miércoles, 29 de enero de 2020

Menores soldados en el Día Escolar de la No Violencia y la Paz, 30 de enero, 2020


El 30 de enero de cada año, en el Aniversario de la muerte de Mahatma Gandhi, desde 1964 se celebra una jornada educativa no gubernamental conocida como el “DÍA ESCOLAR DE LA NO VIOLENCIA Y LA PAZ”, fundada en España en 1964 por el poeta, educador y pacifista mallorquín Llorenç Vidal.
Lanza del Vasto, discípulo directo de Mahatma Gandhi y fundador de las Comunidades pacifistas del Arca, dijo en Sevilla en el año 1976 “sea así en vuestras escuela el establece un día dedicado a la Paz y la No Violencia.
John Paul Lederach en 1983 escribe un libro con el título “Educar para la Paz” como base para una pedagogía pacifista desde la escuela.
Como Educador Social me siento obligado a recordar cada 30 de enero los grades valores humanos de la No Violencia y la Paz, garantizar que la educación es la base para resolver tanto los conflictos cercanos como los que se extienden fuera de nuestras fronteras.
Este año quisiera hacer referencia a menores soldados, niños y niñas, dedicarles este pequeño post y poder hacer visible una realidad y para ello tengo sobre las teclas de mi  ordenador el libro “Un largo camino” de Ishmael Beah, que narra con toda profundidad su vida como “niño soldado” en Sierra Leona, que con doce años participó en una guerra total y convirtió la violencia como algo natural, perdió su infancia y el amor por la vida. Al final fue rescatado por un grupo de las Naciones Unidas y llevado a un centro de rehabilitación de menores. Hoy Ishmael Beah es licenciado en Ciencias Políticas en Nueva  York.
La pobreza y la falta de recursos que posibiliten la igualdad de oportunidades lleva a que menores de los países menos desarrollados, la mayor parte de ellos en conflictos bélicos, tomen las armas, obligados algunas veces y otras como forma de no pasar hambre, por poner un ejemplo, en Yambio, un pueblo devastado por la guerra, de Sudán del Sur, el 60% de sus menores han sido reclutados por grupos armados. En el mismo Sudán del Sur, en conflicto civil desde 2013, se estima que hay 19.000 niños y niñas soldados.
Wissam Ahmad es otro de los ejemplos, un grupo terrorista, el Daesh, en Siria, entró en su pueblo y lo reclutó como soldado con 12 años. Ahora tiene 18 años, vive en Jordania y da charlas en los Institutos sobre tolerancia, paz y no violencia.
Pero a los largo de la historia,  y en muchas culturas, se utilizaron a menores en campañas militares. En la Europa Medieval, se usaban menores como zorras (escuderos), colocados delante de los ejércitos para hacer de escudos humanos.
Hablamos de menores, tanto niños como niñas, aunque conozcamos muchos más casos de niños, no excluimos a las niñas, no existe en estas prácticas ningún tipo de distinción de género.

Es mucho más difícil para una niña. Para empezar, pierdes tu identidad como mujer: tienes que llevar un uniforme militar, botas, debes llevar pelo corto… no se te permite usar pintalabios ni nada que recuerde que eres una chica. No se te permite ser una mujer: cambia tu forma de hablar, tu forma de moverte, incluso tu forma de estar simplemente de pie… todo.
Además eres menospreciada y humillada: imagina tener 16 años y no poder recordar cuántos hombres han tocado tu cuerpo y han abusado de ti. Muchas niñas de apenas 13 años se convierten en madres sin tener el cariño de una familia ni nadie que les cuide, sin padre ni madre, sin nadie que les diga «estoy aquí para apoyarte, yo te protejo».
En el frente las chicas se ven obligadas a cometer atrocidades sólo para demostrar que no son unas cobardes, y eso nunca se olvida. Te sientes sucia y sin valor, pierdes completamente tu autoestima y crees que no mereces que nadie te quiera. Para los chicos también es terrible, pero no puedo hablar por ellos, porque yo lo viví como mujer.»

 A todos esos menores que se les robo la infancia, aquellos y aquellas que se les sigue robando, que se les enseña a matar, odiar, despreciar y torturar, …, que al menos tengan una segunda etapa de su vida en PAZ.
 
