
La Boccia es un deporte originario de la Grecia Clásica, recuperado en los años 70 por los países nórdicos con el fin de adaptarlo a las personas con discapacidades. Actualmente es un deporte Paralímpico y Mundial con gran desarrollo en más de 30 países.
Es un deporte similar a la petanca y en él únicamente participan personas en silla de ruedas, con graves afectaciones por parálisis cerebral y otras discapacidades físicas severas.
Es un juego de precisión y de estrategia, con sus propias reglas recogidas en un Reglamento Internacional. Pero si hay algo que significar en la Boccia como juego y actividad deportiva es por encima de todo, la posibilidad que ofrece a personas con grandes discapacidades acercarse a la práctica deportiva, no sólo como disfrute de su ocio y tiempo libre, sino también al máximo nivel de competición.
¿Quién practica la Boccia?
Las únicas categorías lo son en función del grado de discapacidad que padezcan los/as deportistas. Todos/as ellos/as, gravemente afectados y por tanto sentados/as en sillas de ruedas, lanzan las bolas con sus manos o pies, excepto los/as de la clase correspondiente a la discapacidad más severa, que juegan con la ayuda de una canaleta o rampa, sobre la que su auxiliar deposita la bola una vez escogida la dirección por el/la deportista. Existen pruebas individuales, por parejas y de equipos, siendo un deporte mixto en el que los hombres y las mujeres compiten entre si.
Este post lo ha enviado para Mirada Social, Juan Carlos Alcantara Amigo, psicólogo y arbitro nacional de Boccia.
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