lunes, 20 de noviembre de 2017

Adoctrinamiento vs. Librepensamiento


Artículo de la Educadora Social, Tania López,
Editado en Tierra Bierzo, 14/11/2017
Resulta que los maestros de Cataluña están adoctrinando a los niños y, claro, estamos todos/as preocupadisimos/as porque en la era de la democracia esto es intolerable, ¿no?
Bueno pues resulta que de repente aparece un hastag de esos que ya empiezo a aprender como funcionan, que se llama #yoadoctrino y que un montón de profesores empiezan a retwittear, hasta aparece un vídeo en la misma linea.
Lo primero que aparece en este vídeo es lo que la RAE dice que significa adoctrinar: “Inculcar a alguien determinadas ideas o creencias”, aquí ya empiezas a dudar, porque así leído de primeras, dices: “pues hombre no suena tan mal”, pero luego te vuelves a acordar de lo que han dicho en el telediario y piensas: “¡ese no es su trabajo, a ellos les pagan para enseñar!”
Bueno, pues sigues viendo el vídeo y empiezan a aparece maestros y profesores varios con el cartelito #yoadoctrino hablando de las ideas o creencias en las que cada uno de ellos adoctrina y te encuentras con cosas como: #yoadoctrino en la no violencia, yo adoctrino en el positivismo, yo adoctrino en la igualdad de oportunidades… En fin, que en ese momento tu cerebro ya se está cortocircuitando y estás empezando a tener un tic nervioso en el ojo derecho, ¿CÓMOOOORRRR? (D.E.P. Chiquito) ¡¡Pero si adoctrinar es la base de la educación para la convivencia!! ¿pero lo mejor no era eso del librepensamiento? Bueno, depende de lo que pienses por libre… Aunque yo, personalmente y partiendo de la base de que el librepensamiento es una doctrina, dudo de que se pueda ser un librepensador sin haber sido adoctrinado previamente en diferentes ideas o creencias de las cuales absorber aquello con lo que conformar nuestras ideas propias. Por lo tanto, en este sentido, ¿no sería mejor que nos adoctrinaran en la escuela en un poco de todo y después ya escogemos?
Total, que al final no sabes que es lo bueno y que es lo malo y ves a gente que se queja de que adoctrinen a los niños que luego llevan a los suyos a catequesis y a otros que exigen libertad y democracia fomentando el odio día tras día. Son esas maravillosas contradicciones del ser humano que a mí me encantan, porque son nuestro gran defecto y a la vez nuestra esencia como especie.
Yo, lo tengo claro, tomando prestadas las palabras de la activista Ayaan Hirsi Ali: Mi tolerancia es para todos, excepto para los intolerantes.