha denunciado esta situación y ha declarado que «debemos garantizar la igualdad de derechos de las personas con discapacidad al acceso a los cuidados sanitarios y a los procedimientos que les salven la vida«. Ha urgido también a los Gobiernos a que las personas con discapacidad estén en el centro de la respuesta al COVID-19 y en los esfuerzos de recuperación.
El Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19 (BOE 14 marzo 2020) modificado por el Real Decreto 465/2020, de 17 de marzo (BOE 18 marzo 2020), ha declarado el estado de alarma y ha establecido una serie de medidas, algunas de las cuales se comentarán a continuación por afectar a las personas con discapacidad y sus familias.
 
Estas instrucciones sirven para aclarar que las personas con discapacidad, que tengan alteraciones conductuales, como por ejemplo personas con diagnóstico de espectro autista y conductas disruptivas, el cual se vea agravado por la situación de confinamiento derivada de la declaración del estado de alarma, puedan realizar los desplazamientos que sean necesarios, siempre y cuando se respeten las medidas necesarias para evitar el contagio. 

Ahora llega el COVID-19 y deja en casa a miles de personas con discapacidad y con unas medidas estricta que llevan a un efecto desolador sobre esas personas y sus familias, que se complica mucho más si se tiene una discapacidad psíquica o intelectual. Pero aún podemos hablar de más desigualdades que no son otras que el no contar la familia con recursos económicos suficientes o con las capacidades adecuadas para poder atender a sus hijos e hijas las veinte cuatro horas. A todo esto habría que añadir los contactos sociales, los grupos de amistades, ya por si no es fácil de establecer en situaciones normales, también lo agrava la crisis, así como el tiempo de ocio y de trabajo Tampoco podemos olvidar que parte de esa población reside en el medio rural donde la brecha social es más amplia.   

Ante esta crisis que llegó sin avisar, al menos sin estar preparados ni concienciados con lo que nos venía, qué hacer con las personas con discapacidad para poder al menos minimizar los riesgos con esta población. Es importante que cuidadoras y cuidadores tenga una buena información tanto de las medidas para prevenir contagios como recursos adaptados a cada situación familiar y a cada persona con discapacidad en particular. El contacto vía telefónica o a través de internet entre la familia, las personas con discapacidad y los profesionales de los centros, en caso de que estuviesen en alguno de ellos, es de suma importancia.  

Los y las profesionales que trabajan con las personas con discapacidad, tanto educadores y  educadoras sociales, trabajadores y trabajadoras sociales, psicólogos y psicólogas, profesorado, cuidadoras y cuidadoras, monitores y monitoras, se tendrán que plantear nuevas estrategias de intervención, adaptándolas a las nuevas situaciones. 

Dicen que esta pandemia nos reforzará en valores y solidaridad, pues las personas con discapacidad esperan de la sociedad y de la comunidad más cercana que todo lo que se construya de manera positiva les pueda influir para poder crecer en un entorno inclusivo real.   

“No tengo complejos de ninguna clase; la vida sigue y yo también. Lo único que quiero es que me miren con dignidad.”
Jazmín Esparza
 
Samuel N.P. 

