domingo, 1 de abril de 2018

La risoterapia como técnica a utilizar por Educadores y Educadoras Sociales.


A partir de organizar una sesión de risoterapia en una asociación de mayores en la que participaron personas desde 95 años hasta menores de 5 años, me he dado cuenta de lo importante que es esta técnica.

Se conoce como risoterapia a una técnica psicoterapéutica tendente a producir beneficios mentales y emocionales por medio de la risa. No puede considerarse una terapia, ya que no cura por sí misma enfermedades, pero en ciertos casos favorece que aparezcan actitudes positivas y motivadoras.

La risoterapia se desarrolla principalmente en actividades de grupo, consiste en la utilización de diferentes ejercicios, actividades y dinámicas a través de las cuales un grupo de personas es conducido a un sentimiento de desinhibición que le haga llegar al binomio risa ensayada-risa espontánea, lo que le llevará a experimentar sus beneficios físicos, psíquicos, emocionales y espirituales. 

Las sesiones suelen dividirse entre una parte teórica, en la que se repasa todo lo referente a la risa, y otra parte práctica consistente en estiramientos, ejercicios de comunicación, con el objetivo de que los asistentes se desinhiban y se cree complicidad entre ellos, y distintas técnicas que trabajan alcanzar el estado óptimo para llegar a la mejor risa, aquella proporcionada por una carcajada intensa y pura.

Podemos decir que existe una risa espontánea, aquella que surge de forma natural como expresión genuina de las distintas emociones humanas, como por ejemplo aquella asociada a la alegría, la diversión o el humor. En contraposición a esta se encuentra la risa ensayada, la cual se obtiene voluntariamente y sin motivo alguno que la justifique. Por otro lado, la risa estimulada, es aquella consecuencia de la acción física o que refleja determinados estímulos externos, como las cosquillas. Luego, la risa inducida es producto de los efectos de determinados fármacos o sustancias psicotrópicas como el alcohol, la cafeína, las anfetaminas o el cannabis, entre otras. Finalmente, la risa patológica es específica de lesiones del sistema nervioso central como consecuencia de varias enfermedades neurológicas transitorias o persistentes; esta última no está vinculada a cambios emocionales y no hay control voluntario sobre su duración, intensidad o expresión facial. A veces viene acompañada de «llanto patológico»

En risoterapia se aplican tanto la risa ensayada ya que se vuelve divertida y contagiosa en cuanto empezamos a practicarla, y suele originar la risa espontánea. Cuando reímos a carcajadas se activan entre 100 y 400 músculos, a la vez que se original multitud de beneficios fisiológicos. La risa es un gran motor de cambio a nivel individual, reduce el estrés, desarrolla el crecimiento personal,…, pero también el grupo se ve favorecido por posibilitar mejor la relación y la comunicación.

Antiguamente, aunque no estuviera demostrado científicamente, se creía como hoy en el poder que tenía la risa para influir en el cuerpo, sobre todo porque los estados de ánimo alegres creaban una predisposición favorable para la curación corporal. En China los taoístas incluían en su filosofía la creencia de que la salud de una persona era proporcional a las veces que se reía durante el día. En la Edad Media, la actuación de los bufones durante las comidas se hacía con el fin de facilitar la digestión en los comensales, asociada a la hilaridad provocada por este. Más tarde, fueron muchos los expertos que, como Richard Mulcaster y Robert Burton, comenzaron a recomendar la risa como ejercicio o como método terapéutico. El propio Sigmund Freud atribuía a la risa el poder de liberar el organismo de energía negativa. 

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