Samuel N. P.

 

lunes, 27 de enero de 2020

El infierno existe: Auschwitz-Birkenau


 
       El día 27 de enero de 1945 el ejército rojo que venía de Rusia entró en el Campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau. Construido por los nazis alemanes en territorio polaco, muy cerca de Cracovia, fue el lugar más eficaz en la tarea de eliminación masiva de todas las personas que, a juicio de los criminales racistas, no debían sobrevivir. Se calcula que en este fantasmagórico lugar fueron muertos un millón y medio de personas inocentes.
      Sin duda Auschwitz-Birkenau es el nombre que evoca el lugar más tétrico y alucinante done la máquina de asesinar funcionó durante más tiempo. Pero no hay que olvidar que el mapa del exterminio alberga muchos otros lugares no menos tétricos. La lista de los más significativos está formada por doce campos, algunos de los cuales no quedaban demasiado lejos del de Auschwitz-Birkenau por el número de víctimas. Yo he tenido el triste privilegio de visitar la mayoría de ellos, especialmente los más eficaces en su misión diaria de concentrar, matar y quemar a las víctimas. Treblinka fue uno de los más famosos y expeditivos de todos ellos porque en su interior logró aniquilar a más seres humanos en menos tiempo que ningún otro, incluido Auschwitz-Birkenau. Treblinka empezó a funcionar en julio de 1942 y se cerró en octubre de 1943. Es decir, un año y tres meses. Y en ese lapsus de tiempo aniquiló a más de 850.000 personas.
      El campo de exterminio de Sobibor fue creado en marzo de 1942 y se distinguió por ser el lugar donde los nazis concentraron el mayor número de judíos soviéticos procedentes del frente del Este, así como prisioneros de guerra y gitanos. En este terrorífico lugar, fueron asesinadas unas 200.000 personas. Murieron, una vez introducidas en las cámaras de gas, no por el efecto del gas pesticida Zyklon B sino por las emanaciones producidas por un motor de gasolina de 200 caballos situado en un cobertizo cercano cuyas emanaciones eran introducidas por un tubo en la habitación donde aquellos seres indefensos, desnudos, esperan la muerte.  Las fosas estaban cerca. Cada una tenía entre 50 y 60 metros de largo por 10 a 15 metros de ancho. La profundidad oscilaba entre los cinco a siete metros. 
El infierno existe: Auschwitz-Birkenau
      Ha pasado el tiempo y siguen en mi memoria las imágenes terribles que contemplé hace doce años cuando inicié un viaje de una semana a Polonia para visitar detenidamente los principales campos de concentración y exterminio donde les arrebataron la vida a cinco millones ―sí, cinco millones. Hay que repetir la cifra para que nos hagamos cargo de la magnitud de la tragedia― de judíos inocentes. Y junto a ellos quinientos mil gitanos fuimos víctimas del odio y la ceguera racista de aquellas bestias sin conciencia para quienes la compasión y la misericordia eran sentimientos desconocidos. 
Rudolf Höss el asesino de Auschwitz
      Fue el primer director del campo de exterminio más diabólico del régimen nazi. El 30 de abril de 1940 fue nombrado comandante del nuevo campo y permaneció al frente del mismo hasta finales de 1943. Höss era una máquina perfectamente preparada para matar. El fue quien emprendió la idea de ampliar Auschwitz construyendo Birkennau lo que le permitió aumentar el número de asesinatos diarios hasta alcanzar cifras espeluznantes.
      Este Rudolf Höss fue especialmente sádico con los gitanos. Tanto en su etapa de director fundador de Auschwitz, como en su retorno al campo para poner en marcha nuevos procedimiento de exterminio, este demonio fue un entusiasta animador de Josef Mengele, el médico que fue nombrado director médico del Zigeunerfamilienlager —campo de familias gitanas— en el complejo de Birkenau.
      La amistad de Megele con Höss le facilitó realizar con los gitanos adultos múltiples experimentos. Por ejemplo, dejaban que las enfermedades contagiosas se propagaran entre los prisioneros gitanos habida cuenta de que vivían hacinados en espacios minúsculos. En los juicios de Nuremberg se demostró que permitieron la propagación del tifus entre los gitanos para calibrar su resistencia. A otros les inyectaban la bacteria de la tuberculosis con el fin de hacer experimentos en la búsqueda de vacunas