miércoles, 13 de mayo de 2020

Fernando Simón y la nueva masculinidad



Artículo de Ana Requena Aguilar, 11 de mayo de 2020, eldiario.es

Fernando Simón se ha convertido en el tipo amable que se cuela en casa cada día para hablarnos de la pandemia. El experto es un fenómeno fan pandémico del que se hacen memes, chistes y canciones. Claridad, calidez, cercanía, calma, mesura. Puede que Fernando Simón se esté convirtiendo en un icono de la nueva masculinidad o, más bien, en la prueba de que la masculinidad puede expresarse de otra manera.
Hay un factor que ha ayudado a que las cualidades de Simón sorprendan y agraden aún más: su contraposición a las figuras de autoridad que durante las primeras semanas participaban en las ruedas de prensa diarias. Los responsables de la Policía Nacional, la Guardia Civil y las Fuerzas Armadas comparecían cada día al lado del experto y performaban el ejemplo más clásico de masculinidad y autoridad. Caras de una seriedad casi impostada, enfadada a veces, tonos engolados, dureza en las frases y en la expresión no verbal.
A este despliegue se añadía un lenguaje bélico que parecía responder más a la necesidad de justificar la presencia de uniformados que al anhelo de la población de sentirse cuidada y debidamente informada. Hasta los uniformes hacían que nos fijáramos más en aquel tipo de jerseys y camisas estándar que simplemente salía a contar lo que sabía.
Lo que probablemente sorprende de Simón es la falta de arrogancia. Es un experto que, frente al lenguaje bélico, a las maneras duras y a la condescendencia, frente al estereotipo del sabiondo, maneja códigos opuestos. Despliega conocimiento, pero con humildad, reconoce errores o, al menos, la posibilidad de tenerlos, utiliza un lenguaje cuidadoso que deja a un lado la competición. En suma, no escuchamos a alguien que busca reforzarse mediante formas expansivas o que quiere demostrar todo lo que sabe sin importar lo demás, sino a un hombre que cuenta y responde, con sus aciertos y sus errores.
"Entiendo perfectamente las necesidades de información y poquito a poco voy aprendiendo cómo funciona lo que se publica, lo que no se publica. Pero me va a perdonar el periodista, creo que hace un flaco favor a España hablando de suspender o no suspender en este proceso. En este proceso vamos juntos y, si suspende uno, suspendemos todos. Tenemos que tener cuidado con algunas de las expresiones que usamos, nadie ha suspendido, todas las comunidades autónomas, todos los servicios de salud han hecho un trabajo excepcional", decía en una de las últimas ruedas de prensa en el mismo tono suave de siempre. En su afirmación mostraba empatía y reconocía aprendizaje. También reprendía a un periodista, pero lo hacía sin perder las formas y para reconducir la conversación del terreno de la competencia al de la cooperación.
En suma, es lo opuesto a la masculinidad a la que solemos asistir. La masculinidad rehúye la humillación y reconocer aprendizaje o mostrar empatía y humildad es entendido muchas veces como tal. La virilidad tradicional se construye sobre las formas agresivas, la competición y la necesidad de quedar por encima de tus interlocutores. También sobre la explicación permanente a otros entendida como la certeza de que el conocimiento y la palabra propia siempre es pertinente y no necesita de los demás. A Simón le escuchamos casi con la sensación de que a él también le interesaría escucharnos.
Así que, en medio de esta pandemia, asistimos a una forma distinta de ejercer públicamente la masculinidad. Ojalá cunda el ejemplo y tengamos más 'simones' y menos 'señoros'.

domingo, 10 de mayo de 2020

El abrazo de la serpiente y la crisis del Covid-19 en las tribus indígenas de la Amazonia


