domingo, 4 de agosto de 2013

Un discurso de graduación diferente

Buenas tardes a todos y para todos.
En este lugar estamos representados familia y escuela, sin duda los agentes más importantes en la educación y formación de estos niños.
Ellos emprendieron un camino, hace ya nueve años, y hoy están aquí graduándose.
Graduarse significa alcanzar el objetivo, completar los requisitos académicos de un determinado plan de estudios. Por ello todos nos tenemos que sentir satisfechos y felices.
Hay un poema, de una autor griego, que se titula ITACA. Proyecta la visión de la vida a través de la recreación del viaje de Ulises, después de la guerra de Troya, a su tierra. Un viaje que duró 20 años.
Uno de sus versos dice así:
“Cuando emprendas tu viaje a Ïtaca
Pide que el camino sea largo,
Lleno de aventuras, lleno de experiencias”
Llegar a la meta, llegar al final  es el objetivo. Pero es más interesante aún lo que vamos aprendiendo, experimentando, disfrutando, compartiendo y recogiendo a  lo largo de ese camino.
Nuestro cerebro, como sabéis, nos permite el aprendizaje.
El hemisferio izquierdo es el responsable del lenguaje verbal, de la capacidad de  análisis, de la resolución de problemas matemáticos, de la memoria y el pensamiento. Almacena nombres, definiciones y fechas.
El hemisferio derecho se ocupa de lo que no podemos expresar con palabras, nos conecta con las emociones, es experto en relacionarse con los demás, destaca por su empatía y por captar aspectos no verbales de la comunicación. Se ocupa de lo artístico, de la creatividad, de la intuición, es nuestra voz interior.
Ambos hemisferios actúan a la vez, son complementarios e igual de importantes.
Sin embargo, no sé porqué, tengo la sensación de que en este mundo actual  manda, gobierna y prima el hemisferio izquierdo, y aunque nos ha dado buenos resultados, ya que el conocimiento es imprescindible para la vida, no nos ha hecho más felices.
Y el aprendizaje nos tiene que servir para ser más felices, por ello la importancia de fijarnos en la inteligencia social y emocional. No es cuestión de cantidad sino de calidad.
Os propongo, a padres y maestros,  que profundicemos en enseñar a nuestros hijos y a nuestros alumnos a ser empáticos, es decir a qué comprendan a los demás, a preocuparse por el otro, a respetar y aprovechar la diversidad. Está demostrado que las personas que se dedican a los demás son más felices.
A ser optimistas, es decir a pensar que un futuro mejor es posible y que no pasa nada por equivocarse, busca en el error el aprendizaje.
A estar motivados, es decir que se esfuercen por mejorar, por descubrir y por crecer.
Enseñémosles habilidades sociales de comunicación, trabajo en equipo, colaboración y cooperación.
Enseñémosles a ser agradecidos, a mostrar gratitud hacia todos aquellos que se encuentran en el camino y a comprender que la felicidad está más en dar que en recibir.
Dar las gracias a todos los maestros que habéis tenido, por sus enseñanzas pero sobro todos por haberos  querido. Para que no se desanimen y contribuyan a una enseñanza de calidad y puedan superar en el ejerció de su profesión, las limitaciones que impone un sistema educativo selectivo y competitivo.
A los padres y madres, que a veces se olvidan de si mismos para acompañaros  en el éxito y en la dificultad.
A esos padres y madres que a través de la Asociación de Madres y Padres os han procurado otras maneras de relacionaros.
A otros profesionales que han trabajado en el centro, por su contribución al buen funcionamiento del mismo.
Esta es solo una etapa, después del descanso merecido iniciaremos un nuevo trayecto. No tengáis miedo. Apoyaros en la experiencia y en  la sabiduría de los nuevos profesores, en el cariño y en el amor infinito que os tenemos los padres y  en amistades sanas y honestas.
Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca
Como dicen los peregrinos, buen camino para todos.
Muchas gracias
 
Este discurso lo preparó y lo leyó  en la graduación de sus hijos una compañera de trabajo, colaboradora de este blog, Conchi de la Varga Fernández, ella es madre y Trabajadora Social. En cuanto lo puede leer, me puse en contacto rápidamente con ella, primero para felicitarla por lo que representa el texto y luego para solicitar su permiso para la publicación.
 

1 comentario:

Estíbaliz dijo...

hay q darle la enhorabuena a Conchi, y a ti por permitir q conozcamos el discurso!