      Pero la maldad del médico asesino de Auschwitz tenía precedentes en la que ha sido considerada la primera matanza en masa de niños. Fue en Buchenwald. 250 niños gitanos checoslovacos fueron asesinados durante las pruebas del Xyclon B ―el agente químico de las cámaras de gas―. Les suministraron cianuro en forma de cristales para ver cuánto tiempo tardaban en morir. 
Hasta que llegamos a las puertas del reino de la muerte
      Confieso que la visita a los campos me produjo un impacto muy difícil de superar. Sobre todo, porque cada uno de ellos, a pesar de tener una finalidad común: el exterminio racista de quien no perteneciera a la raza aria, ofrecía aspectos de muy difícil catalogación a la hora de llevar a cabo los asesinatos. A mi me parecía que acabar con la vida de la gente fusilándolas, era más humanamente soportable que inyectándoles enfermedades, o dejándolas morir de hambre o de extenuación tras jornadas inacabables de trabajos forzados.
      Poco a poco me fui mentalizando para enfrentarme a la prueba final que me esperaba en Auschwitz. Caminar por aquellos siniestros barracones era como estar sumergido en una película de terror. Ver montañas de gafas sustraídas a los prisioneros, miles de zapatos de toda clase y tamaño, pequeñas maletas con avíos de afeitar y peines de toda clase, me ponía un nudo en la garganta que, por más que intentara evitarlo, me hacían llorar. Entonces comprendí que nuestro guía, que nos acompañó durante todos los días de la visita, se negara a entrar en los pabellones. Él era judío, alto cargo del ejercito de su país, que fue herido en una de las guerras en que participó y ahora, integrado en Yad Vashem ―Centro mundial para la conmemoración de la Shoá― dedicaba su tiempo a ilustrarnos sobre lo que supuso el Holocausto. ¡Claro que entendía que no pudiera entrar en aquellos espacios donde millones de paisanos suyos habían perdido la vida tras un suplicio incalificable! 
Y llegó el momento de entrar en las cámaras de gas
      Al llegar a la entrada del pabellón donde estaban las cámaras de gas me armé de valor. Sabía que iba a entrar a un lugar donde unos años antes miles de gitanos y gitanas, hombres y mujeres, niños y niñas, acompañando a millones de judíos, discapacitados o de diferente orientación sexual, habían perdido la vida. Estaba nervioso, lo confieso. Pensé que lo mejor habría sido quedarme con el guía a la entrada, pero ya no podía dar marcha atrás.
      Una joven judía polaca que nos acompañó a aquel siniestro lugar nos dijo que los que iban camino de la muerte entraban tranquilos. Habían sido hábilmente engañados. Les habían dicho que iban a tomar una ducha para evitar cualquier tipo de infección o enfermedad y que luego irían a sus pabellones de residencia. ¡Pobres infelices! Primero pasamos por un pequeño recinto donde debían depositar cualquier cosa de valor que llevaran encima. Y, por supuesto, anillos, cadenas, collares o relojes. Luego pasamos a otra habitación donde los inocentes debían desnudarse enteramente y depositar en unos estantes sus ropas que luego, les decían, debían recoger. Y finalmente entramos en la cámara de gas. Una gran sala, obviamente sin ventanas y con capacidad para albergar a mucha gente. 
Una vez cerrada la puerta empezaba la “solución final”.
      Desde el exterior, con un sistema parecido al de una ducha, introducían cianhídrico o monóxido de carbono, así como el Zyklon B, un compuesto químico que liberaba grandes cantidades de ácido cianhídrico, un gas más pesado que el aire. Una página especializada describe así el punto final: “La muerte total de la multitud expuesta sobrevenía antes de 25 minutos. Como el gas actúa inhibiendo el ciclo metabólico celular respiratorio, las víctimas perecían por asfixia mientras sufrían espasmos y convulsiones.”
      Desde fuera, los verdugos miraban como morían los inocentes a través de un cristal grueso colocado en la puerta, y cuando comprobaban que todos habían muerto, la abrían para ventilar y llevar los cadáveres al crematorio.
      Hoy, 27 de enero, hace 75 años que los Aliados pusieron fin a esa terrible pesadilla, aunque me alberga el temor de que algunos grupos políticos, en esta convulsa Europa, no han aprendido la lección.
 