 
Hace unos días fallecía por coronavirus en Leticia, capital del departamento de Amazonas, el actor indígena y activista Antonio Bolívar, famoso por su papel en la película colombiana “el abrazo de la serpiente”.
“El abrazo de la serpiente”, es una película dirigida por Ciro Guerra, en el 2015 fue nominada a los premios Oscar como mejor película de habla no inglesa. Cuenta la historia de Karamakate que fue en su día un poderoso chamán del Amazonas; es el último superviviente de su pueblo y vive en lo más profundo de la selva. Lleva años en total soledad, que lo han convertido en "chullachaqui", una cáscara vacía de hombre, privado de emociones y recuerdos. Pero su solitaria vida da un vuelco el día en que a su remota guarida llega Evan, un etnobotánico norteamericano en busca de la yakruna, una poderosa planta oculta, capaz de enseñar a soñar. Karamakate accede a acompañar a Evan en su búsqueda y juntos emprenden un viaje al corazón de la selva en el que el pasado, presente y futuro se confunden, y en el que el chamán irá recuperando sus recuerdos perdidos. (FILMAFFINITY).
Existe una vulnerabilidad extrema de las tribus indígenas de la Amazonia a las enfermedades de tipo respiratorio, la propia historia ya les ha dejado huella. La conquista de América por parte de Europa, en la que el Estado Español ha sido muy protagonista, a partir de 1492 diezmó a la población indígena en más del 90%, pero no fueron las armas solamente, las enfermedades que acompañaban en todas estas invasiones fueron aniquilando poco a poco pueblos enteros, con ellos también desaparecieron una forma de vida, alterando sensiblemente a la propia naturaleza.
Cuando vuelven los europeos a la Amazonia en el siglo XIX, recolectores de caucho, mineros en busca de oro,…, trajeron con ellos el sarampión, la malaria, la viruela,…, multitud de enfermedades que no se conocían, pero contagiaron a las tribus indígenas que no tenía ningún fármaco conocido en su sabiduría que pudiese curarles.
La cuenca del río Amazonas está ocupada por un gran número de poblaciones indígenas, más 800.000 viven en Brasil. La reserva del Valle de Javari, que alberga unos 25 grupos étnicos diferentes, han opado por vivir totalmente aislados, habitan todos los componentes de la unidad familias en la misma casa, con espacios pequeños, abuelos, abuelas, padres, madres, hijos e hijas, todos juntos.  Ante esa situación, el contagio de alguno de ellos llevaría a enfermar al resto, por lo que el riesgo es ilimitado en estas poblaciones. A todo esto le sumamos la falta de recursos sanitario que pudieses prevenir la acción mortal de esta pandemia mundial.
Hoy día toda la Amazonia está en peligro, la pandemia ya les llegó antes, la tienen ahora y la tendrán. Les llegó con las invasiones Europas del siglo XV para espoliar sus recursos, lo siguen haciendo ahora, eliminado todas las riquezas forestales y minerales, y con ello a todos los pueblos indígenas. Pero al menos los hombres y mujeres de la cuenca del Amazonas pueden seguir su lucha en defensa de su territorio y cultura. Pero qué ocurriría si el coronavirus entra en la selva, sin medios para combatirlo, es posible que esta pandemia tan agresiva se lleve a todo un pueblo antes de la llegada del personal sanitario.
Estas poblaciones indígenas tienen grandes conocimientos sobre remedios medicinales, plantas que les curan de sus dolencias, el bosque es su farmacia, pero el Covid-19 no tiene antídoto en estos lugares. En el 2018 un programa de salud denominado Mais Médicos, trajo a cientos de profesionales cubanos de la medicina a la selva de Brasil realizando una gran labor preventiva.
La llegada del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, culpable de todo la invasión de la cuenca del Amazonas, al menos en la parte que le corresponde, dejando los pulmones del planeta huérfanos de todo, el mismo que obligó al personal sanitario cubano a que se marchasen de  Brasil, precarizando la asistencia sanitaria en las poblaciones indígenas y abandonándolas a su suerte. Si Bolsonaro quiere exterminar a la población indígena, puede que esta epidemia del Covid-19 sea su gran momento.  
La directora de COIAB (Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Amazonia, ha dicho “exigimos la retirada inmediata de todos los intrusos, mineros, madereros, cazadores furtivos, narcotraficantes, acaparadores de tierras, misioneros y turistas que pueden ser focos de transmisión”.
Como europeos les debemos mucho a las poblaciones indígenas, como españoles también, al ser personas del mundo no podemos olvidar que esta pandemia es global, que no tiene fronteras ni muros que la detengan, que si perdemos a las poblaciones que habitan la cuenca del Amazonas, perderemos también aquellos y aquellas que la  están defendiendo por su enorme biodiversidad esencial para el futuro del planeta.
«Este mundo no va a cambiar a menos que estemos dispuestos a cambiar nosotros mismos.» Roberta Menchú, líder indígena guatemalteca, premio Nobel de la Paz.
Foto post de la película “el abrazo de la serpiente”.
Este post está dedicado a todas las minorías étnicas de nuestro planeta ya que tienen unos derechos que les pertenecen.
Samuel N.P.

domingo, 3 de mayo de 2020

Renta básica, ingresos mínimos, la utopía cada vez más cerca o el suicidio pausado de los colectivos más vulnerables.


