martes, 31 de mayo de 2011

La parábola del capullo

El domingo, aguantando una fuerte tormenta, aproveché la tarde para terminar de leer el libro “el vendedor de sueños” de Augusto Cury. Augusto Cury es médico psiquiatra y psicoterapeuta desde 1986. Durante más de veinte años ha desarrollado la teoría de la Psicología Multifocal, una de las pocas teorías mundiales que estudia las funciones de la memoria, la formación del yo y la construcción del pensamiento y de la formación de pensadores.

El personaje principal de este libro, el vendedor de sueños, está dotado de un gran atrevimiento. Proclama a los cuatro vientos que las sociedades modernas se han convertido en un gran manicomio global, donde lo normal es estar ansioso y estresado, y lo anormal es ser saludable, tranquilo y sereno. Con una elocuencia cautivadora, estimula la mente de todos los que pasan por su vida, ya sea en las calles, en las empresas, en los centros comerciales o en las escuelas, torpedeando siempre a las personas con innumerables preguntas.


A través de personajes excéntricos (en oposición a los "normales") esta novela nos muestra cómo hemos dejado que el consumismo, los ideales de belleza, la tecnología y otras tantas cosas, se apoderen de nuestra esencia, del núcleo asombroso y creativo que poseemos en nuestra condición de seres humanos. Es una invitación para retomar nuestros orígenes, para perder los prejuicios, para soltarnos del enjambre de la rutina y de los miedos. Nos enseña que el poder puede llevarnos a la ruina espiritual, que es mejor tener un espíritu lleno de riqueza, antes que bienes materiales.


Del libro, me podría quedar con muchas frases, párrafos e incluso páginas enteras, pero quiero destacar una parábola que me ha llamado mucho la atención y que el protagonista expone como “la parábola del capullo”:


Dos orugas tejieron su capullo. En ese ambiente protegido, se fueron transformado en mariposa: Cuando estaban listas para salir y volar libremente, empezaron las dudas. Una de las mariposas, que se sentía frágil, pensó: “La vida allá fuera tiene muchos peligros. Un pájaro podría despedazarme y comerme. O podrá pasarlo mal con las tempestades. O podría alcanzarme un rayo. La lluvia podría romper mis alas y hacerme caer al suelo. Además, la primavera está terminando, ¿y si faltara el néctar? ¿quién me ayudará?". Los riesgos eran muchos y la pequeña mariposa tenía sus razones. Asustada, decidió no partir. Se quedó protegida por su capullo, pero como no tenía medios de subsistencia, murió de modo muy triste, desnutrida, deshidratada y, lo que es peor, encarcelada por el mundo que ella misma había tejido. La otra mariposa también tenía dudas. Tenía miedo del mundo exterior, sabía que muchas mariposas no duraban más de un día fuera del capullo, pero deseo la libertada en primer lugar. Y así, partió. Voló hacia los peligros. Prefirió ser una caminante en busca de lo único que determinaba su esencia.


Recomiendo totalmente la lectura de este libro, y después que cada uno saque sus propias conclusiones.


Samuel N.P.

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