Juan de Dios Ramírez-Heredia
Abogado y periodista
Presidente de la Unión Romaní

sábado, 18 de enero de 2020

La Diputación de León conecta con la Educación Social



 
Decimos de “conectar” el poder establecer contactos entre dos partes, unir, establecer una unión, enlazar, poner en comunicación,…
La Diputación de León desde su área de Derechos Sociales ha participado en la II Jornadas de Educación Social que organizó la Universidad de León el pasado día 17 de enero. No es la primera vez que la Diputación de León participa en este evento, ya lo hizo el año anterior.  Tienen estas Jornadas entre otros, el objetivo de dar a conocer al alumnado del Grado de Educación Social las diversas acciones sociales que se desarrollan en las entidades públicas y privadas de la provincia, aquellas intervenciones en las que la Educación Social ocupa un lugar de relevancia e importancia.
La Diputación de León ha comenzado a incluir en diversos  programas y equipos la figura del Educador y de la Educadora Social, que aunque sea temporal, permite visibilizar una profesión no muy bien tratada ni entendida en las entidades públicas de nuestra Comunidad, tal vez sea por el desconocimiento y la puesta en valor de dicha profesión. En el área de Derechos Sociales de esta Diputación han estado presentes profesionales de la Educación Social en los EPAP (Equipo para la Promoción de la Autonomía Personal) y en el Programa de Igualdad desarrollando formación en la Asociaciones de la Provincia de León en  la promoción de la igualdad y la prevención de la violencia de género. También están presentes Educadores y Educadoras Sociales en los programas de familias.
Junto a otros stands, el Área de Derechos Sociales de la Diputación de León, mostró al alumnado del Grado de Educación Social aquellos programas y proyectos que se desarrollan a través de los CEAS-Centros de Acción Social como Servicios Sociales de Base en el Medio Rural. La información partió de diversos profesionales de la intervención comunitaria que trabajan en los CEAS de las diferentes zonas de acción social de la Provincia.
En la inauguración de la Jornadas, la Vicerrectora de Relaciones Institucionales y con la Sociedad, María Dolores Alonso-Cortés, ha manifestado que “en el momento actual, la acción social es clave y la labor vuestra como Educadores y Educadoras Sociales es importantísima y fundamental”.
Samuel N.P.

 

martes, 14 de enero de 2020

HAPPY FRIDAY



El cortometraje HAPPY FRIDAY ha sido el ganador del II FESTIVAL DE CINE ITINERANTE POR EL BIERZO "38 RETINAS 2019". Un festival joven que nació en el año 2018 y que organiza la Asociación Mi Retina Me Engaña con la colaboración de los Ayuntamiento de Arganza, Cacabelos, Toral de los Vados, Bembibre, Torre del Bierzo y el Consejo Comarcal. El Festival llevó a concurso cinco cortometrajes de alto contenido social y el público asistente decidió con sus votos.

Chari lleva toda su vida al límite, ya no puede más. Contra todo pronóstico, el capitalismo le ofrece una oportunidad para poder desprenderse de sus ataduras. Pero los planes nunca salen como una espera.Director/a: José Antonio Campos Aguilera
Productora: Dlep Producciones
Guión: José A. Campos Y Patricia Rioboó
Casting: Rosario Pardo, Rebeca Plaza, Juan Lopez-Tagle, Chema Del Barco, Manolo Cal, Ana Ibañez, Milagros Moron
Sonido: Stereo
Música: Miquel Aguiló
Fotografía: Héctor Perotas
Montaje/Edición: José A. Campos
Animación: Alejandro Tendero
Dirección de Arte: Celia Castro
Duración: 13
Idioma: Español
Genero: Ficción
Temática: Cine Negro, Comedia, Drama, Social
Pais: España
Fecha de producción: 2019
Distribuidora: José A. Campos