Con la crisis de COVID-19 el Vicepresidente Segundo del Gobierno y Ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, anunció hace unos días que se va a poner en marcha un recursos que se llama “ingreso mínimo vital puente”, que tiene carácter de “urgencia” y que su finalidad es garantizar que las personas más vulnerables tengan unos ingresos mínimos para poder cubrir sus necesidades básicas. Será una ayuda coyuntural y excepcional, lejos de la idea de poner en marcha una Renta Básica Universal, y que en algún momento el partido político “Unidas Podemos”, el mismo al que pertenece el Vicepresidente, defendió en su programa electoral.
 
A la vez que se anuncia esta medida, vuelve al debate político y de la calle, la idea y la necesidad de una Renta Básica Universal, algo que en este país se ha pretendido obviar, como si fuera una idea disparatada, puesta en la mesa por personas que están con la mente en las antípodas.
En estos momentos me viene a la cabeza el libro “Utopía para realistas” de Rutger Bregman que he leído hace un tiempo, quería saber más sobre la Renta Básica Universal y comprenderla para poder fundamentar mejor su necesidad. Del propio libro saca unas notas que me ayudaron a reflexionar y poder entender mejor la realidad de una utopía, entre ellas me convencí que la Renta Básica Universal erradicaría la pobreza y las desigualdades existentes, que los demás recursos que se pongan no dejarán de ser pequeños “empujoncitos” que  sirven para hacer la pobreza ligeramente más soportable, así lo expresa en el libro Rutger Bregman.
Lo que está claro es que en estos momentos de crisis no hay tiempo para el debate sobre la Renta Básica Universal, hay una prioridad que es el poder ayudar a las personas con más necesidades, ya que ahora es lo que urge, y la Renta Básica Universal llevaría tiempo consensuarla, pero eso no quiere decir “aparcarla”.
Pero realmente qué es la Renta Básica Universal, pues muy sencillo, una aportación económica que sale de las arcas del Estado y que va dirigido a todas las personas, por eso, por ser personas, independientemente de su condición social. Esos no daría unos mínimos para tener cubiertas las necesidades básicas sin tener que estar continuamente justificando el no tener para comer, ni que te inunde la burocracia para fundamentar esa necesidad.
Decía el filósofo, médico y economista, Bernard de Mandeville,  “es manifiesto que en una nación  libre donde no se permiten los esclavos, la riqueza más valiosa es tener una multitud de pobres”. Es que España por la crisis del COVID-19 ha aumentado de seis a diez millones las personas que demandan ayudas en los Servicios Sociales, es verdad que es una situación excepcional, vale, pero se puede alargar en el tiempo si lo dejamos pasar y no le damos una solución a corto y medio plazo. Y en eso estamos, unos Ingresos Mínimos Vitales Puente ahora y mañana una Renta Básica Universal.
Es verdad que las diferentes Comunidades Autónomas ya cuentan con un recurso que cubre las necesidades básicas, en Castilla y León se llama la Renta Garantizada de Ciudadanía, y a pesar de contener enormes dificultades que la burocratizan y no la simplifican, es  un apoyo para poder salir de la situación en que se encuentran las  personas más vulnerables, pero la realidad es que le faltan otros recursos que la complementen, parte de las personas se dispersan en el tiempo con esta ayuda.
Creo que no es más humillante para una persona que hacer una cola para que le puedan dar una bolsa de comida, arroz con lentejas. Es necesario cubrir las necesidades con recursos para que cada persona, cada familias, pueda hacer su compra para alimentarse, no marcarle lo que tiene que comer. Tenemos un ejemplo claro y no es otro que lo que hizo la Comunidad de Madrid, comida precocinada para paliar la alimentación de los y las menores como compensación al cierre de los comedores, no es despreciable o indigno.
“No es una Utopía acabada lo que deberíamos desear, sino un mundo donde la imaginación y la esperanza estén vivas y activas”. Bertrand Russell (filósofo, matemático, lógico y escritor británico ganador en 1950 del Premio Nobel de Literatura).

Samuel N.P.